Una pequeña parte. 2/2

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Narra Mía

Estaba frustrada dando vueltas alrededor de la sala de la casa de Alice, no podía dejar de pensar en lo que me había dicho.

"No me toques de nuevo."

Aquella frase se repitió en mi mente hasta quedarse tatuada en lo más profundo de mi memoria.

"No voy a permitir que vuelvas a poner una mano encima de mí. No lo hagas."

Sin duda estaba muriendo, me sentía sin ganas de caminar siquiera, me dolía todo y a la vez nada, era horrible.

¿Cómo pudo decir eso? ¿Acaso fue tan horrible que la toque?

Me senté en el sofá y enterré mis manos en mi cabeza.

-¿He estado mal entendiendo esta situación? ¿Ella no me va a volver a amar?- comencé a susurrar mis pensamientos.

Narra Alice

Decidí bajar para disculparme por la ridiculez que había dicho, pero me conseguí con Mía en el mueble susurrando cosas extrañas.

-Lo nuestro se acabó... Ya no me ama.- dijo la rubia con un tono de preocupación y dolor mezclados.

¿Qué está diciendo? ¿Acaso habla de mí?

De pronto volvió un recuerdo.

Vino a mi cabeza una imagen donde ella y yo estábamos basándonos, nos tocábamos como si nos necesitaramos desesperadamente.

-Me estoy volviendo loca...- dije para mí misma mientras veía a Mía susurrar cosas inentendibles. Decidí retrasar mi disculpa para aclarar mis ideas.

Mientras pasaba por las escaleras del segundo piso sentí como si algo importante hubiese pasado en ese lugar. Me detuve y observé con atención aquel lugar que mi cuerpo juraba conocer pero mi mente no reconocía. Empezó a doler mi cabeza y se vino una imagen mía resbalando por el escalón, mi caída fue detenida por una chica rubia que me sostuvo entre sus brazos, su respiración estaba cerca de mí y recuerdo que en ese momento me sentí plenamente viva, protegida, incluso amada.

¿Qué fue eso?

Ignoré aquello y volví a la habitación. Me acosté en la cama y me sentí frustrada, no sabía si estaba recuperando la memoria o si estaba perdiendo la cordura. Miré mi anillo.

"Hay sentimientos inolvidables."

Esa frase... Me hacía sentir como si fuese culpable de algún delito, como si estuviera haciendo algo terriblemente mal, ¿pero qué era? ¿Acaso mi imaginación me estaba jugando malas bromas?

Me estresé y me saqué en anillo, lo observé durante unos segundos con atención y por algún motivo me lo puse de nuevo, por más que me doliera verlo, no quería quitármelo. Me sentí confundida por mis emociones. Me acerqué a una bolsa que estaba al lado de la cama y la reconocí como la bolsa que trajo la madre de Mía al hospital, la abrí y vi aquel oso que ella abrazaba antes. Nuevamente me sentí como un asco de persona.

¿Por qué? ¿Qué es lo que debo recordar? ¿Qué es este vacío? ¿Por qué me duele? ¿Por qué me estoy muriendo por dentro?

Abracé ese peluche y me sentí segura, igual a como me sentía cuando Mía estaba cerca. Era extraño, sentía como si aquel peluche fuese mío.

Mi cabeza empezó a doler nuevamente. Me acosté abrazando ese peluche y me quedé dormida en cuestión de minutos.

"Se ve hermosa, se ve perfecta, es un ángel, un precioso ángel." pensaba yo mientras la miraba, no podía creer que Mía se viera tan hermosa con un vestido negro y unos tacones. Sin duda ella sería el centro de atención de todos en la fiesta, soy tan afortunada de venir con ella a este lugar, esa chica Julia sí que sabe hacer buenas fiestas. Toda la escuela está aquí según lo que me dijeron.

Tomé la mano de Mía y entramos a la fiesta. Todos los ojos se posaron sobre mí, ¿pero por qué? ¿Acaso nadie más veía lo hermosa que estaba Mía? ¿Por qué mirarme a mí si está ella aquí? No lo entiendo, pero no me importaba, Mía me miraba al igual que todos los demás pero sus ojos destacan entre los otros, su mano y la mía estaban juntas por los nervios de estar en este lugar desconocido, pero yo me sentía tranquila.

Si ella sostiene mi mano yo seguiré tranquila.

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Un estúpido trató de coquetearme, ¿pero por qué a mí? Mía se ve mejor. Mi vestido carmesí no le gana a su vestido negro. Mi pelo oscuro no le gana a su pelo rubio, ¿acaso estaban ciegos? Luego de su intento fallido de conquistarme se retiró molesto en dirección a Mía. Me acerqué para asegurarme de que todo estuviera bien, después de todo ese chico se veía como si estuviese borracho.

-Oie, tu amiga no quiso nada conmigo.- balbuceó el tipo.

-Bueno, no eres al primero que rechaza, y más estando borracho.

-Cuida tus palabras rubia ilusa.

-Yo... Mejor me voy con ella.- empezó a jugar con sus dedos nerviosa y se dirigió en donde yo estaba antes. Pero él la detuvo tomándola por el brazo. Me apresuré en ir allí.

-Oie oie, tú no vasss a ningún lado.- el chico la miró con una sonrisa, era atractivo pero estaba totalmente fuera de sus casillas.

-Ella dijo que se iba.- le dije al tipo mientras jalaba a Mía lejos de él.

-¿Y tú qué? ¿Acaso es tu novia?

-No, pero tú eres un idiota.- dijo Mía molesta.

-Baia baia, la rrrubia sabe defenderrrse.- arrastraba las palabras como un mismísimo loco. Tomó una bebida de un chico que pasaba por ahí y la vacío en el vestido de Mía.- Ups.

Suficiente, se metió con la chica equivocada.

-Te voy a partir la cara.- lo golpeé en la nariz y cayó al piso. ¿Cómo diablos se atrevió a hacer eso? Quería volver a golpearlo así que lo hice, me agaché y le di un golpe exactamente en el mismo lugar de la cara en donde lo había dado antes

-¡Alice detente!- dijo Mía con un tono de preocupación.

-Maldita sea.- me di cuenta de que todos en la fiesta dirigieron su mirada a nosotras y al chico en el suelo.

-Vámonos...- dijo Mía.

-Sí...- salimos de ese lugar y fuimos a mi casa.

Le di una muda de ropa y esperé a que se cambiara en el baño.

-Gracias...- dijo ella mientras salía del baño.

-No fue nada.- volteé a verla. Por dios, se veía incluso más hermosa que con el vestido. Llevaba un short corto y una de mis camisetas blancas, le quedaba ligeramente grande, se veía preciosa. Y para rematar, llevaba lentes.

-Mía... Tú...- perdí la compostura ante su belleza. Tragué saliva.-¿Usas lentes?- traté de actuar natural.

-Sí... Los de contacto se mojaron un poco con aquella bebida... Así que me los quité. Pero prefiero usar los otros, así me veo un poco menos rara.- bajó la cabeza.

-Te ves hermosa con esos lentes.

-G-gracias...- se sonrojó, dios, que bella.

Desperté y me di cuenta de algo. Llevaba enamorada de Mía desde primer año...

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora