Una pequeña parte. 1/2

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Narra Alice

Estaba en casa alistándome para ir a la escuela, Mía iba a venir a buscarme para irnos juntas, era nuestro primer día en ella, estábamos en 1er año. Tocaron el timbre y me apresuré a bajar, al abrir la puerta la vi, era Mía; tenía una cola de caballo muy bonita con el uniforme escolar negro y blanco el cual se veía extrañamente bien en ella, a mi parecer era muy bonita, me sorprendía que no tuviera novio, ¿quién sería el afortunado en tener su corazón?

Si le hacen daño mataré a quien lo haya hecho.

-¡Hola!- dijo Mía con una sonrisa.

-Hola.- le respondí mientras estaba perdida en mis pensamientos.

Ella agarró mi mano y me arrastró camino a la escuela. Me alegraba que fuéramos amigas, me consideré una chica con mucha suerte.

Entramos al salón y ella me me indicó que me sentara a su lado, igualmente era obvio que me iba a quedar cerca de ella, éramos amigas. Toda la clase estuvimos poniendo atención, casi ni hablamos, ambas planeábamos quedar como las mejores de la clase, así asegurábamos un buen futuro.

Salimos de clase y la acompañé a casa.

Estábamos en camino cuando de pronto sonó mi celular y al verlo noté que era un número desconocido, atendí y era una chica llamada Julia que nos invitaba a mí y a Mía a una fiesta de entrada para los nuevos, ella era de 2do año. Le conté a Mía de qué trataba la llamada y ambas concordamos en ir, nos sentimos felices de haber sido invitadas a una fiesta en el primer día de clases, incluso si era especial para los recién llegados.

Cada una llegó a su casa y hablamos por mensaje de texto sobre la fiesta a la que íbamos a ir. La cual era el viernes. Estábamos en un lunes.

Abrí mis ojos y estaba acostada en una cama desconocida, Mía estaba a mi lado durmiendo.

¿Acaso estos recuerdos nocturnos se volverán normales?

Miré a mi alrededor, no sabía dónde estaba, sólo sabía que estar con esta rubia me hacía sentir segura, supe que no tenía nada que temer.

-Mía, despierta.- moví su brazo ligeramente.

-Mmmm...- se quejó.

-Vamos, despierta.- seguí moviéndola.

-Alice... Antes me despertabas de otra forma...- bostezó y se reincorporó sobre la cama.

-¿De qué forma?- pregunté curiosa.

-Eso no importa.- suspiró. Odio cuando no me dice las cosas.

-¿Dónde estamos?- fruncí el ceño.

-En tu casa... ¿No lo recuerdas?

-¿Cómo llegamos aquí?- pregunté.

-Salimos del hospital y te desmayaste camino acá, creo que caminar es mucho esfuerzo para ti.- sonrió con algo de culpa. -En fin, te traje acá y con ayuda de tu mamá logré colocarte en la cama y finalmente pasé el resto del día aquí contigo hasta que me quedé dormida.

-Me desmayé... ¿Tan débil soy?

-No eres débil, es sólo que no estas acostumbrada aún a moverte mucho.- puso su mano en mi mejilla.

Se siente cálido... Me siento segura.

-Tu mano...- dije tímidamente.

-Lo siento.- la apartó de inmediato.

¿Qué es esta mezcla de sentimientos que siento?

-Está bien.- No quería que la quitaras.

-Alice, ¿aún no sabes quién soy?- me miró fijamente con una expresión de dolor. -Porque yo si sé quién eres...- su voz se quebró. -Por favor... ¿Podrías recordar?

-Yo... No lo sé... Creo conocerte.- bajé la mirada. -No estoy segura...

-Entiendo...- cayó una lágrima por su rostro.

-Dime la verdad, ¿quién eres?

-Yo... Yo soy tu amiga de la infancia.- me miró con una sonrisa débil.

-Aquella que se perdió persiguiendo una mariposa...- respondí.

-¿Cómo sabes eso?

-No lo sé, sólo lo sé.- me encongí de hombros.

-¿Crees que podrías recuperar los recuerdos?- preguntó con esperanza.

-No lo sé, como sea... Hay algo de lo que te tengo que hablar.

-Okay.

-No me toques de nuevo.- ¿Qué estoy diciendo?

-¿De qué hablas...?- me miró preocupada.

-De que no voy a permitir que vuelvas a poner una mano encima de mí, no lo hagas.- Esto no era lo que quería decirle...

-Entiendo, no lo volveré a hacer.- desvió la mirada. ¡NOOO, ESO NO ERA, MALDICIÓN! ¡DI LO QUE QUIERES DECIR REALMENTE! -¿Pero me puedes explicar por qué no puedo?

-Sí.- DILE LA VERDAD. -Es raro, simplemente eso.- Nooo, ¡a mí me encanta que me toques! ¿Qué rayos estoy diciendo? Joder Alice, dile la verdad. ¿Por qué me cuesta tanto decirle que me gusta?

-Está bien.- dijo con una sonrisa. No puedo creer lo que acabo de decir.

-Okay.- sonreí con todas las ganas de golpearme del mundo. Salieron las palabras opuestas a lo que quería decir realmente, me sentía estúpida.

Si no me vuelve a tocar me moriré.

-Creo que iré al piso de abajo, si necesitas algo me puedes llamar.- se puso de pie y la miré con desesperación mientras salía de la habitación.

¡ESTÚPIDA, ESTÚPIDA, ESTÚPIDA!

Me golpeé con la almohada en la cabeza repetidas veces mientras pensaba en lo idiota que fui.

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora