17 || Lo que quieres

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— ¿Qué es eso?

El espejo de Erised era más majestuoso de cerca y ambos chicos quedaron embelesados con su estructura.

—No lo sé —respondió Tanya para evitar problemas con la secuencia, sabía que era necesario el hecho de que Harry aprendiera que tenía que vivir sin sus padres, sin desear que estuvieran ahí.

Harry se acercó un poco al espejo hasta quedar frente a frente.

— ¡Mira, ahí está mi familia! —exclamó Harry con ímpetu. Tanya sonrió con ternura y se posicionó a un lado del chico.

—Yo sólo veo tu reflejo —dijo, haciéndose la desentendida.

—Cómo no... Ponte en mi lugar —ordenó el chico para que su amiga también pudiera apreciar lo que sus ojos veían.

Tanya asintió y quedó en el lugar que Harry había señalado. Cuando vio lo que el espejo le deparaba, abrió la boca levemente, sorprendida de lo que el espejo le mostraba; habían tres niños, para ser exactos eran los niños Spiegel, los tres se tomaban de las manos y comenzaban a moverse en círculos, se veían muy felices. La imagen desapareció y en su lugar se encontraba una familia de cinco integrantes con unas enormes sonrisas plasmadas; a un lado de la familia Spiegel, se encontraba cierto peligris que le había quitado el sueño a Tanya en los últimos días.

—Veo a mi familia, a los Wood —mintió—. Ral... digo, Oliver y yo nos llevamos demasiado bien.

— ¿Cómo? ¿No está mi familia ahí? —dijo confundido el azabache.

—No, tal vez muestre lo que queremos.

— ¿Qué queremos? —dijo más confundido que antes.

—Bueno, tú quieres a tu familia y quiero llevarme bien con mi hermano.

—Oh, ya entendí, pero es extraño, ¿no? Ver todo eso en un simple espejo.

—Supongo que tienes razón... hay que irnos, de seguro y Filch ya se fue —dijo la chica.

—Está bien, vamos.

Salieron de aquella habitación y por instinto trataron de encontrar el camino a la biblioteca y así poder guiarse hasta la torre de Gryffindor. Después de un rato de estar andando, sentían que alguien los seguía, por lo cual aceleraron el paso y doblaron en una esquina que guiaba a otro pasillo.

— ¿Qué hacen aquí? ¿Acaso estaban por ir a alguna parte?

Preguntó alguien; alzaron la mirada y se encontraron con Louis.

— ¿De qué vas tú? Sólo hemos tenido que arreglar algunas cosas.

— Ya, claro. Supongo que una de esas cosas es lanzarle a Hasso pequeñas cajas navideñas, ¿no?

—Tsss, te han descubierto —se burló Harry.

—Cállate, que tú estás igual de metido en esto que yo —reprendió Tanya.

—He visto a Filch pasar hace rato, así que tenemos un poco de ventaja —dijo Louis—. ¿Qué traes ahí? —curioseó viendo a Harry.

—Es una manta —mintió rápidamente. El rubio cenizo sólo asintió y los motivó a caminar. Dejó que Harry avanzara y tomó a Tanya del brazo.

— ¿Qué han estado haciendo? —increpó Louis con una inmensa curiosidad en sus ojos.

—Cosas que no te incumben —el chico alzó la ceja y Tanya lo empujó, ya sabía lo que pensaban los chicos a esa edad—. Tonto —masculló con la cara un poco sonrojada.

Louis sonrió y continuaron caminando. Tanya podía ver que Harry estaba inmerso en sus pensamientos como si tratase de asimilar algo de lo que había pasado.

—Aquí estamos —anunció Louis, Tanya no se percató de que estaban frente a la señora Gorda hasta que Harry la llamó, con un gesto se despidió de Louis antes de que la abertura se cerrara.

—Creo que tenemos que ir a dormir —dijo apenado Harry y evitaba a toda costa la mirada de Tanya.

—Entendiste lo que dijo Louis, ¿no? —El chico solo afirmó con la cabeza—. No te lo tomes en serio, era una broma.

Sonrió para tratar de reconfortarlo, Harry se limitó a decir un silencioso "Buenas noches" y subió las escaleras de los varones; por otra parte, Tanya suspiró pesadamente y se fue a acostarse.

Tanya Spiegel, teletransporte a HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora