Manu me dio el casco, lo sostuve entre mis manos mirándolo durante un largo rato.
-No le quiero ver -dije con un nudo en la boca del estómago.
-Debes enfrentarte a la realidad en algún momento. Y aunque te la haya pegado, creo que te haría bien saberlo, confirmarlo. Ahora vives con la duda, aunque sea muy pequeña, de si es lo que piensas o no. Además, no puedes romper la relación así, saliendo corriendo.
-Pero ni si quiera me ha llamado. No ha intentado explicarse.
-Es entendible después de que te dieras a la fuga sin darle la oportunidad de explicarte. Te está dando espacio, la que ha huido como Cenicienta eres tú, así que la que tiene que ir a por explicaciones también eres tú -no pude evitar sonreír con lo de cenicienta.
-¡Pero en Cenicienta el príncipe va a buscar a la princesa! -me quejé yo intentando desviar, sin mucho éxito, el tema de conversación.
-¡Venga ya, Coco! ¿En serio? Cenicienta no se puede comparar con lo que os ha pasado. A Cenicienta no se la pegó el príncipe.
Eso me sentó como una patada en toda la boca, y dejé de sonreír instantáneamente para empezar a mirar al suelo mordiéndome el labio. No quería echarme a llorar una vez más.
-Lo siento. Ya sabes a qué me refiero. A lo que piensas. Repito que puede que no sea eso.
-Manu.
Di un paso hacia él y le cogí la parte de abajo de la camiseta con las dos manos, mi casco colgaba de mi brazo izquierdo dejando caer ahí todo su peso.
-Por favor -supliqué mirándole a los ojos y acercándome a él-. Llévame contigo, lejos, donde sea me da igual. Solo quiero alejarme.
Manu se quedó helado, sin apartarme la mirada. Frunció el ceño. Yo sabía que le gustaba, para él era una oferta muy tentadora. Coger la moto y fugarse conmigo. Yo sabía muy bien lo que hacía al pedirle aquello. Ahora dependía de las ganas que Manu tuviera de estar conmigo.
-Vamos a ir a casa de Usui, si después de eso sigues queriendo fugarte, nos vamos. ¿Qué dices? -me preguntó apartándome un mechón de pelo por detrás de la oreja.
-¿Decida lo que decida me harás ir allí verdad? -pregunté a pesar de conocer la respuesta.
-Por supuesto, mi querida Cenicienta.
¿Eso había sido un cumplido? ¿Salido de la boca de Mike? ¿Hacia mi persona? Increíble.
-Vamos.
Acepté sus órdenes y me puse el casco. Él subió primero y yo detrás de él. Me agarré a su cintura mientras íbamos por las calles. Después de unas cuantas indicaciones llegamos al edificio donde vivía Usui.
No sé si por suerte o por desgracia nos encontramos con Alba que venía con la que probablemente era su nueva canguro, en el portal.
-¡Coco! -gritó antes de correr hacia mí para abrazarme.
Yo la cogí en brazos y la levanté. Tuve que hacer un esfuerzo por no partirme el espinazo porque ya pesaba bastante, a pesar de ser la niña palillo.
-¿Qué tal estás? -pregunté después de bajarla.
-Pues nada, con una nueva súbdita -dijo mirando de reojo a la pobre chica que llevaba cara de terror-. Plebeya, esta es una buena amiga de la familia. Si algún día necesita algo, LO QUE SEA, se lo das. Tiene concedida nuestra ayuda -le dijo en tono autoritario y la chica asintió con miedo en la mirada.
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Se llamaba Usui
RomansaUns vez conocí a un chico muy especial. Él cambió mi vida por completo. Fue mi primer y único amor, y no le he vuelto a ver. Pero si queréis, os puedo contar nuestra historia. Él se llamaba Usui...