El ejercito de Hades toma un papel secundario cuando el santuario se ve amenazado por la resurrección del decimotercer santo dorado, pero cuando la desconfianza se instala en algunos espectros por la identidad de Hades, Pandora deberá mantener su l...
Parece difícil imaginar que aquellos que derrotaron a los santos de Plata tuvieran esta sensación, pero ahora que superaron las expectativas de Hades y se sentían mas tranquilos les invadió esta inseguridad.
La responsabilidad de ser un shinigami los obligaba a mejorar, superarse. Pero cada uno tenia sus limites.
De la euforia pasaron a la realidad. Confiaban en los Oneiros, pero tarde o temprano un enemigo mayor atravesaría las puertas del castillo.
Al no haber destruido el castillo de Hades, los siete templos permanecían sin efecto. Causando que cada protector espere hasta que la vía se abriera para enfrentarse a los dorados.
La función de los dioses de los sueños era cortar en dos al santuario, dejar la menor cantidad de obstáculos para que Hades gane la guerra santa. Pero para eso necesitaban madurar. El nivel que tenían no podía compararse con los santos dorados o con la misma diosa Athena.
Era obvio que un día un grupo de personas vestidas con armaduras de oro se plantarían contra el rey Hades.
Hasta la misma Athena podría presentarse ante Hades y tendrían que enfrentarse a ellos.
El mas tenso era Miyan de Rana, quería huir a toda cosa del campo de batalla pero Wimber de Murciélago lo tenia a su merced, apoyando su pie contra el sapuris de rana.
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— Vos te quedas acá — exigió el murciélago.
— ¡ Pero Wimber ! ¡ Vamos a morir, todos vamos a morir !
— Entonces vamos a morir todos juntos.
— ¡¿ No tenes miedo Wimber ?! Yo no tendría que estar acá. No quería ser un shinigami, esto es todo un error.
Wimber saca el pie y le da una patada en el estomago.
— ¡ Ándate si queres ! No servís para nada si solo atacas cuando el enemigo esta en desventaja. Si te vas no te quiero volver a ver porque yo especialmente cuando te vuelva a ver te voy a cazar. Te voy a matar.
— ....
— Yo también tengo miedo. Pero eso no significa que le voy a dar la espalda a la causa. No vuelvas a decir eso de no querer ser shinigami porque si te llegara a escuchar Hypnos vas a desaparecer y tu sapuris nunca volverá a ser usado.
Miyan lo mira.
— Te voy a estar vigilando. Desde ahora vas a ser el que mas se va esforzar en superarse, sino me asegurare que esta conversación le llegue al señor Hypnos — agrego Wimber.
