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Tuvimos una junta urgente -según Ryan- en el estudio, un par de días después. Las fechas del tour se retrasaron, así que a la siguiente semana comenzábamos en California. El tour constaría de cinco meses, los cuáles visitaríamos Estados Unidos, México y una parte de Europa. Llamé a mi madre para contarle sobre ello, ella estaba muy emocionada y me comentó que haría lo posible por estar presente en uno de ellos.

-¿No se te olvida nada? -me preguntó Steve.

-No, todas mis cosas ya están dentro del autobús, y creo que no olvidé lo más importante.

-¿Qué cosa?

-Tú -dije sonriente.

-Preciosa -alargó y me abrazó.

-Con tanta miel derramada terminaré en el suelo -dijo una voz. Era Jason.

-Oh por favor, eres un celoso porque no tienes a nadie -dijo Steve burlándose.

-Boberías, quien necesita a alguien -contestó Jason a la defensiva.

-Creo que tú -dijo Jeremy llegando junto con Trace.

Nos montamos dentro del autobús y el chofer dio marcha hacia California. Nuestro primer concierto sería al día siguiente. Gracias a Steve, sería la telonera de The Rous Band. Eso porque iba empezando mi carrera y era mi primer disco. En el autobús había seis camas. La primeras dos eran para Trace y para Ryan, las siguientes eran para Jeremy y Jason, y las últimas dos serían para Steve y yo.

Desempaqué cada una de las maletas y las guardé en una cajonera que compré hace unos días. Me gustaba tener organizadas mis cosas, aunque siempre terminaba con la ropa tirada por todos lados. Los zapatos los acomodé en uno de los cajones que tenía el autobús. Minutos después, Steve apareció. Le pregunté que si guardaría su ropa pero me contestó un "No, después lo hago" pero sabía que ese después jamás llegaría.

Salimos de lo que podría llamarse "dormitorios" para encontrarnos con el resto de los chicos. Jeremy estaba concentrado en su teléfono, mientas que Jason y Trace se embobaban en videojuegos.

-Así que esto es un tour con The Rous Band -hablé.

-Así es -contestó Jason deteniendo el juego-. ¿Qué te parece?

-Genial -coloqué los brazos en mi cintura. Llevé la vista a su control y pregunté-: ¿Me lo prestas?

-Claro -se levantó de su asiento-. Espera, ¿sabes jugar?

-Tú que crees -contesté divertida.

Le quité el control y tomé su asiento.

-¿Listo para perder? -desafié a Trace.

-En tus sueños, chica -contestó.

Steve no retiraba la mirada sobre mí, eso me ponía nerviosa. El juego en realidad no tenía ciencia. ¿Por qué los chicos se sorprenden cuando una chica juega videojuegos? En este caso solo era una carrera de autos, no tenía dificultad. La tercera vuelta de la carrera era la final, yo llevaba la delantera. Trace se quejó varias veces hasta que al final perdió.

-¡Gané! -alcé la voz.

-Apártate Trace, es mi turno de jugar -habló Steve. Tomó el control de Trace y se sentó a un lado mío.

-¿Tú también quieres perder, cariño? -le pregunté a Steve.

-Eso no va a pasar -se rió.

Me di cuenta que a personas como Steve Rous no se le puede ganar. Y no sólo en videojuegos, si no en cualquier situación. Sin embargo, dice que gané en ser mejor besadora que él, y eso en cierta forma me agradaba, aunque yo no lo creía así.

Viviendo el Sueño © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora