El ejercito de Hades toma un papel secundario cuando el santuario se ve amenazado por la resurrección del decimotercer santo dorado, pero cuando la desconfianza se instala en algunos espectros por la identidad de Hades, Pandora deberá mantener su l...
Pocas veces mencionada, la bebe Susanah esta por encima de algunos protectores de los templos malignos, ya que su solo llanto es capaz de dominar a los Titanes en el Tártaro.
Encontrándose El Tártaro debajo del inframundo, es tan profundo a este como lo es Gea (tierra) y Ponto (mar) lo eran a Urano (cielo)
Y al ser un lugar tan alejado del sol y tan profundo en la tierra, está rodeado por tres capas de noche, que rodean un muro de bronce que a su vez abarca el Tártaro. Un pozo húmedo, frío y desgraciado hundido en la tenebrosa oscuridad.
Los Hecatónquiros, gigantes de 50 cabezas y 100 brazos, son los guardianes de las puertas del Tártaro, y temen que algún día Susanah se vuelva niña ,y con ello no haya prisión que logre resistir el odio de Japeto e Hyperion " el que aparece antes del Sol " como tantos otros, pero esto no sucederá hasta que Geras " la personificación de la vejez " no ingrese a Tártaros.
El Tártaro es un lugar donde el castigo se adecúa al crimen. Por ejemplo Sísifo, que era un ladrón y un asesino, fue condenado a empujar eternamente una roca cuesta arriba sólo para verla caer por su propio peso.
También allí se encontraba Ixión, el primer humano que derramó sangre de un pariente. Hizo que su suegro cayese a un pozo lleno de carbones en llamas para evitar pagarle los regalos de boda. Su justo castigo fue pasar la eternidad girando en una rueda en llamas.
Tántalo, que disfrutaba de la confianza de los dioses conversando y cenando con ellos, compartió la comida y los secretos de los dioses con sus amigos. Su justo castigo fue ser sumergido hasta el cuello en agua fría, que desaparecía cada vez que intentaba saciar su sed, con suculentas uvas sobre él que subían fuera de su alcance cuando intentaba agarrarlas.
Radamantys, Éaco y Minos son los jueces de los muertos y decidían quiénes iban al Tártaro. Radamantis juzgaba las almas asiáticas, Éaco las europeas y Minos tenía el voto decisivo y juzgaba a los griegos.
Descenso
Hypnos y Violate atravesaron la escalera caracol que descendía al Tártaros. Desde ese punto, Violate de Behemot era la que tenia que dar la bienvenida al dios de los sueños como su invitado de honor, ya que ella era uno de los tres jueces que podían pisan el Tártaro y regresar.
Caminaron por la escalera de piedra, hasta llegar a las tres capas de noche que rodeaban el muro de bronce de Tártaros, en ese momento una de las capas empezó a moverse revelando a Garuda, el pájaro mítico de la constelación terrestre de Aiacos, considerado un dios menor (o semidiós) en el hinduismo y en el budismo.
También la segunda capa, el dragón Wyvern o dragón heráldico, criatura alada legendaria con cabeza de dragón, comenzó a exhalar fuego.
Violate e Hypnos se cubrieron, ya que el Wyvern posee un aliento venenoso, debido al cuerpo reptiliano que posee, dos patas y la legendaria cola con púas.
— Es hora de ir a al palacio de los Hecatonquiros — dijo Hypnos, haciéndole una reverencia a Eaco de Garuda, que desde ese momento fue llamado como tal y su nombre verdadero sellado.
Desafío
En mil vidas se puede describir el palacio de cristal diseñado por Océano, ya que su belleza se antepone a la desolación de las cárceles del Tártaros.
— Soberano de Garuda, ¿ cual es el motivo de su honorable visita ? — pregunta el rey de los gigantes, haciéndole una reverencia a Eaco de Garuda.
— Deberían darle pleitesía primero al señor Hypnos. El Quiere ver a la bebe.
— ¿ La bebe ? — pregunta el gigante con miedo, recordando la premoción de la Pitonisa acerca de Geras — . Acaso..
— ¿ Piensas rebelarte ante un dios ? — lo acusa Eaco.
— No, claro que no.
— Condúcelo ante Susanah entonces.
Hypnos agarra del brazo a Violate.
— Espera, Eaco. Sabes que cuando Susanah deje de llorar los 12 titanes recuperaran la conciencia. Debes doblegar a uno de los doce y la bebe volverá a llorar. Con eso será suficiente para despertar la estrella maligna de Garuda.
— Ya me lo habías dicho. Estoy preparada.
— ¿ Ya elegiste a cual de los 12 te enfrentaras ?
— Voy por Hyperion.
— ¡¿ Hyperion ?! Disculpe que me entrometa Soberano Eaco, pero el posee uno de las armadura de soma mas impenetrables que existen. Por favor, no despierte a Susanah — le implora el rey de los gigantes.
Eaco no respondió e Hypnos asintió.
Mientras tanto, Hyperion se encontraba en la cuarta prisión. Sin saber que en unos minutos despertaría por completo.
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