"Lindsay Marie Ellingson"

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Sepulveda, lugar ideal para pasarla bien, tragos, cócteles, y mujeres bellas bailando en pocas prendas de vestir. Sólo apto para hombres de la alta sociedad con el potencial multiplicado en ceros a sus cuentas.

Un gran club bien suministrado con grande fachada lujosa y numerosas trabajadoras nocturnas y diurnas; que según la calificación de un jefe, depende un precio.

Zapatos altos,  de preferencia negros o rojos. Trajes brillantes descubiertos pero, no del todo para mantener el misterio. Pestañas alargadas por mascarilla. Su cuerpo muy bien trabajado y de nuevo, estaba lista para sucumbir en deseos ajenos.

—Joan, ya es hora. ¿Estás lista? —pregunta al entrar en su camerino.

Joan termina con su maquillaje aplicando un poco de rubor a sus mejillas para luego levantarse frente al tocador.

—Lista —guiña un ojo.

—¡Joder!

—¿Qué te pasa? —dice con una sonrisa.

—Eres una mujer hermosa.

Eduardo, su mejor amigo y, coreógrafo de sus bailes en tubo, golpea su trasero y ella sale riendo.

—Bien, hazlo. Hay muchos millonarios aquí.

Al darse la vuelta, se desplazaba por el pasillo ágilmente entre un caminar muy seguro y seductor. No estaba nerviosa ni mucho menos pero sí era capaz de sentir algo al respecto y era la extrañeza de necesitar algo más qué sólo servir a hombres deseosos, justo ahora no sabía lo que quería pero, de algo sí estaba completamente segura y es que ya estaba perdiendo interés en lo que hacía.

Se posicionó de espaldas al público sosteniendo en sus manos el tubo con el que acostumbraba a bailar. Los amplificadores sonaron y entonces la melodía en trompetas comenzó a ser agradable para aquellos que le veían bailar, los dólares eran lanzados como gotas de agua en diluvio y los gritos eufóricos de hombres alcoholizados ascendían cuando mostraba sus destrezas gimnásticas.

—Quiero una noche con ella —le menciona a Eduardo quien se encarga de servir los tragos.

—¿Tiene....?

—No seas tonto, muchacho. Creame que si no tuviera el dinero suficiente, no estuviera en este lugar —le interrumpe.

—¡Sara! —llama— Cubre mi lugar por unos minutos.

Sara se levanta de las piernas de uno de sus clientes ya de edad un poco avanzada. «Espérame sólo por un momento» Es lo que le dice para luego besar sus labios e irse con Eduardo

—Más te vale no tardar —le amenaza la muchacha.

—Sí, cariño. Luego seguirás con él —sale tras la barra—. Venga conmigo. Le cederé una habitación.

—De acuerdo.

Eduardo le asignó una habitación al hombre. El cual no obstante espero tranquilo allí.

—¿Pasa algo? —pregunta al terminar de escuchar la puerta ser abierta, mientras arreglaba su cabello frente al espejo.

—Sí, de hecho. Alguien pidió una noche contigo.

—Dime ¿Es guapo? —su amigo hace una mueca

—No —responde—. Es gordo y... No lo sé, no es atractivo —la chica toma aire.

—¿Tiene el dinero necesario? Mira que últimamente me han sorprendido con hombres que sólo pagan un poco más de la mitad porque dicen "que no imaginaban un precio tan alto" —dice fastidiada— ¡Tonterías! Son unos tacaños —se voltea verle.

Vida Indecente -MJ Fanfic [#MoonwalKingAwards2017][#SmileAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora