—Estoy más que seguro que este es el baño de damas ¿O ahora existen los sanitarios mixtos? —el comentario lleno de veneno está cargado con todo el sarcasmo para representar su enfado.
Guardo sin que se dé cuenta, lo mas sigilosa que mi cuerpo lo permitía, la vela que impedía que él o cualquier curioso escuchara nuestra conversación.
—No empieces con tus celos injustificados —veo que mi respuesta fría lo dejó sorprendido.
—Entonces explícame la razón por la cual estás encerrada en un baño público con un hombre.
—Solo hablábamos —me limito a contestar.
—¿A escondidas? Me encantaría tener el conocimiento de tan interesante asunto que es tan secreto.
—Si lo compartimos con más personas perdería su encanto de misterio
—Ya saben lo que dicen de los secretos, solo permaneces ocultos cuando lo conocen dos personas y una de ellas debe estar muerta —dice Constantin, en un intento fallido por aligerar el ambiente.
—Lárgate o juro que te enviaré directo al infierno, con pase VIP incluido —con los dientes apretados, Abigor lanza su amenaza.
Sus ojos centellaban un odio puro hacia el pobre chico que no duda ni un segundo en seguir demanda pero antes de salir, pero se detiene y regresa su mirada a mí, dudoso de dejarme sola con el demonio.
»¿Segura?« escuché desde su cabeza. Supe al instante que estaba utilizando su brazalete.
—Suerte con los negocios y dile a tu querida esposa que me mantenga informada de lo que pasa con ella o si no le arrancaré la lengua.
Y como todas las veces anteriores, el ha entendido mis mensajes ocultos, al igual que yo siempre he entendido los de él. Salió sin decir más, y estoy más que segura que hará lo que le pedí.
Esperé a que el demonio hablara, pero cuando no escuche palabra alguna por su parte, cruce la puerta y me encamine a la sala de espera. Puede escuchar sus pasos detrás de mí...
Tomándome desapercibida, tomo mi brazo, aproximándome a él, a tal punto que nuestras respiraciones se entrelazaban.
—¿Por qué me haces esto?
—¿El qué? —pregunto con las respiración alterada. Su mera cercanía alteraba mis nervios. Lo peor de todo es que no sé en qué sentido, si es bueno o malo.
—El volverme loco por ti. Me estás desquiciando de tal manera que no tengo control sobre mí mismo y eso mes frustra —noto que no soy la única a la que le afecta la cercanía entra ambos.
De nuevo siento esa descarga eléctrica llena de energía sexual que aquel día en el bosque, la atmosfera estaba con una tención sexual que era difícil de ignorar. El más puro apetito sexual me invadió cuando Abigor me empezó a besar, sus labios de fusionaron con los míos de manera apasionada.
Una atracción invisible me impedía parar, solo deseaba más. Era lo único que tenía en mi cabeza. Mi cerebro se desconecto del resto de mi cuerpo, el cual solo se dejaba llevar por la lujuria de momento, lujuria que estimulaba él, sus caricias y sus besos. Mis piernas se enrollaron en torno a sus caderas, pero lo curioso es que no era bajo mi propio control, aún así no pensé mucho en eso, yo estaba concentrada en otra cuestión. Apoyándome contra la pared, experimenté placer al sentir su cuerpo aún más cerca del mío, el único límite era la ropa y estaba segura que no sería por mucho tiempo, si no parábamos ahora.
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LA ORIGINAL °SIN EDITAR°
VampireSiempre te han contado la misma historia de que Dracula es el primer vampiro. Pues ella siempre se encargo de que todo el mundo creyera en eso. Su verdadera historia la marcara todo la eternidad. Una decisión que la condeno a vagar por el mundo com...