Se sentía bastante más ligero de culpa. No del todo, porque en realidad no le había mentido, le había ocultado que era verdad que lo había dejado por otra, pero ésta tenía pene -y bastante notable, según había notado-, y no creía que fuera algo agradable para Malia.
También se había acrecentado su nerviosismo, porque sabía perfectamente que no iba a ser fácil si llegan finalmente a hacer algo más que besarse. Él había sido hetero hasta que por cuestiones caprichosas del destino, Derek se había cruzado por su camino de manera apetitosa, provocándole sensaciones que ni sabía que podía sentir.
Necesitaba aclararse del todo, ¿implicaba aquello que tendría que probar todo con Derek? Le ponía bastante, pero no sabía si quería llegar al final, a tener sexo con un hombre, y si estaría preparado para recibir -sinceramente no se veía dándole al moreno, a pesar de que con todas las chicas había sido él el que penetraba por lo obvio de tener pene-, cuando siempre pensó que no le iban a meter nunca ni el bigote de una gamba.
Pero después pensaba en Derek y se ponía tan acalorado que apabullaba, quería de nuevo verlo y besarlo simplemente por el hecho de hacerlo, porque lo deseaba y le obsesionaba a esas alturas, pero también le daba miedo admitir en voz alta que le gustaba, que aunque no hubiera dejado a Malia por él -la había dejado porque no quería seguir mintiéndole, y porque verdaderamente no se encontraba cómodo continuando con aquella farsa-, sí había tenido mucha culpa para hacerle abrir los ojos.
Siguió con su ducha relajante, hacía bastante rato que el agua que había calentado se terminó, y prefirió seguir con el agua helada de la alcachofa. Prefería ese frío que le aliviaba el cuerpo, que llevaba un tiempo sintiéndolo arder a todas horas.
Oyó que llamaban a la puerta, y cerró el grifo, secándose la cara y cogiendo la toalla. Se secó rápidamente para luego anudarse la toalla a la cintura y abrir la puerta, encontrándose a su mejor amigo detrás de ésta.
—¿Qué pasa, Isaac? —preguntó el castaño sacudiéndose el pelo y salpicándolo levemente. Su amigo puso una mueca.
—Joder, ¿te has duchado con agua congelada? —espetó frunciendo el ceño.
—Algo así, es que se me ha acabado la caliente, y necesitaba estar a solas con mis pensamientos.
—Eso iba a decir, has estado un buen rato aquí y encima acabo de ver a Malia llorando, ¿qué demonios ha pasado? —Stiles se pasó una mano por la cara y suspiró, torciendo el gesto.
—Me lo temía, la verdad, pero... es inevitable. La he dejado.
—¿Qué?
—Sí... —Isaac se quedó con la boca abierta y se apoyó en el lavabo. Stiles cerró la puerta y le indicó que se diera la vuelta para poder vestirse. Se colocó los bóxers y los pantalones—. Ya —le indicó Stiles cruzándose de brazos, aún sin camiseta.
—Cuéntame qué es lo que ha pasado, porque me has dejado de piedra con la noticia.
—La he dejado tío, necesito despejarme la cabeza... estoy hecho un lío.
—Imagino que es por lo que me contaste... ¿La has dejado por un tío? —espetó Isaac frunciendo el ceño.
—No la he dejado por él, vamos a ver. No quería seguir mintiéndole, ¿sabes? Porque me estaba poniendo un tío, no ella. No quería ni pensar en una chica, así que... la he dejado. Si el tío pasa de mí, pues seguiré hasta la base segura que queremos ir y al menos no me preocuparé de las erecciones por un chico, que se sentían como si le pusiera los cuernos a Malia.
—¿Erecciones? ¿Has tenido erecciones con un tío?
—¿Qué te acabo de decir?
—¿Me puedes desvelar el misterio? ¿Te gusta Jackson? Porque te animo para que te adelantes y te lances, aunque te digo que es un capullo integral, así que ten cuidado con él...

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Pandemonium
Pertualangan▶Historia finalizada◀ || S T E R E K || || J I S A A C || "Les ruego que no me juzguen. Lo teníamos todo controlado." En un mundo perfecto, los humanos que juegan a ser dioses pecaban de aventurados. Creyéndose más poderosos que la propia naturaleza...