Tanya Spiegel, teletransporte a Hogwarts

28 || Tal vez, Scarson, tal vez

La noticia que Harry Potter había enfrentado al que-no-debe-ser-nombrado corrió como pólvora y, para la hora de la comida todos, absolutamente todos, conocían una versión de la historia.

— ¡Lo venció en un duelo de hechizos! —oyó decir a un alumno de Hufflepuff con tal emoción, que Tanya casi se olvidó de la verdad.

Hermione, Ron y Tanya fueron a visitar a Harry en cuanto se acabaron las clases; los tres estaban tan sumidos en un debate sobre qué decirle al chico cuando llegaran, que casi arrollan al menor de los hermanos Scarson.

— ¿Qué pasa, Sulley? —le preguntó la castaña al ver la cara de nerviosismo que se cargaba el niño.

—Esto... —movía rápidamente sus dedos y con la cabeza señaló a los acompañantes de Wood— es un poco difícil de decir...

La chica movió la cabeza a un lado sin comprender adónde quería llegar el peligris sin embargo, Hermione fue más lista y habló.

—Ron y yo nos adelantaremos, te vemos allá —y sin más jaló al pelirrojo de la túnica y se lo llevó a rastras a la enfermería.

—Así que... —lo animó a hablar la Ravenclaw junto con un ademán—. ¿Qué quieres decirme?

Pasaron segundos hasta que el Hufflepuff se animó a hablar, tartamudeando casi como antaño el profesor Quirrel.

—Él... él sabe que l-los escuchaste... —mientras las neuronas de Tanya hacían sinapsis, el tejón continuó hablando—. Y bueno... qui-quiere que asistas a mi cumpleaños para que veas que e-ella no es mala persona...

Así que de eso se trataba, si bien Hasso no tenía ningún pelo de tonto, la niña nunca esperó que estuviera siempre al tanto de lo que pasaba a su alrededor; y eso la incluía.

— ¿Cuál es tu respuesta entonces? —increpó Sullivan al darse cuenta que la chica de cabellos cafés tenía la mirada perdida—, quiero decir, ¿qué diantres se supone que tengo que decirle a mi hermano? 

—Uhm... —Tanya miraba hacia el suelo como si fuera la pregunta más difícil del mundo, ¿qué más daba lo que contestara? 

Seguramente todo era un sueño (sí, hay que ser realistas), tal vez estaba en el hospital por algún malestar que le pudo haber dado después de acariciar las palabras de la autora, tal vez solamente estaba desvariando pero, ¿acaso se podía caer en algo así durante meses?

—Sí —por fin respondió con una leve sonrisa, era obvia su respuesta, de todos modos le había prometido a Sullivan asistir a su cumpleaños.

—Perfecto —la boca del niño se ensanchó tanto que, a la vista de Tanya, podía llegar hasta sus orejas.

Cuando el tejón estaba apunto de irse, la Ravenclaw lo detuvo con un comentario que lo alegró más.

— ¡Hey, Sulley! —con el semblante y el tono de voz serio, continuó—. Mi respuesta ha cambiado —una sonrisa juguetona se dibujó en su rostro—. Tal vez, Scarson, tal vez.

Negando con la cabeza se retiró el Hufflepuff, una carcajada resonó por el pasillo por el cual caminaba, con estrépito.

¿Habré hecho lo correcto?

Se preguntó mientras se dirigía a la enfermería.

Sí, seguramente sí.

Y con brincos de felicidad entró donde se encontraba el trío de oro.

Hasso

— ¿Y bien? ¿Qué ha respondido? —le preguntó a su hermano con un gesto de hastío e impaciencia.

—Dijo... —Sullivan carraspeó y a continuación hizo de su voz un tono chillón—. "Tal vez, Scarson, tal vez".

Hasso rió por el intento de imitación de la voz de una niña y por la respuesta de la chica de Ravenclaw; aquella había hecho una referencia a una contestación que el chico le dio el día en que salieron a jugar quidditch, el día de Halloween.

Tanya le había preguntado si trataba de matarla ya que, el Slytherin  no dejaba de empujarla cada vez que pasaba volando a su lado y, este le contestó "tal vez, Wood, tal vez". Al fin y al cabo, terminó por tirarla de la escoba, así que, el tal vez era su forma de decir que lo haría o trataría de.

—Tal parece que voy a tener que informarle a Jo que tendremos invitados y que, la casa tiene que estar reluciente —sentenció Hasso con una expresión triunfal.

Iba a ser el mejor verano.