Habían pasado ya varias horas, no sé cuántas desde que Julieta había muerto, ya los rayos de sol se escondían llenando la habitación de oscuridad. Eso significaba todo un día sufriendo por mi hermanita pequeña.
—No me hagas esto hermana, no me abandones —digo entre sollozos—. Por favor no me la quites —añado mirando el techo.
Todo mi dolor se fue cuando sentí a Julieta removerse entre mis brazos y ver como sus ojos se abrían.
— ¿Qué me ocurrió? ¿Y por qué tengo tanta sed? —Se levanta mirando todo a su alrededor como si nunca hubiera estado en ese sitio.
—Ten un poco de agua —Le entrego un vaso con agua que había en una mesa al lado de la cama.
Al beber noto que se desespera. Al parecer el agua no la sacia por completo.
—Esto no me quita la sed —Lanza el vaso que se rompe en varios pedazos contra la pared—. Esto la aumenta - gruño con furia.
En ese momento Acerina llama a la puerta y entra sin recibir respuesta.
—Acerina vete —Ahora que veo la cara de mi hermana sé que no es para algo bueno y la mujer estaría poniéndose en peligro— ¡AHORA! —grito desesperada.
Veo los colmillos de Julieta, pero lo que más me atemoriza es como la mira y yo sé que esa mirada es por la sangre de Acerina. Lo sé porque lo viví la vez en que Julieta se cortó con el vidrio, la única diferencia es que sus ojos son amarillos y no rojos como los míos.
Acerina sale corriendo de la habitación, pero Julieta no la dejar ir. Va con su poder de velocidad y yo la sigo.
La encuentro en la estancia de la casa con su boca en el cuello de su víctima, trato de acercarme pero ya es demasiado tarde, Acerina estaba sin una gota de sangre.
— ¿Que has hecho Julieta? —Le quito a la pobre mujer sin vida— La mataste.
—Yo no quería hacer eso —Se le derraman lagrimas ahora que ha vuelto a tener humanidad para saber lo que ha causado—; el hambre me cegó. Solo quería su sangre y no me pude contener.
— ¿Que le han hecho a mi madre? —Entra en la casa Cati, arrancándome a su madre de los brazos—. Ustedes la asesinaron.
—Cati por favor escu... —No me deja ni terminar.
— ¡LÄRGUENSE DE MI CASA! —grita— Nunca debimos ayudarlas. Ahora mi madre pagó el precio.
Julieta salió corriendo a toda velocidad y yo la sigo. De nuevo estamos en el lugar donde entendí malditamente lo larga que sería mi vida.
—Me convertí en una asesina —Se derrumba junto a un árbol. Me doy cuenta que su cara está llena de lágrimas.
—No es cierto. No fue tu intención, sé que el solo olor de la sangre despierta lo peor de ti.
—Acerina está muerta por mi culpa —Lleva sus manos a su rostro.
—La única culpable aquí soy yo. Si no fuera por mi tu nunca hubieras vivido eso —Por un estúpido capricho de no quedarme sola, me condené y ahora también a Julieta. Me recrimino una y mil veces.
— ¿Qué pasara ahora? —susurra apenas audible entre sollozos.
—Mírame, Julieta —Levanto su cara para así mirarla a los ojos. Hora de utilizar mi poder—. Quiero que te vayas donde mamá, actúes como una persona que perdió a su hermana, te controlarás y sólo te alimentarás cuando estés conmigo ¿Entendiste?
—Si —Era como hablar con algo que no tuviera voluntad y está a tu merced— Espera ¿Qué fue eso? —Pregunta extrañada de lo que acaba de ocurrir.
—Un poder para que las personas hagan lo que yo les ordene, bueno personas y demonios, luego te lo explico —Me levanto.
—Adiós, me voy a la casa a decirle a mamá que encontré los restos de mi hermana— Ella se va sin decir más.
Me quedo viendo cómo se aleja hasta que siento una presencia detrás de mí.
—Lo tomo mejor de lo que esperaba —Me volteo y la fulmino con la mirada.
—Tú eres la causante de mis desgracias —Le digo señalándola—. Desde que apareciste mi vida se arruinó.
—Yo no te obligué a entregarle tu alma al diablo. Tú lo hiciste solita —Suelta una carcajada—. Todo para no quedarte sin tu hija.
— ¿Por qué me escogiste a mí? —Me hubiera dejado mejor con el corazón roto por la pérdida de Sofía y no con el problema que tengo ahora.
— ¿De verdad quieres saber? —Me tiende la mano, pero no se la acepto— Te llevare a donde tendrás las respuestas a tu pregunta —Desconfiada y temerosa le tomo la mano.
Al tomar su mano empieza una neblina que cubre todo, sin dejar ver nada. Cuando se dispersa la neblina descubrí que era de día.
Un grupo de personas, en total creo que eran unas 10 familias.
—Ellos son unos de los que trajeron el cristianismo a la región de Cerdeña, huyendo de la persecución romana. Ellos solo querían paz —Ellos no nos ven ni nos escuchan lo sé porque no se detienen a ver quiénes somos, es como si fuéramos espíritus.
—Sé la historia de mi pueblo —La misma historia que me contaba papá antes de morir.
—Ellos no estaban solos —En ese momento la neblina volvió a traernos a la noche. Sólo que esta vez estaba una pareja—. Después de la rebelión muchos ángeles decidieron llegar a la tierra y sentir lo que es ser humano. Ellos son los...
—Ángeles caídos —Recuerdo las leyendas. Ángeles que prefirieron abandonar el cielo para estar en la tierra, Dios no los perdono así que si se arrepentían no podían volver al reino de los cielos.
—¿Me vas a dejar contar la historia o ya te la sabes? —Hago una seña para que siga narrando— Bueno ...—retoma —Ella era una caída. Se llama Avery —Me quedo helada al escuchar el nombre de mi madre— Cometió el peor delito que puede cometer un ángel. Enamorarse de un humano.
—Sigo sin entender. ¿Por qué yo? —Ella pone los ojos en blanco por mi pregunta.
—Sólo Dios puede crear. Lucifer lo que hace es modificar —Y volvemos a donde empezamos—; lo único que puede hacer él, es cambios, pero solo con la condición de que debe tener sangre pura.
—Dios mío. Ya le metiste ángeles caídos a la historia — espete incrédula.
—Pues así te toco vivir, cariño —Me levanta la barbilla para que la mire a los ojos —Así que acostúmbrate.
Me suelta y desaparece de la nada.
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LA ORIGINAL °SIN EDITAR°
VampirosSiempre te han contado la misma historia de que Dracula es el primer vampiro. Pues ella siempre se encargo de que todo el mundo creyera en eso. Su verdadera historia la marcara todo la eternidad. Una decisión que la condeno a vagar por el mundo com...