Ángel oyó otra vez un fuerte golpe y puso más atención a lo que pasaba a su alrededor. Poco a poco su memoria de lo sucedido fue volviendo, y el miedo se apodero de ella. Otro fuerte golpe se oyó muy cerca del cuarto en el que estaba, mientras varios lobos discutían y se gruñían fieramente. Escucho la voz de Sacha cuando le prohibía a alguien seguir insistiendo. En un tono aún más autoritario Sacha dijo que Ángel era su hija y él iba a decidir qué era lo mejor para ella.
Ángel se quedó sin aliento ante las palabras del lobo, Y un profundo miedo se apoderó de ella. Se vinieron a su mente las innumerables palizas de su padre, sus gritos, sus malas palabras hacia ella, y el odio que él siempre sintió por ella y que jamás se molestó en ocultar. Si las palabras del lobo eran ciertas, ya sabía porque su padre la había rechazado tanto, al igual que el resto de su familia. Se negaba a creer las palabras del lobo, se decía a si misma que no podía ser hija de Sacha, su madre jamás se hubiera atrevido a engañar a su padre, más que por respeto a su marido, por miedo a lo que él pudiera hacerle si se llegaba a enterar de una traición como aquella. Sin embargo el odio con que Sacha la miró y la furia con que la atacó, era algo que conocía bien. Se dijo que tal vez era su destino enfurecer de esa manera a los que debían amarla. El hombre que la crió durante catorce años la odió siempre y ahora con Sacha era igual, no había duda que la odiaba, jamás lo había visto así de violento con nadie.
Brent le grito a Sacha que ella era su esposa y él sabía que haría con ella.
Ángel se asustó aún más. No quería estar cerca de ninguno de los dos, sentía miedo de ambos, y de todos los lobos en general en esos momentos. No quería estar cerca de ellos. Pensó en Jacinta y Trinidad, miro inmediatamente hacia la ventana, se preguntó cómo estarían, o donde estarían en esos momentos.
La discusión fuera de su cuarto parecía no terminar, lo mismo que los gruñidos y los golpes. Ángel se paró lentamente y fue hacia la puerta. A pesar del miedo que sentía, no quería que ellos siguieran peleando por su culpa. Ya bastante cargo de conciencia tenía, no quería más.
Abrió la puerta lentamente mientras se afirmaba de la pared. Estaba muy mareada y asustada. Al salir vio a Sacha y Brent forcejeando y gruñéndose mientras que Hottu trataba de separarlos, sus gruñidos eran horribles, el corazón de Ángel latía como loco por el miedo que sentía.
_"¡Brent!" exclamo Ángel lo más fuerte que pudo.
Los lobos se detuvieron y la miraron enseguida.
_"Podrías ayudarme por favor"
El lobo fue enseguida hacia ella, pero Sacha lo detuvo y trato de alejarlo.
_"Quiero estar con mi marido" dijo Ángel y entro como pudo al cuarto. Se quedó parada a un lado de la puerta, no podía caminar más, se iba a desplomar en cualquier momento.
Brent entro al dormitorio y la cargo en brazos enseguida, la acostó con cuidado y fue a cerrar la puerta.
Los ojos de Ángel era de color negro, su corazón latía muy rápido y su cuerpo temblaba. El lobo la acomodó en la cama y se acostó a su lado. La envolvió con sus brazos y la acuno en su pecho. Poco a poco ella se fue calmando y el lobo fue quien empezó a temblar. De un momento a otro se puso a llorar y oculto su rostro en el cabello de Ángel. Su llanto se volvió cada vez más triste y angustiado. En ahogadas palabras le empezó a pedir perdón una y otra vez por lo que había hecho.
Ángel se sentía fatal y algo asustada por la cercanía con el lobo, pero al escuchar su llanto dejo de temer y decidió consolarlo. Lo abrazó y le dijo que todo estaba bien. El lobo se alejó un poco para mirarla y vio que ella no estaba molesta o asustada de él. Esto hizo que el lobo se sintiera peor. Empezó a llorar y oculto su rostro en el pecho de Ángel. Ella lo siguió abrazando y consolando pero él no dejaba de llorar, parecía que a ratos estaba más y más angustiado. Ángel no dejo de masajear su espalda y de hablarle tiernamente hasta que poco a poco se fue calmando, finalmente se quedó dormido. Por primera vez ángel veía paz en el rostro del lobo, se veía totalmente relajado, a pesar de los golpes en su cara. Limpio las lágrimas del rostro de Brent y lo siguió abrazando. El cansancio la venció después de unos minutos, ambos estaban profundamente dormidos después de un rato. Lucian había llegado a casa y se había encontrado con Sacha y Hottu con el oído pegado a la puerta de la habitación de Ángel. El lobo pregunto qué pasaba y ambos lo hicieron callar y lo alejaron de allí.
Al llegar al comedor le contaron lo que había pasado.
Lucian no podía creer que su hijo hubiera llorado. Nadie había escuchado llorar a Brent desde el día que muriera Nínive, su madre. Desde aquel día el joven muchacho se volvió amargado y osco con todos, dejo de ser un niño alegre y bromista para convertirse en alguien muy serio y pesado con los demás. Solo con el paso de los años su actitud fue cambiando pero jamás volvió a ser el mismo. No se permitía apegarse a nadie, ni dejaba a nadie entrar en su corazón.
Lucian no sabía que pensar, jamás imagino que su hijo mostraría tal debilidad ante alguien, mucho menos frente a Ángel, sobre todo con los últimos acontecimientos.
Decidieron dejarlos tranquilos, confiando en que no pasaría nada malo con ellos.
Lucian suspiro fuertemente y se sentó a la mesa, estaba agotado como nunca antes. Se paró de un salto al recordar a las dos cazadoras que habían escapado nadie sabía a donde. Los tres salieron inmediatamente a buscar a otros lobos de confianza para salir inmediatamente a buscar a las dos mujeres. Cuando Lucian supo que estaban vivas, no lo había podido creer, casi llamo locos a sus hijos cuando le dijeron que ellas estaban vivas. Una vez más Ángel les había ocultado algo, que sin duda podía haberles confiado a ellos. Esta nueva mentira fue otra puñalada al corazón del lobo.
Las últimas horas para los lobos habían resultado ser una gran pesadilla de la que parecía que no iban a despertar jamás. A cada momento iban apareciendo más cosas. Tenían miedo de lo que pasara en las siguientes horas.
Una vez que se hubieron juntado los lobos de confianza, hicieron varios grupos y salieron a buscar a las dos cazadoras. Tenían que encontrarlas antes que los cazadores o algún lobo llegado de Lilat.
Salieron rápidamente en distintas direcciones.
Brent acomodo su cabeza y un par de manos acariciaron su espalda, abrió los ojos enseguida y uso su olfato para saber a quién pertenecían. Reconoció el olor de Ángel enseguida, pero también sintió olor a sangre aunque no era de ella sino suya, se enderezó con cuidado y toco su rostro, Sacha le había dado un buen par de puñetazos, pero en el calor de la pelea no se había dado cuenta que había sangrado. Toco su rostro pero la sangre ya estaba seca, miro su camisa y estaba manchada de sangre también, se la quitó con cuidado y la arrojó al suelo cerca de la cama. Miro a Ángel y vio las manchas de sangre que había dejado en el camisón y en su piel, al recordar que la prenda había sido de su madre casi enloqueció por haberlo arruinado. Se paró rápidamente para pensar que hacer. Considero sus opciones y decidió quitárselo para luego limpiarlo. La hablo un par de veces pero ella no contesto en ningún momento, ni siquiera se movió. Estaba bastante seguro que si ella despertaba mientras le quitaba el camisón le iba a dar una buena bofetada, si es que no una buena paliza. El lobo casi rogaba que lo hiciera para no sentirse tan mal por lo que le había hecho.
Con cuidado y mirando hacia el frente para no ver su cuerpo, le quito el camisón, meneo la cabeza ante lo absurdo de la situación, ella era su mujer ante dios y el resto de los hombres y lobos, pero él no podía tocarla o hacer valer sus derechos de esposo. Se sentía tentado a mirar pero sabía que no debía, subió rápidamente la sabana hasta cubrir sus senos, miró su piel manchada con sangre y fue a buscar un paño húmedo para limpiarla. Una vez que estuvo limpia no pudo evitar sentirse como un maldito por los golpes que tenía, de los cuales él y los otros eran culpables. Toco los moretones en su mandíbula, sus hombros, cuello, inclino su cabeza y empezó a besar suavemente los golpes que tenía en la garganta y el pecho. Su corazón se aceleró al tocar la piel con sus labios, se preguntó cómo sería besar su boca. No lo pensó dos veces, acerco su rostro al de ella y la beso con cuidado. Su corazón se aceleró aún más. Apoyo su peso en su costado derecho mientras con su mano izquierda acariciaba el rostro de Ángel. Se dijo que no era un maldito, jamás se dejaría llevar por su deseo y la tomaría sin su consentimiento. Aunque estaba bastante tentado a despertarla, seducirla y entonces dar rienda suelta al deseo que sentía por ella desde hace ya un tiempo. Brent tenía claro que ella podría ser su esposa, pero no estaba enamorada de él. Le dio un beso en la frente y se acomodó a su lado. Los cubrió a ambos con una frazada y cerró los ojos. Se durmió pensando en todo lo que había pasado en las últimas horas, partiendo con su matrimonio.
Nada parecía real, se sentía en una pesadilla de la que no podía despertar.
Los demás lobos estabanigual.
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VIVIENDO CON LOBOS ( III libro Serie La Niña Y Los Monstruos )Sin Corregir
VampirEl torneo entre cazadores y lobos tuvo un inesperado desenlace, resultando como ganador Brent, el hijo menor de Lucian. Y tal como lo prometió Eleazar, las familias de los lobos quedaron en libertad para vivir con ellos. En cuanto a Ángel u...