Sentimientos.

304 22 10
                                    

Narra Mía

-¿A qué te refieres? ¿Qué sucede?- la apreté con más fuerza y ella se quedó en silencio. -Necesito que me digas, no puedo leer tu mente. Alice, dime qué estás pensando en este momento.- mi voz era dulce y contradecía mis impulsos de desesperación.

-Yo...- se alejó de mis brazos y me miró fijamente con esos hermosos ojos azules. Tristeza... Era lo que veía en su mirada. -Yo creo que debemos terminar.

-¿Terminar?- no entendía qué estaba sucediendo, ¿acaso mi novia se había vuelto loca?

-Sí. Lo siento pero no puedo más, todo está mal desde que estoy contigo.- tragó saliva. -Necesito pensar en mí, ¡ya viste lo que me pasó estando contigo! ¡No tengo idea de quién soy!- me senté en el mueble y la observé sin decir nada. Tantas cosas pasaban por mi cabeza que elegí no hablar.- No puedo reconocer a mi propia madre. No sé qué hice antes de estar en el hospital, no tengo recuerdos se la escuela o de alguna persona que no seas tú. ¿Puedes creerlo? ¿Por qué sólo te recuerdo a ti?- comenzó a caminar por la habitación,
claramente estresada. - ¡No sé quién es Julia! ¡No tengo ni idea! Y no lo digo porque no recuerde ni mi nombre completo. Lo digo porque recuerdo que tuve que preguntarte la primera vez que la vi en navidad, porque jamás la habías mencionado. Ni una maldita vez, y aún así ahora resulta que la prefieres antes que a mí. Yo estaba molesta Mía, estaba frustrada porque cuando te necesité tú estabas ocupada con ella. ¿Por qué no estabas conmigo?

-Yo- me interrumpió.

-¡No contestes! No tienes nada que decir en tu defensa, estabas con ella y no conmigo. Joder, ¿tienes idea del daño que eso me ha hecho? Perdí la memoria por culpa tuya. Por estar tan celosa que tuve que ir a su casa para ver qué demonios hacías con ella, por ver que estaban juntas diciendo palabras que me hacían pedazos.- tragué saliva mientras la culpa le consumía y mis lágrimas comenzaron a caer. -Y no te atrevas a decir que no era lo que parecía, ¡porque yo vi muy bien cómo actuabas con ella! La mirabas como me mirabas a mí...

-Alice, yo...

-¡No hables, joder!- gritó. -Tu puta voz me hace débil. Cuando dices algo siento miedo Mía, miedo de caer nuevamente ante tus palabras, ante tus mentiras, todo lo que has hecho es mentirme.- comenzó a susurrar. -Y si alguna vez sentiste algo por mí, algo real, ¿entonces por qué estabas con ella?- me puse de pie y traté de acercarme.

-Estaba con ella porque la ayudaba en una práctica para una obra, no siento nada por ella Alice, te lo juro.- ella retrocedió.

-Me violaron Mía.- tragué saliva. -Fui abusada por dos tipos. ¿Cómo demonios vas a compensarme por ello? Me golpearon hasta perder la conciencia, se turnaron para hacerme cosas que yo ni siquiera puedo decir en voz alta. Me hicieron tanto daño físico que quedé emocionalmente dañada de por vida. Ya no puedo recordar quién soy, sólo recuerdo quién eres. ¿Por qué nada más he sufrido yo? No se supone que las cosas sean así, no se supone que deba haber pasado mis vacaciones en una cama casi en coma. No se supone que despierte aterrorizada con recuerdos de aquellos idiotas tocándome.- dejó de caminar y me vio. -¿Y sabes qué es lo peor? Que mientras estaban haciéndome toda clase de cosas yo sólo pensaba en ti. En cómo quería que llegaras y me rescataras, en cómo repetía tu nombre en mi cabeza mil veces deseando que estuvieras protegiendomé. Pero estabas ocupada, ¿no?

-Alice perdón, perdón por no estar a tu lado, perdón por hacerte sentir mal, perdón por dejar que te hicieran daño... Sólo... Perdón por hacerte esto. Sé que es mi jodida culpa, lo sé, sólo te pido que confíes en mí a partir de ahora, no voy a dejar que nadie te haga daño nunca más, no te voy a abandonar, no lo he hecho desde ese día y no lo haré incluso si quieres que me aleje. Te voy a cuidar, no permitiré que alguien ponga una mano en ti. ¡Por favor, perdóname...!- limpié mis lágrimas con la mano mientras ella me veía sin decir nada. -Por favor... Lo siento tanto...- entré en pánico con la idea de perderla. -Soy una idiota, lo sé, no me dejes Alice, sin ti yo no soy nada. Necesito tenerte conmigo, ¡te necesito! ¡Te amo!- me acerqué nuevamente y ella no retrocedió.

-Pero me has hecho daño...

-¡Y no lo volveré a hacer jamás! ¡Te lo juro!- acaricié su rostro. -Nadie te va a hacer daño si estás conmigo. Te lo prometo, por favor sólo confía en mí.

-Confío en ti. No me decepciones Mía.- comenzó a llorar nuevamente y la abracé mientras ella me rodeaba con sus brazos, enterrando su cabeza en mi pecho y respirando con dificultad.

-No lo haré.- le prometí.

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora