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El tiempo siguió transcurriendo y la herida estaba por sanarse. No del todo, pero sabía sobrellevar mejor la situación. Era el momento perfecto para encontrarme conmigo misma, cosa que nunca había hecho antes.

Luego de cumplir la rehabilitación, hice lo que mis padres me obligaron a hacer, regresar con ellos a México.

Seguía teniendo contacto con Steve, pero poseía el control para no dejarme llevar por los sentimientos que aún tenía hacia él. Me hallaba en "Etapa de Aceptación: Si te hizo daño, no te quiere... así que déjalo ir" Y aunque en veces trataba de ignorarlo, él insistía en hablar. Había momentos en los que no quería saber nada acerca de él, sin embargo, Steve llamaba diariamente a mis padres para preguntar el cómo estaba.

La casa estaba sola y no era de sorprenderse, casi siempre estaba vacía. Mis padres partieron a un juego de billar con unos viejos amigos, mis hermanos hacían actividades diarias fuera de casa, mientras que yo me hundía en la oscuridad de mi habitación.

Era la onceava vez en el día que mi teléfono pillaba. Dejé que sonara, no pensaba contestar. Luego de unos segundos se calló, después volvió a sonar.

Doceava vez.

A regañadientes me levanté del sofá en el cual estaba acostada y miré la pantalla de mi teléfono.

"Llamada de NO CONTESTAR"

-Al diablo -susurré. Regresé al sofá y me hundí en él.

No quería hablar con él y mi teléfono claramente decía NO CONTESTAR, así que eso significaba que no tenía que contestar. No siempre tenía ese nombre, en veces tenía "MENTIROSO" "TRAIDOR" "STEVETONTO ROUS" u otros días simplemente estaba como "Steve Rous". Todo dependía de mi estado de ánimo.

"Te llamo porque me importas y quiero saber de ti" me repetía cada que le preguntaba el porqué de sus llamadas.

El teléfono siguió pillando por unas ocho veces más. Me levanté furiosa y tomé la llamada.

-QUÉ QUIE...

-¿Por qué no me contestabas? -preguntó Steve tras el teléfono. Ni siquiera me dejó terminar la oración.

-Tal vez porque no quería -dije sarcástica-. Tal vez esa sea la respuesta.

-¿Por qué te comportas de esa manera?

-¿Quieres saber por qué me comporto así? -aumenté el volumen de mi voz.

-Jenn, por favor.

-No, ni un por favor. ¿Crees que lo que me hiciste no me lastimó?

-Basta.

-¡No, no me callaré! ¿No se te hace poco que por tu culpa me llevaran a rehabilitación?

-Eso fue tu culpa.

-No. ¡Si te hubieras comportado, nada de esto hubiera pasado! -me alteré.

-Jennifer, yo no hice nada.

-Si no hubieras hecho nada, aun estuviéramos juntos ¡TE ODIO! -colgué.

Y ahí me di cuenta que las etapas eran una mierda. Me seguía derrumbando. Me seguía afectando. Pero, ¿cómo podía llevarme bien con él después de todo lo que pasó? ¿Cómo quería que le contestara de buena manera? Él como: "Perdón Jenn, te prometo ya nunca volver a ponerte el cuerno con mi ex esposa. Y yo como: "Está bien, Steve. Dejemos esto atrás y volvamos a ser como antes" NO. Esto no se solucionaría con un perdón.

Las horas pasaban y me mantenía hundida en mis pensamientos. Habían transcurrido un poco más de dos meses de nuestra separación y aún podía sentir la furia al recordar los labios de Steve adheridos a los de Amanda.

Viviendo el Sueño © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora