RÍOS DE SANGRE

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—Mi señora por favor cálmese. Puedo explicarlo —mi agarre en su cuello se vuelve más fuerte.

Sus seguidores tratan de hacer algo, pero Julieta crea un dolor insoportable por todo su cuerpo, en segundo, se están retorciendo en el suelo.

Esto es magia roja, solo hay que poner un distintivo a las muertes para absorber la vida que fue arrebatada.

—Bien explícamelo ¿Qué es eso? —la lanzo al otro lado de la habitación— Esto es magia roja, sacrificio, y por la cantidad de sangre que hay en este lugar, podría pensar que hay la necesaria como para... —ruego para que no sea lo que pienso.

—¿La necesaria para ser 666? —el tono de burla de la condesa me enfurece—. Todavía no, pero me faltan pocas.

—¿Cuantas?

—Faltan tan solo dieciséis chicas para que él sea libre.

—Estás loca. Nos condenaras a todos.

—¿Sabes cuantas cosas me dará a cambio? —la felicidad brota de ella.

—¿Cuál es tu marca? —tiré una vela al suelo y empecé a crear un río de fuego hacia Erzsébet.

—Crees que con tu poder de controlar los elementos te la diré —sus ojos muestran lo asustada que esta.

—Lo preguntaré de nuevo Erzsebet y espero una mejor respuesta ¿Cuál es el distintivo de tus muertes?

—Dolor. Cuando sus muertes son dolorosas las guardo para mí —el miedo es más evidente cuando mira el fuego acercarse a paso lento pero constante a ella.

—Sigue siendo vago para mi ¿Qué tipo de persona que practique con esta magia no necesita del dolor? Quiero que seas específica.

—Después de tortúralas, todas entran a la dama de hierro —y el camino en llamas se detiene a centímetros de ella, su alivio es perceptible.

—¿Por qué no empezaste por ahí? —paso de una sonrisa falsa de nuevo a la seriedad—. Ahora ¿Qué es la dama de hierro?

—Es un sarcófago de hierro con cuchillas dentro. La chica en minutos muere y su sangre cae aquí. Algunas solo son torturadas y después mueren allí.

—¿Qué clase de tortura?

Al preguntarlo, sus ojos viajan a mi hermana con cierto temor, al ver la cara de Julieta veo terror, incluso miedo. Antes de pregúntale que sucede, miles de horribles imágenes pasan por mi cabeza, cientos de torturas de los modos más crueles que alguna vez existieron, violaciones de las maneras más violentas, jóvenes de todas las edades.

—Julieta, saca a las que están en el sótano, cúralas y borra todos los recuerdo de todo este lugar, al terminar llama a los oscuros —mi hermana se fue aún con los brujos contorsionándose de dolor—. Y a ti, Erzsebet te haré sufrir de la misma manera que esas pobres niñas.

—Lo siento, haré lo que quiera pero no me haga nada —suplica.

—Nada de lo que hagas revivirá a todas esas chicas —me acerco a ella y hago que me mire a los ojos—, vas a hacer todo lo que yo te diga ¿De acuerdo? —asiente obediente—. Bueno, empecemos. Desnúdate Erzsebet —camino por toda la habitación mientras ella se desase de su ropa—. En una de las visiones, vi a una pelirroja, muy hermosa, de unos quince años. Le prendiste fuego cuando aun vivía y estaba completamente consiente, pero eso no fue la verdadera tortura sino donde lo iniciaste —al verla, descubro que sabe a lo que me refiero— En su parte intima ¡Eso es retorcido! Y aún en llamas, la metiste en la dama de hierro ¿Por qué no lo intentas? Eras feliz haciéndoles a esas pequeñas, toma una de esas velas y prueba que tan doloroso es.

LA ORIGINAL °SIN EDITAR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora