Jackson terminó de vaciar la primera botella, y pronto cogió la segunda, repitiendo el proceso que había realizado con la anterior. Cuando estaban las dos vacías, puso cara de asco y miró a Derek con una mueca. Éste lo miró interrogante.
—¿Qué es lo que pasa?
—Odio esto —musitó—. Ahora tengo que absorber por la manguera esta, así que me tienes que ayudar y sostenerme la botella cerca. Cuando llene una, la echas al coche mientras lleno la otra, porque esto saldrá a presión.
Derek se mantuvo cerca de Jackson con ambas botellas sujetas, y con una última inspiración, Jackson se llevó a la boca la goma de la manguera, absorbiendo por ella, provocando que el fuel saliera a presión de ésta. Se llenó enteramente la cara, pero pudo apuntar para acertar en la botella, aunque habían acabado los dos llenos de gasolina. Jackson contuvo una fuerte arcada mientras llenaba la primera.
—¿Estás bien?
—Si no has hecho esto nunca antes acabas potando —comentó levantando la mano—, me pasó la primera vez. No fue nada bonito. —Permanecieron en silencio hasta que terminó de llenarse una y siguieron con la otra. Derek se fue al depósito de gasolina y Jackson siguió con su tarea.
—Entonces... —murmuró pensando en lo último que había dicho el rubio—. ¿Me estás diciendo que nos estamos adentrando en un terreno de infectados? —preguntó el moreno alarmado.
—Sí y no —repuso éste—, mejor no acercarnos a Extremadura porque es la que estuvo más cerca del foco de Lisboa y no quiero ni pensar cómo han quedado los pobrecillos —musitó Jackson—, así que tendremos que atravesar Castilla-La Mancha para llegar a Andalucía. Antes había un barco en Sevilla que iba hacia distintos puntos seguros, pero esos puntos seguros dejaron de serlo cuando se les coló un infectado dentro —rio con amargura.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Que me encontrarais solo no significa que siempre lo estuviera, ¿sabes? La gente del sur vino hacia el centro buscando otra ruta alternativa que no se dirigiera a África, porque el oleaje del estrecho de Gibraltar es muy encrespado.
—¿Y dónde están?
—Muertos. O infectados, no lo sé. Lo que sí sé es que uno de ellos fue tan tonto de no matar a su mujer, que fue mordida, y yo me largué esa noche. No quería tener que matarla yo, o matarlos a todos, así que me fui.
—¿Los dejaste a su suerte? —preguntó con incredulidad.
—Derek, entiende esto: si tienes compasión con los que hayan mordido, vas a acabar muerto. Ellos la tuvieron, ¿y a quién tienes delante? Al único que no la tuvo. Créeme que si te muerden a ti o a cualquiera de los que están esperándonos, no voy a dudar en largarme. O eso o mato al que hayan mordido.
Terminó de llenar la segunda botella y le hizo un torniquete a la manguera con una cuerda, para que dejara de echar gasolina. Vertieron el contenido de la segunda botella y Derek cerró el depósito, apartándose de éste. Jackson arrancó para ver cómo estaba de gasolina el coche.
—Lo hemos llenado —anunció apagándolo y sonriendo como si fuera Navidad—. Vamos dentro: necesito muchas botellas de agua para quitarme la gasolina cuando lleguemos y tú debes coger más botellas de fuel.
—Vamos, démonos prisa.
Se guardó las llaves del coche en el bolsillo y ambos cogieron sus armas blancas para enfrentarse a lo que hubiera allí dentro, si es que había algo. Pasó Derek primero, dirigiéndose a la gasolina y cogiendo cuatro a la vez. Jackson cogió varios paquetes de botellas de agua y ambos empezaron a cargar las cosas en el coche. Volvieron a repetir el proceso varias veces, cogiendo comida que no estuviera caducada y cosas que pudieran necesitar: champú, gel, compresas y tampones para Malia... aunque también cosas que no necesitaban pero que se les apeteció coger: botellas de alcohol, refrescos, algunas revistas...
ESTÁS LEYENDO
Pandemonium
Adventure▶Historia finalizada◀ || S T E R E K || || J I S A A C || "Les ruego que no me juzguen. Lo teníamos todo controlado." En un mundo perfecto, los humanos que juegan a ser dioses pecaban de aventurados. Creyéndose más poderosos que la propia naturaleza...