Como una niña, como su mujer

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Capítulo 14

Me pongo la capucha de la sudadera de Ulises y salgo de su auto para luego tomar su mano. Estamos en casa de mi madre, son las once de la mañana, trato de abrir la puerta principal pero algo me lo impide, Ulises suelta mi mano y con dificultad la abre.

-¿Qué mierda?- digo sorprendida viendo la pila de vasos que nos impiden abrir la puerta.

-Tranquila.- trata de tomar mi mano pero se lo impido.

-Marco Justin Collins.- grito furiosa entrando al salón.

En el sofá con solo un pantalón y una asquerosa peluca rosa se encuentra acostado mi estúpido hermanastro.

-Despierta maldito idiota.- lo tiro del sofá haciéndolo gritar- ¿Que rayos le has hecho a la casa?- grito asustada, creo que voy a tener un ataque cardíaco.

-Es sábado luego lo arreglo.- respondio despreocupado.

-Es domingo idiota nuestros padres llegaran a las cuatro de la tarde.- digo tirando mi cabello demasiado frustrada- Pense que podia confiar en ti y dejarte solo en la casa, tan solo mírate ahí luchando por respirar- escandalice.

-Mierda... mierda que hago.- me mira desesperado como si yo tuviera la repuesta en el rostro.

-Yo que se.- grite llorando.

-Chicos tranquilos, si comenzamos a limpiar ahora en unas horas estará todo listo.- dijo Ulises demasiado tranquilo- ¿Los ayudo?- pregunto y ambos asentimos dando pena.

-Iré a vestirme.- dijo Marco mientras se sacaba la peluca.

-Apúrate hay mucho que hacer.- dijo Marco.

Al bajar las escaleras no puedo evitar mirar a Ulises, se ha sacado la camiseta quedando solo en pantalones de chándal, lo cual lo hace ver hermoso.Por que usan esos malditos pantalones de chándal, esto es peor que el infierno.

-Gala estas babeando.- Marco golpea mi brazo con una bolsa.

-Ponte una maldita camiseta.- gruñí y ambos sueltan una carcajada.

-Ya deja de mirar y ponte a limpiar.- Ulises me entrega unas bolsas y suspiro cansada.

-Aquí entra el cadáver de Marco.- ambos me miran preocupados- No es que lo vaya a matar... aun no.- susurró las últimas palabras tomando algunos vasos del piso.

-¿Qué tal la fiesta?- pregunto Ulises.

-Al principio bien.- hace una pausa y nos mira- Pero luego llegó un muchacho de tu edad.- dijo mirando a Ulises- Comenzó a beber, bailar y bueno luego creo que se fue.- rasca su cabeza dudoso.

-¿Cómo era el?- pregunto.

-Cabello castaño, llevaba jeans, camisa y vans- miro a Ulises.- Andaba solo.- dijo tratando de recordar.

-Jake.- digo molesta- ¿Como es que ese idiota terminó en una fiesta de adolescentes?- pregunto mirando a Ulises.

-No le digas idiota al tonto.- lo miró sin entender- A nosotros nos invitan a fiestas... y que digamos Jake no se puede resistir.- dijo este muy feliz.

-Pero meterse a mi casa.- dije frustrada, casi indignada.

-El no sabe lo que hace cuando esta borracho.- dijo y asiento fingiendo una sonrisa.

-En ese caso, si yo los mato, corto en trocitos sus cuerpos y los tiró con la basura. También será un accidente- sonrió cínicamente y ambos retroceden.

-Mejor prepara algo que comer.- dijo Marco quitándome las bolsas.

-En la cocina están los cuchillos.- susurra Ulises.

Una gran mentira #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora