Era ya la tarde del día siguiente y no había nuevas noticias de Harry.
Tanya pasó el desayuno con Ron y Hermione, el cual estuvo demasiado silencioso puesto que extrañaban al niño de la cicatriz. Durante ese lapso, Hermione le anunció que a las cuatro la profesora McGonagall la estaría esperando en su oficina.
Y allá era donde se dirgía Tanya.
Cruzó el patio principal, cuyo lugar fue testigo de la discusión entre madre e hijo, pasó por el invernadero número dos y después de unos pasillos más llegó al aula de Transformaciones.
Sentada en el escritorio y escribiendo en un pergamino era como Tanya encontró a la jefa de la casa de los leones.
En cuanto se percató de su presencia, la hizo tomar asiento.
— ¿Sabes por qué estás aquí?—la Ravenclaw frunció la nariz, de nuevo esas preguntas.
—No, Hermione me dijo que me mandó a llamar y nada más.
—Muy bien —la profesora McGonagall ordenó los pergaminos que tenía esparcidos en su dormitorio, cuando tuvo todo a su gusto, entrelazó sus manos y apoyo su barbilla en estas—. La señorita Granger me ha comentado sobre varios... sucesos que le han inquietado o simplemente sorprendido.
Tanya estaba mortificada, ¿de qué iba todo eso?
—Uno de estos sucesos es, en efecto, que usted de cierta manera predijo que el profesor Snape no era quien se encontraba tras la piedra —Minerva McGonagall le dedicó una mirada inquisitoria y eso estremeció a la niña de cabellos café.
—Eso fue simple instinto, un profesor no podría hacer eso, bueno, está Quirrel pero...—dejó la frase en el aire y la maestra aprovechó para seguir hablando.
—También mencionó que usted afirmó que el señor Potter atraparía la snitch siendo un novato —apretó los labios como si no quisiera decir lo demás —. ¡Si no que añadió que se la tragaría!
—Sólo los estaba vacilando, Harry tenía terror por el partido —Tanya movía sus dedos nerviosamente, ¡ella y su gran bocota!
—De igual forma parecía que usted sabía perfectamente que la señorita Granger se encontraba en los baños del primer piso el día de Halloween, sin que fuera a verla o que alguien se lo haya confiado.
Esta vez sí que se arrepentía de no medir sus comentarios, ¿cómo se iba a librar ahora?
—Mas este no es un regaño, es una oportunidad —Tanya arqueó una ceja, ¿una oportunidad? ¿Para abandonar Hogwarts?—. Hablé seriamente con el profesor Dumbledore y hemos llegado a la misma conclusión, debería tomar clases con la profesora Trelawney.
—Pero, apenas voy a entrar a segundo, las clases adicionales son hasta tercer grado, ¿no?
—Exacto, pero usted posee una habilidad nata para la Adivinación o como se le conoce en el mundo muggle; ver el futuro. Así que, ¿qué dice? ¿Toma las clases?
Veamos las opciones: podrás tener tantas meteduras de pata como quieras y sin tener que explicar nada; o bien, podrías seguir reprendiendote.
—Acepto —dijo con efeusividad y una sonrisa acompañó el tono.
—Muy bien. Iniciará para el siguiente curso, le mandaré junto a los materiales de segundo grado lo que necesitará para sus lecciones. Puede retirarse señorita Wood.
Tanya asintió y salió a trompicones.
Adivinación. ¿Qué tan malo puede ser?
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Tanya Spiegel, teletransporte a Hogwarts
FanfictionTanya Spiegel es Potterhead. Desde pequeña ha sido fanática. Un día a sus quince años mientras volvía a leer la fantástica saga algo extraño ocurre, cae en un transe, todo se vuelve negro y cuando el color vuelve esta en el mundo de Harry Potter...