Sad Brothers

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1996

 — En tres días morirá si no es destruida la espada de Hades

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 — En tres días morirá si no es destruida la espada de Hades.

Seika recordaba esas palabras como si la vida de su hermano estuviera pendiendo de un hilo tan fino que solo el roce de sus manos hicieran desaparecer su mera presencia.

Cuando Saori Kiddo desapareció en la laguna de Crhonos, Seika se ocupo en todo momento de dar su vida por Seiya.

Lo llevo continuamente a los campos verdes para sentir la brisa que jugara con su piel. La luz del Sol le dio vitaminas que sin ellas seria inútil resistir la fuerza de la espada invisible.


Varias veces al día masajeaba sus músculos atrofiados, lo bañaba como una madre lo hiciera con  su hijo. Todo esto lo hacia con el único propósito de pasar esos últimos días con el. Sin importar lo que les deparara el futuro..o el ángel. 

Un ángel con una mascara los observaba, sin embargo había hecho una promesa con Hyoga de Cisne de no agresión hasta que el regresara.


Las horas continuaban en un lapso sin fin, pronto se unió a la espera Marín de Aguila vigilando al ángel Icaros.

Cada uno tenia diferentes propósitos, pero todos estaban entrelazados con Pegaso.

Seika palpa con sus manos la túnica, extrayendo un rosario y se pone a rezar.

" Padre nuestro, que estas en los cielos. Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el cielo. Dadnos el pan nuestro de cada día. Perdonas nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Mas líbranos del mal, Amen "


Seiya mueve los dedos de su mano derecha.




Castillo de Hades

Siglo XVII

En la confusión, Pandora trata de ponerse en pie pero cae al piso luego de traerle a su señor el trono para que vea la batalla.

Se encuentra débil, y accidentalmente apoya sus manos con la sangre del shinigami en los sapuris de los dioses de los sueños. Estas marcas desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, descansando la sangre del dios en los surplice.

 Estas marcas desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, descansando la sangre del dios en los surplice

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Mientras tanto los dioses de los sueños descansan en sus aposentos luego de tantas experiencias a flor de piel

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Mientras tanto los dioses de los sueños descansan en sus aposentos luego de tantas experiencias a flor de piel.

Podrían ser confundidos por simples mortales sin los sapuris, sin embargo esto no esta en sus pensamientos.

Lloran, ríen, agradecen, se enfurecen, golpean las paredes. Todo al mismo tiempo.

El viaje a la otra dimensión los conecto de tal manera con los mortales que aprendieron en 12 horas lo que se aprende en décadas de entrenamiento y espiritualidad.

Saben que los seres humanos sufren, odian , sienten, viven, ríen, se enamoran, mueren. Todo en un circulo sin fin.

No son solo seres hechos de carne. Con esto aprendieron de la peor manera posible el odio a lo que no se puede evitar.

En esa dimensión eran tan vulnerables que tuvieron que tomar en cuanta cosas tan banales como comer, beber, dormir... y soñar.

Constantemente tenían que estar en alerta ante cualquier situación, sea buena o mala y sus consecuencias.


Tuvieron que conectarse con el contenedor a un grado que ya no eran dioses, ni siquiera recordaban sus nombres. Eran mortales con miedos, frustraciones, sueños, esperanzas y el deseo de escapar de esa terrible experiencia.


Amistad, fidelidad, hermandad. Cosas de seres inferiores a ellos, pero ahora comprendían que no estaban tan alejados de los mortales.

Pandora los escucho, pero no intervino. Necesitaban ese momento para reflexionar y que sus mentes descansaran después de  ese experimento psicológico.

Ella también lo hizo. Puso su mente a vagar, logrando encontrar una vía de escape a lo que había pasado y recuperar la compostura después del aura viciosa.

Afuera, la batalla había comenzado.

Una batalla que nunca se olvidara.





La Caja, La Espada y La ArmaduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora