20 de octubre de 2015. Roma, Italia.
Eran las 2:30 pm. Estaba a punto de salir de la casa cuando aparece Julieta cruzada de brazos con cara traviesa.
—Hola, hermanita —dice, suena entusiasmada.
—Va a venir Luca ¿No es así?— es tan obvia.
—Unas gotas menos de su deliciosa sangre no lo matara— ronronea coqueta.
—Que lo disfrutes entonces— iba a salir pero me detiene.
—Vas de nuevo ahí ¿No?— otra vez su tono decepcionado.
—No lo puedo evitar. Y lo dices como si prácticamente viviera allí.
—No, no vives allí pero ya han como pasado novecientos años desde que murió, tienes que dejarla ir. Vivir.
—Como si esto fuera vida. Además no le hará daño a nadie que visite un museo donde está la historia de la reina Popea Sabina.
—Aún sigo pensando que ese nombre, es horrendo— hace una mueca.
—¿Crees que yo lo elegí? Aún quiero revivir de nuevo a Claudio y después matarlo por ese nombre. Pero es el nombre con el que se conoce a mi hija, cada vez que lo escucho en los libro de historia, me enorgullezco de la espléndida reina que fue y así no me siento tan culpable por el error que cometí de convertirme en vampiro y condenar a toda la humanidad.
—Ya la humanidad está demasiado condenada sin tu ayuda, así que recuerda no cometer otro error porque, fue el no dejarla descansar en paz por él que estamos penando eternamente —hora estamos en la etapa de reproches. ¡Me encanta discutir con Julieta!
—Disfruta tu cena— salgo de la casa.
Julieta es mi hermana y la quiero por estar junto a mí todos estos siglos, pero es frustrante cuando se mete en mis cosas. Entiendo que piense que aún la extraño porque lo hago (que madre que ame a su hija no la extraña cuando no está a su lado) y no negaré que también me duele que ya no tendré una nueva oportunidad como madre. Un monstruo como yo solo crea más monstruos, dijo mi madre. Eso ya lo tengo demasiado claro. Una lección que jamás olvidaré.
Lo peor de todo es que me quería como una madre sin saber que en verdad lo era. Me hubiera gustado poder decirle a Sofía la verdad. Pero me llené de miedo a que me rechazara ¿Como verías a tu madre si te dijera que le vendió el alma al diablo? Me odiaría a mi misma al saber que fui la causa y después odiaría a mi madre. No quería que Sofía sufriera. Lo juré.
Respire hondo y trate de ahuyentar las lágrimas que siempre tratan de salir cuando me acuerdo de ella. Subo las escaleras y cruzo en las enormes puertas.
Me encantaba venir acá cada vez que estaba en Roma (es decir, pocas veces) y escuchar de ella como la reina más querida por su pueblo, pero también me aburre que algunas personas redactan algunos acontecimientos mal, yo lo viví y me desespera la ignorancia de muchos.
Había un grupo de personas rodeando el busto de Popea Sabina, al perecer eran estudiantes en un recorrido. Me acerque a paso seguro resonando mis tacones.
—Popea Sabina fue la esposa de Otón, se dice que fue la reina más querida de la Roma antigua pero nunca supieron de donde provenía su origen, muchos decían que una princesa extranjera pero no se sabe de dónde, otro afirman que su padre era político prominente pero tampoco es muy seguro —dice el profesor—. Ella murió a la edad de cincuenta y seis años. Cuando su esposo murió ella lideró el país durante un año hasta que su hija, Claudia, se desposó con Domiciano, el último emperador helenista. Se decía que Popea Sabina era una de las mujeres más bellas de su tiempo, según Tácito. Otro de sus bustos que tradicionalmente se ha identificado con el retrato de la emperatriz Popea Sabina está en el museo del louvre, en París. Después de su muerte su hija nombro una villa en su honor.
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LA ORIGINAL °SIN EDITAR°
VampirosSiempre te han contado la misma historia de que Dracula es el primer vampiro. Pues ella siempre se encargo de que todo el mundo creyera en eso. Su verdadera historia la marcara todo la eternidad. Una decisión que la condeno a vagar por el mundo com...