No me podía sentir más orgullosa de lo que ya estaba. Había aprendido a decir NO a las cosas -o a las personas- que me hacían daño. Y en este caso hablaba de Steve. Después de tener un viaje lleno de dolor y lágrimas, llegué a casa de Irma. Estaba frente a su casa hecha un desastre. Mi rostro era espantoso. Tenía una pestaña postiza pegada en mi mejilla. Así tan mal estaba el asunto. Toqué el timbre e Irma salió inmediatamente.
-Jenni -alargó sorprendida.
-Hola -dije haciendo una mueca.
-Dime que no es verdad la noticia.
-Sí -quebré la voz-. Hemos terminado.
Me lancé hacia mi amiga para refugiarme del dolor. Mi alma ardía. Dolía con sólo pensar en él. Irma me llevó hasta dentro de su casa y me dejó en su sala mientras que ella buscaba pañuelos para secar y limpiar mi rostro envuelto de maquillaje y lágrimas.
-Aquí tienes -me dio los pañuelos-. Explícame que pasó.
-Amanda -dije de golpe y me soné la nariz.
-Esa maldita -gruñó.
Sí, pero logró lo que quiso ¿no? -sonreí entre sollozos.
-Pero, ¿hablaste con Steve?
-No -limpié mi nariz-. No quise hacerlo.
-¿Por qué no escuchaste su versión? Tal vez decía la verdad.
-Vi lo suficiente. De igual manera me engañó, mejor dicho, me engañé a mí misma. Soy una estúpida. Era muy perfecto que se enamorara de una tonta como yo.
-Él te adora, tal vez fue un error.
-Aquí no hay error. Lo hecho, hecho está -tiré el pañuelo al suelo.
Estaba completamente segura que no era un error. ¿Cómo podía explicarlo? "Estaba sacándole algo del ojo pero ella me besó" o "Ella me tomó desprevenido ¡Yo traté de alejarla!" Qué tontería. Aparte, ¿por qué precisamente en el momento que yo entré estaban juntos? Era demasiada coincidencia.
Los días pasaron y me convertía en un verdadero desastre. Pasaba de estar mal a estar peor. Empecé a ingerir todo el alcohol que no había ingerido en toda mi vida. Tomaba pastillas -o mejor dicho, antidepresivos-. Fumaba como tren y caí en las drogas.
¿Genial, no?
Era un asco total.
Todo el mundo se esmeraba en hablar sobre nuestra separación y de la pelea que sucedió en la premiación. Por cierto, gané la categoría. El premio lo enviaron a casa de Irma hace unos días. Irma salió en televisión conmigo mientras me entrevistaban fuera de su casa. Mi amiga estaba vuelta loca con tantas cámaras dentro de su jardín.
La mayor parte de las revistas hablaban de lo mismo "Jennifer y Steve han quebrado" "Amanda ganó lo que era suyo" "¿Qué será ahora de la chica mexicana?" "¿Steve regresará con su esposa?" y entre más estupideces. Todo me estaba consumiendo.
Mis padres me llamaron preocupados por las altas llamadas de Steve a mi hogar preguntando por mí. Aun no les contaba con exactitud todo lo que había sucedido y no quería hacerlo. Solamente les dije que no creyeran todo lo que las estúpidas revistas decían. "¿Segura que estás bien? Creo que es mejor que regreses a casa", decía mi madre. Ni loca iba a regresar. No quería hundirme más de lo que ya estaba.
Transcurrieron semanas y no mejoraba. Una preocupación entró en mí. ¿Y si no me recuperaba de esto? Estaba destrozada. Me pasaba horas escuchando su hermosa voz por medio de mis auriculares y eso me afectaba cada vez más. Pero es que era tan perfecto, tan lindo, estaba enamorada. Sólo de recordar su sonrisa me atontaba todos los sentidos.
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Viviendo el Sueño ©
Roman pour Adolescents¿Cómo diferenciar la fantasía de la realidad? El sinónimo perfecto de la palabra fantasía sin duda alguna lo gana Jennifer Smitt. Jennifer es una chica llena de sueños y metas que tiene propuestas a futuro. El deseo de realizar uno de sus sueños hac...