Primera vez.

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Narra Mía

Es de noche, Alice y to estuvimos dormidas toda la tarde, decidimos ver una película para matar tiempo. No recuerdo el nombre de la película... La verdad es que yo estaba concentrada es en ella, me tomaba de la mano y entrelazaba nuestros dedos, me miraba fijamente, sonreía y se recostaba sobre mí, estoy segura de que ella tampoco puso atención a la película. Es más, creo que ni siquiera llegamos a ver la pantalla, el contacto visual entre nosotras no se rompía.

-Creo que acabó la película.- dije mientras ella se acomodaba entre mis brazos.

-Vale.- dijo ella con su cabeza recostada en mi pecho, pude escuchar su sonrisa al hablar. Sé que no le importa la película.

-Oye... VEAMOS otra película.- dije en tono burlón. Resaltando el "veamos". Esta vez si quería poner atención a la pantalla.

-No... Yo quiero estar así, entre tus brazos...-dijo ella, escondió su cabeza en mi pecho y pude sentir que ardía, ella estaba sonrojada.

-¿Está todo bien?- pregunté.

-Si... Lo que pasa es que hueles realmente bien...

-Ah...- dije, me puse un poco roja. Tenerla encima de mí no era bueno para mi corazón.

-Tu corazón se está acelerando.-dijo ella, estoy segura de que sonrió mientras lo dijo.

-Hmmm, ¿qué tal si salimos a caminar un rato? Me gustaría ver la luna.- ¡di que sí antes de que mi corazón explote!

-Me gustaría estar en esta posición un poco más...

Narra Alice

Mía quiere que vayamos a caminar, pero yo lo que quiero es escuchar los latidos de su corazón... Saber que late tan rápido sólo por mí, simplemente me emociona.

-Pero...- dijo Mía, se estaban acelerando aún más. La verdad es que quiero saber qué tan rápido puedo hacer que vayan. Levanté la cabeza para verla a la cara, estaba rojísima.

-Está bien, vamos antes de que te dé un infarto.- dije entre risas.

-No es gracioso.- dijo ella mirando hacia abajo tímidamente.

-Vale, vale.-dije y me levanté, me incliné hacia ella y le di un suave beso en la frente.- vamos.

Narra Mía

Alice era adorable, ella no podía hacer esas cosas sin que yo me ponga roja. Después de ese beso, vio mi coloradas mejillas y sonrió triunfante. Me levanté y bajamos las escaleras, llegamos a la sala y fuimos hacia la puerta, al abrirla nos encontramos nuevamente con Antonio, se ve que él estaba a punto de tocar el timbre.

-H-hola.- dijo el chico, tímidamente.

-Hola.- dijimos ella y yo en unísono.

-Este... Yo... Lamento molestar a esta hora, pero quería ver si me podías hacer un favor.- dijo refiriéndose a Alicia. Ella ladeó la cara y lo miró esperando a que éste continuara hablando. -la cosa es que quisiera saber si podrías guiarme en los primeros días de clase, estamos en la misma escuela y yo la verdad no conozco nada todavía.

-Claro, no será ninguna molestia. -dijo ella sonriendo, yo me sentía de más.

-G-gracias...- dijo ligeramente sonrojado.- Si me disculpan, me retiro.

Este chico no me agrada, no hace más que sonrojarse mientras ve a Alicia.

-¡Hasta luego!- dijo Alice mientras Antonio se iba.

Salimos de la casa y empezamos a caminar alrededor del vecindario, de vez en cuando mirábamos el cielo y admirabamos la belleza de las estrellas. En cierto punto nos cansamos de caminar y nos sentamos en un banco de madera que estaba bajo un árbol, ella se acercó a mi, se recostó en mi hombro y me tomó de la mano. Alzó un poco la cara y dirigió su mirada a mí, mis mejillas se enrojecieron y ella sonrío, se acercó a mi cara y me besó; fue un beso muy inocente, muy tierno, repleto de amor, pero no duró mucho así... Ya que de un momento a otro, nos estábamos devorando mutuamente, labio con labio, lengua con legua, nuestras bocas no paraban su guerra por dominar a la otra. Estábamos en alguna clase de trance mientras nos comíamos entre nosotras. En algún punto su mano se posó sobre mi pierna y empezó a desabrochar mi pantalón, me puse roja de inmediato y recordé en qué lugar estábamos.

-D-detente...- dije, mientras me costaba respirar apropiadamente. Ella se acercó a mi oído.

-Olvida dónde estamos, deja que te haga mía.- dijo ella en un sensual susurro.

-Pero...

-Está bien, vamos de regreso.- dijo Alice, se apresuró a ponerse de pié y me arrastró velozmente camino hacia su casa.

Ni siquiera volteó a verme hasta que finalmente llegamos, me llevó hacia su cuarto y cerró la puerta; una vez adentro, me empujó contra la cama y se colocó encima de mí, empezó a besarme desesperadamente y puso una de sus manos en mi abdomen por debajo de la camisa, subió lentamente hasta llegar a mi pecho, pasó su otra mano por mi espalda y rápidamente desabrochó mi brasier. Me puse roja y ella me pidió que alzara ambas manos, era obvio que quería quitarme la camisa, obedecí y ella consiguió quitarla. Nuevamente me recostó contra la cama y me besó mientras acariciaba mi ya desnudo pecho. Introdujo su lengua en mi boca tomando posesión de mis labios, empezó a besarme el cuello, dando suaves mordidas de vez en cuando, hasta llegar a mis senos; me miró a los ojos y pasó su lengua lentamente alrededor de mi pezón, lo mordió suavemente y empezó a recorrer mis pechos con su sensual lengua, yo soltaba leves gemidos mientras ella lamía y succionaba uno de mis pechos mientras que con la otra mano jugaban con el otro.

Narra Alice

Mientras me encargaba de la parte superior del cuerpo de Mía, decidí que era hora de llegar más lejos y fui bajando una de mis manos por su abdomen hasta llegar a su ya desabrochado pantalón, introduje mi mano en él y acaricié su entrepierna por encima de sus panties. Bajé la otra mano y le quité el pantalón, ella se puso roja de inmediato y me quitó la camisa, empezó a repetir lo que hice yo y me dejó desnuda por la parte de arriba; empezó a jugar con su lengua mis pechos, yo sólo podía gemir por el placer, su lengua es realmente increíble.

Al cabo de rato, recordé que mi misión era en la parte inferior de su cuerpo, así que pase me dedo índice por su sexo lenta y suavemente, le quité la pantie y me moví hacia abajo de la cama para estar más cómoda para lo que venía. Empecé a lamer su parte inferior y ella de inmediato gimió levemente, se retorcía un poco y me miraba expectante y algo avergonzada; pasé mi lengua por su clítoris varias veces, después introduje mi dedo índice en la apertura de su sexo, empecé con movimientos suaves... Adentro y afuera, ella no paraba de gemir y jadear, me excitaba mucho su voz. Aumenté la intensidad del movimiento y ella agarraba la sábana con fuerza, arrugándola y mordiéndose el labio, introduje otro dedo y me moví tan rápido como pude, ella empezó a jadear más, sudaba y se ponía totalmente roja mientras trataba de no gritar, entre jadeos ella decía mi nombre; subí la cabeza y lamí sus pezones mientras le daba placer también por abajo con mi mano, ella tímidamente introdujo su mano en mi pantalón y empezó a acariciarme por abajo, me quitó el pantalón e introdujo su dedo en mí. Ambas jugábamos con nuestros dedos en el interior de la otra, mientras nos besábamos apasionadamente, jadeando y gimiendo, sin duda el placer era incomparable, Mía introdujo otro dedo y yo solté un ruido con la boca que era cercano a un grito. Después de un rato devorándonos mutuamente y dándonos placer, ambas nos corrimos mientras decíamos el nombre de la otra.

Esa fue sin duda una noche inolvidable y entre el cansancio nos quedamos dormidas.

Hoola :v es mi primera historia :'v espero que les guste xD :3

A su lado no hace frío. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora