29 || Vuelta a casa I

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— ¡Vaya curso! —exclamó Tanya mientras se dejaba caer sobre su cama en la torre Ravenclaw.

Padma, quien ya estaba arreglando su baúl aunque todavía faltaban dos semanas para irse, afirmó con aire ausente.

Después del incidente del cumpleaños de Hasso, Mandy evitaba a toda costa estar en el mismo lugar que Tanya; sin embargo, no podría estar así por siempre, eran compañeras de casa y coincidían con las amistades.

—Mandy dice que necesita subir —informó Lisa mientras entraba al dormitorio. Le hizo un ademán a Wood para que se escondiera. Eso ya se había vuelto rutinario.

La castaña se ocultaba debajo de la cama de Mandy -qué ironía-, y esperaba a que se fuera. Dos días antes tuvo que aguardar toda una hora y, gracias a eso descubrió lo que sentía Brocklehurst; vergüenza.

Sí, vergüenza. Se sentía mal por haber actuado así, además que ella ya sabía del cumpleaños del Scarson y se puso a la defensiva por la misma razón. Desde entonces, si cruzaban la mirada, Tanya le dedicaba una sonrisa para hacerle ver que no importó su manera de reaccionar.

Y parecía que estaba dando resultado, al menos ya no era Lisa quien iba por sus cosas.

Se metió en su escondite y se quedó quieta mientras Mandy buscaba algo entre sus pertenencias.

***

— ¡Otro año se va! —dijo alegremente Dumbledore—. Y voy a fastidiarlos con la charla de un viejo, antes de que empiezan con los deliciosos manjares. ¡Qué año hemos tenido! Esperamos que sus cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegaron... Ahora tienen todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año...

»Bien, tengo entendido que hay que entregar la copa de la casa y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con trescientos doce puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincuenta y dos; Ravenclaw tiene cuatrocientos veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos.

Los gritos de alegría no se hicieron esperar en la mesa de las serpiento, en inclusive hasta Malfoy sonrió, lo cual era una rara acción en él.

Eso, disfruten la alegría mientras exista su victoria.

Pensó Tanya com tremenda cizaña, de vez en cuando le gusta la desilusión de los Slytherins en el momento en que Dumbledore iniciaba a darles puntos extras a los leones, comenzando por Ron.

— [...] por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts haya visto en muchos años, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.

Los Hufflepuffs fueron los primeron en quejarse, aunque solo un poco, por que vamos, son los tejones.

A Hermione le concedió cincuenta puntos y a Harry sesenta, cosa que incentivó el descontento de las águilas. Al final Neville Longbottom consiguió diez puntos extras, dejando a las serpientes en segundo lugar.

Con un gran rechazo a todas estas conmemoraciones, nadie se esperó lo que diría el director de Hogwarts a continuación.

—Y por último, pero no menos importante, a la señorita Wood porque arriesgarse por un amigo es el mejor valor que pueda tener alguien, obtiene cincuenta puntos.

Tanya abrió los ojos con sorpresa y la mesa entera de su casa le aplaudió, gracias a ella quedaron en segundo lugar, ganando solo por cuatro puntos a Slytherin. Dumbledore cambió los estandartes que hasta el momento eran de colores verde y plateado pasaron a ser los de la casa Gryffindor y, por obvias razones, el resto del colegio no pudo evitar festejar la derrota de las serpientes.

Tanya Spiegel, teletransporte a HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora