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—¿Te encuentras mejor? —preguntó Stiles resoplando, cansándose de luchar por mantenerlos a los dos con la cabeza fuera del agua.

—Lo siento —se lamentó el moreno cerrando los ojos—, soy patético por marearme con mi propia sangre, ¿verdad?

—No podrías ser el hombre perfecto, Derek —repuso el castaño poniendo los ojos en blanco—. Eres un puto James Bond, lo único malo que tienes es ese minúsculo detalle. Y para las féminas que eres gay. Por lo demás eres perfecto —gruñó frunciendo el ceño y mirando hacia los infectados que rodeaban la piscina—. Por lo que veo los zumbaos no son capaces de meterse en el agua. Es un consuelo. Lo malo es que estamos rodeados.

Derek resopló largamente y agitó la cabeza, encontrándose ya del todo bien. Sostuvo él a Stiles para que el castaño descansara, y éste se lo agradeció abrazándose a su cuello y suspirando de alivio por poder relajar los músculos.

El veterinario estudió el terreno, estrechando el agarre con Stiles y manteniéndolos a flote. Apretó los labios al ver un pequeño hueco. Era peligroso, pero así el castaño podría escapar y pedir ayuda. Lo miró con la cercanía que aquel abrazo le proporcionaba.

—¿Qué pasa? —preguntó Stiles confuso. Derek sonrió levemente.

—Voy a hacer una estupidez.

—Pues entonces ahórratela, ¿quieres? No me vengas con heroicidades, ¿vale?

—Pero es que si no vamos a estar en la piscina media vida.

—¿Y tienes que hacer una estupidez? ¿No tienes un súper plan maestro que no sea correr un riesgo idiota e innecesario que me haga pasarlo mal?

—Bueno soy yo el que estará en peligro.

—Es que no quiero que te pase nada. —Derek me mordió el labio inferior y se acercó a su boca, besándolo y apretándolo contra su cuerpo.

—Tranquilo que aún tengo que enseñarte las ventajas de follar con un tío. —Stiles puso los ojos en blanco y se echó a reír.

—Gilipollas.

—Voy a salir del agua y saldré corriendo en aquella dirección —dijo señalando el final de la piscina—, y tú irás a la salida y llamarás a Jackson para que vengáis los tres a ayudarme, ¿vale?

—Es lo más estúpido que he oído en la vida.

—Gracias.

—No era un cumplido.

—Lo sé, pero me gusta hacerte rabiar. ¿Me merezco un beso antes de hacer la mayor estupidez del mundo? —Stiles puso los ojos en blanco. Ante la hermosa sonrisa que le había dedicado el moreno, resopló y lo besó de nuevo, durando unos segundos más que el anterior. El castaño suspiró y sonrió ampliamente.

—Ve a hacerte el héroe, ya te rescataremos nosotros luego.

—Bien.

Se separaron, quedándose Stiles flotando en el agua, esperando que Derek condujera a los infectados a otro lugar. El moreno se apresuró a salir de la piscina, comenzando a correr a toda velocidad a pesar de que la ropa mojada pesara un quintal. Comenzó a correr y los infectados, cuando se dieron cuenta, se apresuraron a ir tras él.

Encontró la salida de emergencia, empujándola y saliendo corriendo al exterior. No sabía muy bien donde estaba, pero siguió corriendo sin un rumbo fijo, oyendo las pisadas de aquellos infectados, claramente superiores en características que los del norte.

Por suerte, había entrenado para ello antes de que todo se extendiera. Antes de que se propagara el virus, él ya estaba preparado para el caos que vino después.

PandemoniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora