Capítulo 6.

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Las gotas comenzaron a caer cada vez más rápido sobre todo el lugar, pero nosotros no podíamos parar, teníamos que reunirnos con todos rápidamente, habíamos caminado toda la mañana tarde y un poco del atardecer, llevabamos todo el día caminando ciegamente hacía un punto al que no sabíamos si encontraríamos o no a los otros, o si encontraríamos a los enemigos, traté de explicárselo a Ryan, pero él decía que ibamos por el camino correcto, según él, había visto que todos habían pasado por esta área, pero en realidad lo decía por ver los cadáveres o casquetes de balas perdidas por todos lados de ese enorme campo traviesa,  la lluvia, nos impidió cruzar por un río, ya que la corriente era demásiado fuerte, traía con ella demasiado lodo haciendola aún más difícil de cruzar, pues era más espesa y pesada, no era lígera como él agua, se requería demasiada fuerza en las piernas y el abdómen para pasar sin problemas. 

Ryan y yo buscamos otras posibilidades de cruzar, miramos diferentes puntos para ver si era posible rodearlo o hacer algo para esquivarlo, pero todo estaba hecho añicos, pedazos de lodo que si ponías el pie, lo más seguro era que resbalarías.

Intentámos cruzar la primera vez, pero la corriente venía muy fuerte y pensamos que nos derribaria, salímos del agua y esperamos un poco a que el río se cálmara un poco.

Cuando pensé que parariamos, Ryan sostubo el arma con sus dos brazos extendidos hacía arriba y comenzó a meterse por la fuerte corriente de agua. le grité varias veces que saliera del agua, pero Ryan, era demasiado terco, aun sabiendo de su herida, él seguía caminando dentro de él. 

No tuve más remedio que seguir a Ryan, cuando el se sambulló en el agua pensé que iba él iba a morir, pero con el primer pie dentro del agua, sentía la fuerte corriente y al poner la otra pierna, presentí que iba a morir, mi pierna, aun no estaba del todo sana para ponerla a prueba en unas corrientes de agua tan fuertes. 

Seguí cada paso que Ryan daba por ese río. El agua café de tanto lodo, ya nos comenzaba a llegar a los hombros, pero estábamos a punto de llegar al otro lado, solo faltaba poco, Ryan, gritaba con todas sus fuerzas que no me riendiera y que pusiera más fuerza en las piernas para que llegara del otro lado del río, me sentía tan débil, que no sabía si podía continuar.

Ryan llegó milagrosamente del otro lado del río,sano y salvo, aun que cuando llego a tierra, revisó rápidamente su herida, pues tenía miedo que esta se infectara por toda esa agua llena de lodo, Ryan comenzó a apresurarme para que siguieramos por todo ese largo camino pero a mí me faltaba muy poco para llegar y sólo a unos centímetros de llegar, extendí uno de mis brazos para apoyarme de esa leve colina y subir a tierra firme, pero pise una piedra con la pierna mala y me resbalé. 

Ryan, rápidamente, tomó mi mano izquierda para que la corriente no me llevara, sentía como Ryan jalaba con todas sus fuerzas mi brazo, hasta sentía que este se saldría de su lugar, empujaba con mis piernas para poder subir, hasta que lo logré. 

Me tiré en el césped, después de una pelea con el río y Ryan lo único que me dijo fue " Tu traes la mala suerte por todas partes", después él se levantó y siguió caminando, algo que siempre me impresionó de Ryan, es su increíble condición físca. 

El seguía y seguía caminando largas horas con esa hérida tan grave. No era díficl de imaginar que, Ryan comenzara a quejarse de nuevo por su hérida y me pidió que le volviera a inyectar mórfina para que no sintiera el dolor tan fuerte. Así que paramos unos pequeños instantes y saqué la mórfina para inyectársela una vez más a Ryan. 

Al momento de la inyección, Ryan apretó lo más fuerte sus labios, le había inyectado muy cerca de la hérida y le pedí disculpas porque no me imaginaba como le había dolido. 

Secretos de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora