Nuevo hogar.

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Narra Mía

Luego de esa pesadilla traté de dormir nuevamente pero me costó bastante al principio, cuando finalmente logré dormir un poco no tardó mucho en amanecer y suspiré cuando me di cuenta de que Alice se movía entre mis brazos.

-Humm.- balbuceó levantando su cara de mi pecho y abriendo los ojos lentamente. -¿Estás despierta?- bostezó haciéndome reír un poco.

-Sí.- besé su frente y la apreté entre mis brazos. Ella sonrió y enterró la cabeza sobre mi cuello. -Ni se te ocurra levantarme todavía.- supliqué.

-Vale.- sentí su respiración golpear mi piel y me entró un escalofrío. Volvió a bostezar y metió sus manos bajo mi camisa. Me estremecí de inmediato, pues estaban frías.

-Liz... Están congeladas.- me quejé.

-No seas llorona.- murmuró aún en mi cuello haciendo que otro escalofrío recorriera mi cuerpo. -Tú me lo hacías antes y yo me lo aguantaba, además estás caliente y se siente bien.

-Bien.- acepté suspirando. -Pero me vengaré.

-Piensa en el bebé.- rió y levantó su cabeza para verme a los ojos. -No querrás incomodarlo. Quieres lo mejor para él, ¿no?- abríos ojos bruscamente y asentí con la cabeza sin decir nada. Ella frunció el ceño y volvió a recostarse en mi cuello. -¿Está todo bien?- preguntó, tomó un mechón de mi cabello y comenzó a jugar con él.

-Por supuesto.- mentí.

***

-Me duele la cabeza.- se quejó mientras estaba en el sofá. -El embarazo apesta.

-Es lo normal.- suspiré y seguí barriendo la sala. -¿Recuérdame por qué estoy haciendo esto?

-Porque me amas.- Se encogió de hombros con una sonrisa que rápidamente desapareció cuando tocó su cabeza y respiró profundo. -Y porque mi dolor de cabeza no me deja ni mover la cara.

-Te aprovechas de tu pobre bebé.- bromee y seguí barriendo un par de minutos más. Finalmente terminé y guardé la escoba en el tercer piso. Bajé a la sala y Alice estaba durmiendo.

Es hermosa.

Suspiré y me acerqué al mueble para dejarle un beso en la frente a mi novia. Ella sonrió y abrió los ojos con dificultad.

-Sigue durmiendo.- le pedí mientras acariciaba su cabello. Ella negó con la cabeza y sus ojos se cerraron nuevamente.

-No estoy cansada.- bostezó y volvió a abrir los ojos. Sonreí y me agaché para estar a la misma altura.

-Dile a mami que debe dormir si está cansada.- le murmuré a su barriga haciendo que los ojos de Alice brillaran de alegría y una sonrisa escapara de sus labios.

-No estoy- bostezó. -cansada.- reí ligeramente.

-¿Lo ves? Mami está cansada pero no quiere aceptarlo.- susurré a su barriga con una sonrisa. Alice negó con la cabeza y puso una mano en su vientre.

-No le hagas caso a mamá.- me quedé inmóvil por un momento. -Ella no me quiere despierta porque quiere pasar tiempo contigo sin que yo me dé cuenta.- bromeó.

"Mamá". ¿Está eso bien?

Recordé algo importante, me puse de pie y me dirigí a las escaleras.

-¿A dónde vas?

-A buscar algo, no tardo.- le regalé una sonrisa y subí a su habitación. Tomé mi cartera y busqué la tarjeta, cuando no pude encontrarla fruncí el ceño y seguí hurgando entre mis cosas. Finalmente la conseguí y me apresuré en bajar. -¿Ves?- llamé su atención mientras me acercaba. -No tardé.- me senté a su lado con la tarjeta entre mis manos.

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora