Capítulo 28
En este momento hay varias cosas que me molestan y me tiene intrigada, pero la peor de todas es no saber lo que pasa entre Capri y Victor, ellos se odiaban mutuamente y si digo odiaban porque ahora no se pueden ni separar cosa que me molesta a mas no poder. Estoy en la casa de mi ex, al cual todavía quiero, y ellos como si nada demostrando su amor frente a mi; soy una persona que no consigue establecer una relación amorosa por mas de una semana.
Nuevamente como hice las últimas ocho veces separó a los tontos enamorados con la tos mas falsa y forzada posible.
-Tienes un problema en la garganta.- dijo Victor con una sonrisa en su rostro- Deberías ir a un día de estos a mi consultorio.- una carcajada se escapó de los labios de Capri a lo que asentí.
-No te confiaría ni un resfriado.- dije y me miro molesto.
-Listo.- dijo mi hermana con una sonrisa y Victor asintió.
-¿Me están ocultando algo?- pregunte y rapidamente negaron- Iré por el portátil.- dije tratando de abrir la puerta- Maldito auto que no abre.- mi frente pego contra el cristal y Victor abrió la puerta.
-No era tan difícil.- murmuró riendo Capri.
-Quien pidió tu opinión.- a los tropezones salí del auto, pare por un momento y mire a la puerta principal sin saber exactamente que debía hacer.
-Creo que me pase con los calmantes.- las palabras de Victor se hicieron lejanas.
Repetida veces toco el timbre pero al parecer Ulises no esta para abrirme, juro que si no me hubiera olvidado el portátil no habría regresado, esta casa es mi infierno personal.
Como si de una película de terror se tratase toco la puerta con la mano y esta se abre haciendo un fuerte ruido, sin dudarlo entro. A los golpes trato de prender la luz pero lo único que consigo es hacerme mal la mano, conclusión no hay luz pero tal vez me haya roto la mano.
Con algo de miedo comienzo a subir las escaleras, tratando de no caer rodando y evitando todo tipo de peligro.
Yo soy una persona que come a toda hora, mientras estuve viviendo aquí me levanta en la madrugada por comida y mas de una vez tuve el presentimiento de que alguien me vigilaba, seguía o incluso me tocaba las piernas. Por suerte tengo un buen corazón y no morí de un infarto ante esos "espectros".
Abro la puerta de la habitación de Ulises y rápidamente miró la cama, hay algo o alguien en la cama y a un lado esta mi portátil. De puntillas me acerco a la cama y tomo el portátil, golpeo lo que sea que hay bajo las sábanas comprobando que es solo una almohada y que mi mente me esta jugando una mala pasada.
Me paro en el pasillo y miró hacia ambos lados, a la derecha hay cuatro habitaciones una de ellas es un baño y a la izquierda hay tres habitaciones una de ellas ha estado cerrada desde que llegué a la casa. Este puede ser otro de esos momento en los que estoy siendo paranoica y me parece ver a alguien, o simplemente hay alguien al fondo del pasillo; sea como sea no dudo ni un minuto en salir corriendo a las escaleras.
Apretando con fuerza el portátil contra mi pecho bajo los últimos escalones. De camino a la puerta mi cuerpo choca con algo, un fuerte grito se escapa de mis labios y el portátil cae al piso, espantada me llevo las manos al rostro.
-Gala estoy aquí.- al escuchar la voz de Ulises algo en mi dice que con él estare segura y sin dudarlo me pego a su pecho.
-Prende la luz.- pedí con miedo y llorando como una niña pequeña.
-Es lo estaba tratando de hacer pero no he conseguido nada.- susurro mientras acariciaba mi espalda.
-Creo que me iré.- con la voz entrecortada me aleje de el y camine a la puerta.
ESTÁS LEYENDO
Una gran mentira #1
RomanceGala McAdams Escritora Desconfiada Caprichosa Orgullosa Ulises Morrison Dueño de sus millones Fiestero Decidido Orgulloso Sus mundos son distintos, ellos son distintos. Pero por alguna razón la vida los unirá en una. ¿Podrán dejar el orgullo...