VIVIENDO CON LOBOS ( III libro Serie La Niña Y Los Monstruos )Sin Corregir

REVELACIONES INESPERADAS

Ángel despertó algo aturdida, Se enderezó y no reconoció el lugar donde estaba. Había un olor a encierro bastante pesado en aquella habitación. Se miró a sí misma y en un principio no reconoció las ropas que llevaba puestas. Le llevo unos minutos despertar bien y recordar lo sucedido en las horas pasadas. Inmediatamente vino una sonrisa a su rostro pues Seguramente había tres hombres y tres mujeres muy felices en aquellos precisos momentos. De un instante a otro se vio de pie nuevamente en las ruinas de la fortaleza mientras un gran grupo de personas se alejaban de allí. La angustia se apoderó de ella, Pero esta vez vio detalles en los que no había reparado las veces anteriores. Había una mujer muy parecida a ella que iba al lado de Enoc, su risa era igual a la suya. Por primera vez desde que empezara a ver aquella visión se preguntó si realmente era ella quien estaba entre esas ruinas viendo como todos se alejaban.

Cerró los ojos y se concentró en las imágenes para ver si podía forzar las visiones en su mente. Después de varios intentos lo consiguió y no era ella quien estaba de pie sola en aquellas ruinas, era Dracul. Y la angustia que sentía cuando se veía de pie allí completamente sola, era la angustia de Dracul. Era su desasosiego y pena lo que sentía como si fueran sus propias emociones. Se levanto de un salto al saber con seguridad que su futuro estaba al lado de Enoc, ellos estarían juntos después de todo. Se tambaleo a causa del mareo y termino dándose un buen golpe en el piso pero no se golpeó la cabeza, solo quedó allí tendida sin poder ponerse de pie.

Realmente no fue capaz de moverse, se quedó allí tendida hasta que alguien la encontrara. A esa hora debían estar todos los lobos de aquella casa en la fortaleza. Solo si se hallaba capaz de levantarse lo haría, de lo contrario seguiría allí.

Cerró los ojos y se quedó dormida. Estuvo durmiendo allí todo el día, era realmente agotador ver las visiones y sobre todo forzarlas en su mente, era un desgaste tremendo para su cuerpo. Fue encontrada recién al atardecer por Angaroo que fue el primero en llegar a casa. La levanto del piso y estaba fría y pálida, el lobo la acurruco en sus brazos y la saco de la habitación. La llevó el comedor y se sentó con ella cerca del fuego. Al cabo de unos minutos había entrado en calor. Se acomodó en su regazo y siguió durmiendo.

Ángel sentía un calor sofocante. Se movió inquieta para destaparse pero lo único que consiguió fue varias risas. Abrió los ojos confundida y se topó con la mirada de Lucian, sus hijos y Hottu. Los miro aún más confundida al verlos a todos allí y se acurruco de nuevo, estaba segura que estaba soñando. Un pequeño gruñido la despertó del todo y ella se enderezo enseguida y miro al dueño del aterrador sonido. Estaba en las piernas de Angaroo y este no se veía muy feliz, pero los demás estaban muertos de la risa.

_" ¿Qué pasa?" pregunto Ángel, pero ninguno contestó, solo se reían y miraban a Angaroo que no dejaba de dar pequeños gruñidos cada vez que ella se movía.

-"¿Y a ti que te pasa? " Le pregunto Ángel ante un nuevo gruñido.

El lobo le mostro los dientes y luego hizo lo mismo hacia los demás, que reían cada vez más fuerte, algunos reían a carcajadas. Ángel los miró nuevamente y luego miro a Angaroo que la miraba de mala manera.

_"Estas sentada con apenas una camisa encima, y sobre una parte muy delicada de la anatomía de un hombre y te estas moviendo de un lado a otro, además tienes muy buenas piernas... ¿quieres que te diga lo que eso provoca a un hombre, a mí en este caso?".

Las mejillas de Ángel se volvieron rojas enseguida, se levantó rápidamente y fue al lado de Lucian quien no podía dejar de reír, al igual que los demás.     Angaroo flexionó las rodillas para no quedar aún más en evidencia y avergonzarse más de lo que ya estaba ante los demás.     Se quedó allí maldiciendo para sus adentros.    Bastante malo era no tener a una mujer como para que ella lo tentara como lo había estado haciendo.    Sabía que no    había sido su intensión, pero eso no quitaba el hecho de que lo había calentado y dejado frustrado.