Pero qué calor...

768 29 4
                                    

Cuando Alice abrió la puerta, noté que el chico que había interrumpido nuestro beso se había puesto rojo al ver a Alice. ¿Y cómo no lo haría? Ojos azules con pelo negro y piel blanca, sumándole ese cuerpo de miss universo que tiene. Me alegra saber que ella es mía, pero eso no me quita lo celosa.

-¿Quién eres?- pregunté yo, viéndolo de pies a cabeza y considerándolo inmediatamente como mi enemigo al ver que era guapo.

-A-antonio... Yo me acabo de mudar acá y me dijeron que había una chica de mi edad de quien podría hacerme amigo...- dijo el chico; él tenía el cabello negro y un poco corto, era más alto que nosotras y parecía tener el mismo hábito que yo, sonrojarse.

-Mucho gusto, mi nombre es Alice y yo vivo aquí desde hace unos diez años. Ella es Mía, es mi novia.- ¡¿qué?! Le dijo eso a un extraño... ¿Acaso está loca?- Quien por cierto está dando en este preciso momento una demostración de cómo ponerte color tomate con sólo tres palabras.

Yo no estaba consciente de que estaba roja hasta que ella lo dijo, eso hizo que me pusiera aún más roja y miré al chico, quien estaba muy callado y un poco sonrojado también.

"Es mi novia". Fue la primera vez que ella dijo esas tres palabras, las tres palabras más lindas que había escuchado en mi vida.

-Bueno, fue un placer conocerlas a ambas, me iré a casa.- dijo e inmediatamente empezó a caminar lejos de nosotras. Me pregunto qué pensará de nosotras ahora.

-¡Mucho gusto!- gritó Alice asegurándose de que el chico escuchará. Ella cerró la puerta y me miró fijamente.

-¿Pasa algo?- pregunté.

-Sí. Pasa que lo miraste de pies a cabeza muchas veces. ¿Te sientes atraída por él?- dijo Alice mientras se sentaba en un mueble sin apartar su mirada de mí.

-No, sólo analizaba a mi nuevo enemigo, ¿o acaso no notaste que se puso rojo en cuanto te vio?- dije en tono sarcástico.

-Bale, ¿así que mi novia está celosa?- dijo mientras se ponía de pie y se acercaba lentamente hacia mí. Instintivamente yo retrocedí y negué con la cara. -Nunca creí que verte celosa sería tan gracioso.

-No estoy celosa... - dije mientras evitaba el contacto visual con ella.

-Qué lastima, y yo que había pensado en una forma de recordarte que soy sólo tuya...

-¿Sólo mía? -pregunté y me puse roja.

-Sólo tuya...- repitió.

Sus ojos brillaban y se acercó nuevamente a mí, esta vez no retrocedí. Me tomó por la cintura, pegándome a ella y acarició mi mejilla, su mano era cálida... Se acercó lentamente hacia mi cara y me miró a los ojos pidiéndome permiso para lo que venía, cerré los ojos y me besó.

Ese fue mi primer beso, nuestro primer beso. Sus suaves labios sobre los míos... Fue simplemente perfecto.

-Te amo.- susurró en mi oído.

-Yo también te amo...- respondí, me dio un pequeño beso en la frente y subimos a su habitación.

Narra Alice

Al fin la besé... Soy tan feliz, estoy perdidamente enamorada de ella.

Llegamos a mi habitación y Mía me estaba mirando tímidamente, sonrojada y obviamente pensando en lo que recién había ocurrido. Cuando me mira con tanta vergüenza me provoca besarla.

Me acerqué a ella y la miré fijamente, la tomé por la cintura nuevamente y le di un leve beso. Ella se sonrojó aún más y le robé otro beso. Este fue más largo que el primero, se sentía tan bien que no podía parar, no quería dejar de besarla. Inconscientemente junté mi lengua con la suya y empezó a soltar leves gemidos, me puse caliente y empecé a besarla con mucha intensidad. La tiré sobre la cama y empecé a besarla nuevamente, besé su cuello y fui bajando hacia su abdomen, ella estaba roja y gemía cuando la besaba, se retorcía un poco y cerraba los ojos.

Empecé a deslizar una de mis manos bajo su camisa, tocando su abdomen y luego subiendo hacia su brasier, la miré y vi que ella estaba roja y me miraba fijamente. Yo también me puse roja y me di cuenta de que era demasiado pronto como para llegar más lejos que esto.

-Lo siento, creo que estoy yendo demasiado rápido.- le dije, algo apenada.

-Tranquila, mentiría si dijera que yo no quiero hacerlo aún.- dijo en voz baja, casi susurrando. Me avergoncé y me lancé sobre ella, ella me rodeó con sus brazos y me dio un beso en la frente.

-Te amo.- le dije.

-Yo también te amo...- respondió.

Me quedé dormida entre sus brazos.

Narra Mía

Al despertar eran las 8pm, era de noche... Habíamos dormido todo el día. De repente recordé lo que había pasado antes de quedarnos dormidas y me avergoncé.

Alice estaba dormida entre mis brazos, se veía hermosa, no quería despertarla así que me quedé mirándola embobada hasta que ella abrió los ojos. Volteé la cara y me puse roja.

-¿Qué hora es?- preguntó sonriendo.

-Son las 8.- dije apenada. No la podía mirar a los ojos luego de lo que pasó.

-Te ves hermosa cuando estas roja.- dijo. Agarró mi cara con ternura haciéndome verla. -Sé lo que estas pensando, no sientas pena.

-Lo siento.- le dije, me acerqué a ella y la besé en la frente. Ella sonrió.

No puedo creer cuánto la amo.

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora