La Caja, La Espada y La Armadura

Palacio celestial

Perdón si no soy de comentar todos sus ( valga la redundancia ) comentarios. Yo los leo y agradezco muchísimo la interacción.  Tanto a los lectores nuevos como viejos les digo que esta novela fue gracias a ustedes, sino no hubiera llegado a ningún lado.

Esta novela al escribirla al pasar no sentí ninguna presión, creando una versión enorme del Infierno y todo lo que conlleva un mundo completamente inexplorado.

 Cuando empecé a escribirla no tenia idea lo que iba a lograr =) Agarrar unos personajes que no son tan usados, o no son explorados a fondo demuestra lo desestimados que son por el autor original. Porque a decir verdad la saga de Hades propuesta en el Saint Seiya Clásico no tuvo tanto desarrollo, dando personajes muy interesantes pero dándoles un fin no muy trabajado. 

Les agradezco a todos por leerla.

Las horas faltantes pasaron inadvertidas en el castillo del rey de los infiernos porque todos esperaban el triunfo de los dioses de los sueños, pero a medida que el tiempo transcurría y no aparecían, la tensión comenzaba a instalarse en el castillo del Terror. 

La tensión llego a limites nunca vistos que los espectros se peleaban entre ellos por cualquier estupidez, el ambiente comenzaba a viciarse, mientras Alone disfrutaba pintando a la vez que escuchaba con deleite los enfrentamientos y mas de una vez miraba cada dos por tres la espada de Hades que se encontraba al lado suyo.

Todo el lugar estaba viciado mucho mas que el interrogatorio del Santo de Plata, era como si hubiera un aura de desesperación dentro del castillo y que de a poco se iba alimentando de la fidelidad de Pandora al ejercito. Pronto esa fidelidad termino mermando sufriendo los espectros un decaimiento anímico, atacando sus corazones.

Rechinaban los dientes, suspiraban. El aura se tornaba viciosa.

Pandora fue directo a hablar con Alone sobre como actuar ante la pronta llegada de los santos de Plata.

— En otros casos hubiéramos esperado que ellos entraran al castillo, pero hay un aura que es irrespirable. No hay lugar en el castillo que no pueda sentir esa desesperación, la defensa es el mejor ataque. Tenemos que sorprenderlos y matarlos en las puertas — dijo Pandora con mucho dolor de cabeza a Hades.

— Hasta que no se celebre el juicio esas puertas permanecerán cerradas. Haz lo que quieras después pero no permitiré que subestimes tu lugar como lugarteniente, tu no eres el Rey — dijo Alone perdiendo de a poco las emociones que tanto había mantenido selladas tanto tiempo.

—Si, Alone- sama — dijo Pandora con una risita, pero la verdad era que lo había hecho a propósito.

— ¿ L - Lo sabes ? — pregunto Alone descolocado por los dichos de Pandora.

— ¿ Saber que, Hades - sama ? — dijo una Pandora muy escéptica.

— Nada. Haz lo que te ordeno y punto.

— Claro que lo hare — dijo Pandora fríamente.

Las horas, los minutos, los segundos pasaban y no había ninguna señal de los dioses de los sueños.

Tres horas antes de la confrontación Hypnos había regresado con Violate de Behemot del Tártaro, portando el surplice del Juez de la estrella Celestial del Heroísmo Eaco de Garuda.