Una semana después no quedaba rastro de la golpiza en el cuerpo de Ángel. Ella no hablaba del tema y cada vez que alguien decía algo al respecto ella cambiaba de tema. Ray seguía teniendo mucha rabia con su tía y su hermana mientras que Lucian seguía conmocionado por todo lo que su hermana e hija le habían dicho el día que hablo con ellas. No tenía idea que ellas tenían tanta amargura o que sentían tanto odio, no solo por los cazadores sino que por su propia gente. Y por él más que por cualquier otra persona, pues creían que él podría a haber hecho mucho más por ellos y no lo hizo.
Desde ese día no había vuelto a hablar con su hermana o hija, y sus otros hijos tampoco tenían contacto con las mujeres. La gente llegada de Lilat en su mayoría era bastante afable y alegre, eran muy trabajadores y muy agradecidos por lo que tenían y por estar juntos todos de nuevo. Sin embargo se dieron cuenta que había un grupo que se comportaba diferente al resto, y en este grupo estaba la hija de Lucian y su hermana.
Cada vez que Lucian pensaba en esto se le erizaba el bello de la nuca. Ya lo había conversado con Hottu y Sacha, y a ellos tampoco les daba buena espina ese grupito, más aún teniendo en cuenta que había lobos traidores entre ellos.
Otra semana más paso y Ángel estaba bastante acostumbrada con la vida en la casa de Lucian. Los hombres llegaban todos los días a casa a cenar y pasar la noche allí. Nunca más fueron al comedor comunitario, ni pasaban las noches bebiendo con los otros. Todos tenían ahora una vida hogareña, Ángel era quien los reunía y se preocupaba por ellos. Incluso Hottu y Sasha llegaban bastante seguido por allí también.
Cuando los hijos de Lucian la veían remendar ropa sentada frente a la chimenea, se les apretaba la garganta, pues su madre también hacía lo mismo. Incluso el tarareo mientras cocinaba o cuando pensaba en voz alta sin darse cuenta. Las similitudes en su manera de ser eran muchas. Los lobos no querían nada más que estar en su casa todo el día.
Apenas dos días atrás, los lobos se las habían arreglado para llevar a Ángel a ver a Enoc. Fue una verdadera sorpresa para ella, Jamás pensó que ellos la llevarían a la prisión.
Ángel se dio cuenta que había más de dos entradas a la prisión, hasta ahora conocía tres. Por la que había entrado esta vez estaba cerca de una cascada al interior del bosque. La entrada estaba muy oculta y no era conocida por los cazadores, Lucian la había encontrado con la ayuda de Dracul.
Ángel no daba más de alegría cuando se vio entrando a la prisión, apenas contenía su alegría y agitación. Al ver a Enoc casi muere de la emoción, se colgó de cuello y no se soltó en mucho tiempo, lo abrazaba tratando de convencerse que era real y estaba con él. Enoc y los otros le hablaban pero ella no se despegaba de su pecho. Cuando finalmente lo hizo se encaramo en un piso y lo beso apasionadamente. Esto no le gusto mucho a los lobos pues temían que él la terminara mordiendo, pero no fue así, el se veía tan enamorado como ella, y la besaba con la misma pasión. Los demás vampiros empezaron a abuchearlos y a molestarlos, gritándoles que dejaran de contar plata delante de los pobres.
Los lobos se sorprendieron ante este comportamiento de los vampiros, pues jamás los habían visto reír o interactuar con otros. Después de un par de horas los lobos se habían relajado y conversaban con algunos vampiros, pero siempre pendientes de Ángel y Enoc.
A partir de ese día, cada vez que terminaban la guardia en la fortaleza, Lucian o alguno de los lobos llevaba a Ángel para que viera a Enoc durante un rato. A veces Ray o Brent la dejaban sola en la celda con los vampiros y ellos se sentaban a beber y conversar. En esas ocasiones Ángel se las arreglaba para darle un poco de su sangre a alguno de los vampiros que realmente la necesitara.
Lucian les había pedido no darle más sangre a Ángel, pues tenían miedo que el cambio en el color de sus ojos se hiciera permanente y fuera descubierto por los cazadores. Aún así Enoc le daba unas gotas de su sangre cada vez que podía y le enseñaba a controlar sus emociones para evitar el cambio de color.
Los lobos no se daban cuenta de lo que sucedía, ni siquiera lo imaginaban. Cuando Bebían lo hacían muy en serio, aunque era raro verlos borracho. Él único al que Ángel había visto borracho casi sin poder pararse había sido a Elicio.
*****
Ya faltaba apenas una semana para el matrimonio de Ángel y Brent. Ella había hecho algunos arreglos a un vestido de novia que Lucian le había dado. Después de los arreglos y de la aprobación de Lucian, este le confeso que el vestido había sido de Nínive. Ángel había querido morir al saber que había ajustado y le había hecho otros cambios al vestido de la madre de los muchachos. Ellos también habían sabido todo pero no habían dicho nada, pues sabían que Ángel se hubiera negado a hacerle algo. Ella usaba la ropa que había sido de su madre y se había negado a hacerle cambios. El día que Lucian le dijo a quien había pertenecido el vestido, ella se había puesto a llorar enseguida. Todos la trataban de consolar mientras ella pedía perdón por los cambios que le había hecho al vestido.
Ángel jamás había sido de las que lloraba por todo, por lo que cuando lo hacía era desconcertante para los demás, pero también significaba que era por algo que realmente le afectaba.
Solo las palabras de Brent la calmaron después de un rato, y él no la había dejado de abrazar en ningún momento, Ángel se durmió en sus brazos pidiendo disculpas por lo que había hecho.
Lucian, Ray e Israel, miraban en silencio la interacción de su hermano y su futura esposa. Estaban seguros de jamás haberlo visto ser tan atento con una mujer. Generalmente era bastante huraño con ellas. Decía que solo causaban problemas y trataban de atrapar a los hombres para amarrarlos.
A un día del matrimonio había gran nerviosismo en la casa de Lucian. Por razones obvias habían decidido no hacer fiestas ni ningún tipo de celebración, sin embargo si harían un almuerzo familiar con unos cuantos amigos para celebrar la unión, sería raro y llamativo para los cazadores si Lucian, como jefe de los lobos y padre del novio no hacía nada para recibir oficialmente a Ángel como miembro de su familia.
Sacha estuvo casi todo el día en la casa de Lucian ayudando a poner mesas y sillas, mientras los demás ayudaban en faenar el novillo que habían comprado para celebrar el matrimonio.
A ángel se le encogía el corazón cada vez que lo veía, tenía miedo de lo que él pudiera descubrir en Alba cuando fuera allá. Por más que le había preguntado a Dracul que encontraría Sacha cuando fuera a su pueblo natal, él se había negado a decirle. Solo le había dicho que cambiaría muchas cosas en su futuro.
Se acostaron antes de las once de la noche, estaban agotados con todos los preparativos para el día siguiente. Nadie había hecho mención alguna a todo lo que había pasado en la villa durante los últimos días.
Nadie quería esa unión, sobre todo la hermana de Lucian y su hija.
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VIVIENDO CON LOBOS ( III libro Serie La Niña Y Los Monstruos )Sin Corregir
VampirosEl torneo entre cazadores y lobos tuvo un inesperado desenlace, resultando como ganador Brent, el hijo menor de Lucian. Y tal como lo prometió Eleazar, las familias de los lobos quedaron en libertad para vivir con ellos. En cuanto a Ángel u...