Pandemonium

18

Jackson no quiso preguntar cuando vio a Isaac salir del hospital con los ojos enrojecidos, ya que podía imaginar lo que había pasado nada más ver las pintas que llevaba. Tenía las manos llenas de sangre, el bate totalmente rojo de ésta, y el aspecto lloroso del de rizos le hizo pensar que había encontrado a su amiga, pero no de la manera que él esperaba.

Sin embargo, Stiles estaba ahí para acosarlo a preguntas. El militar le puso una mano en el pecho cuando fue a acercarse a Isaac, y el castaño lo miró extrañado.

—¿Qué demonios haces? —preguntó con el ceño fruncido.

—Stiles, métete al coche —musitó Derek al entender las señales que el cuerpo de Isaac emitía. Había entendido lo que había pasado allí dentro. Ninguno de ellos tres había encontrado a Malia, pero Isaac... sí.

—¿Qué coño os pasa? —espetó el castaño—. Hay que esperar a Malia.

—Métete en el coche —gruñó el moreno una vez más.

—¡No pienso irme sin Malia!

—¡LA HE MATADO! —berreó Isaac enrabietado, dejándolos mudos.

El de rizos apretó los labios mientras nuevas lágrimas nacían de sus ojos y caían por sus mejillas. Jackson fue hasta él y lo llevó al asiento del copiloto, cerrando la puerta y girándose hacia Stiles, que tenía los ojos abiertos como platos y miraba al frente, donde había estado su mejor amigo hasta hacía algunos segundos.

—Mira, Stiles —farfulló Jackson—, no sé si te acuerdas lo que os dije sobre la gente con la que estuve al sur. Les dio pena matar a alguien que había sido mordido y por eso me separé de ellos. —El rubio se pasó la mano por el pelo—. Isaac ha tenido que hacer algo muy difícil por todos nosotros, así que no quiero que le digas nada.

—Ha... matado a Malia.

—Lo que había allí dentro ya no era Malia —siseó Derek—, y él ha sido lo bastante valiente y se ha mantenido entero como para matarla y ahorrarle la existencia de mierda buscando alimentarse de humanos.

—¡¿Qué queréis, que lo celebre?! —espetó Stiles alzando los brazos—. ¡LA HA MATADO! ¡Era nuestra amiga!

—¡¡ERA UNA INFECTADA!! —berreó Jackson más alto—. Y en el momento en el que eso te entre en la cabeza, entonces podrás decirle lo que sea. En estos momentos no le reproches lo que ha hecho, porque está mal, ¿tú lo has visto? —dijo negando con la cabeza—. Vámonos de una vez al puerto deportivo. Cuanto antes dejemos esta ciudad de mierda, antes llegaremos al refugio seguro.

***

Isaac no había dejado de llorar con la cara tapada. Stiles seguía teniendo ganas de insultarlo y pegarle, pero poco a poco, una parte de su conciencia que tenía la voz de Derek, le hacía entender que su mejor amigo lo había hecho para sobrevivir, porque lo habría matado, o lo que es peor, lo hubiera contagiado.

Y perder a Isaac seguramente le dolería más que perder a Malia.

Es decir, estaba triste obviamente, porque la chica no merecía morir, merecía ir al refugio seguro y buscar un hombre -o mujer, después de sentirse atraído por Derek, todo el mundo podía ser bisexual- con el cual o la cual ella podría estar más feliz que lo estuvo con Stiles. El castaño se sentía culpable, ya que ella había enloquecido al pillarlo con Derek, quizás por eso había huido, adentrándose en el hospital y encontrándose con su horrible final.

Nunca lo sabría a ciencia cierta.

En realidad, su mente no había asimilado que Malia hubiera muerto. Él estaba demasiado tranquilo en comparación con cómo debería estar. Que no la quisiera no quería decir que quisiera que muriera. No era tan capullo.