D i e c i o c h o

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[Días después]

—Buenos días Camil —dije al bajar las escaleras

—Avril, buenos días —contestó

—¿Has dormido bien?

—Sí, gracias

—Me alegro —me senté a un lado suyo

—Oye Avril ¿Cuando me platicarás más cosas? La última vez qué lo hiciste fue cuando llegué aquí

—Pues justamente hoy pensaba hacerlo pero con ayuda de alguien más

Obviamente Ían me ayudaría.

—De acuerdo —sonrió

—Bueno —me puse de pie—. Ahora sí me disculpas, tengo qué hacer unas llamadas —sonreí de oreja a oreja—. Tus medicinas están en la mesa

—Sí, gracias Avril

Subí a mi recámara y llamé a Matthew y a Johanna, les había pedido de favor qué vinieran en un par de horas más.
Hoy sería él día en él qué juntaría a Camil con Ían, quizá él verlo la haga recordar muchas cosas, charlarán y todo se solucionará.
Había llegado la hora de llamar a Ían, más sin embargo este no contestó, eso me frustró después de varios intentos seguidos, ya qué sentía qué me estaba ignorando.

—Ok señor Ían Langdon —pensé—. Sí no responde a mis llamadas, lo iré a traer de las orejas hasta aquí.

Tomé mi bolso y bajé las escaleras.

—Camil, voy a salir. Matthew y Johanna llegarán en un rato más quedate con ellos —dije al estar en la puerta de entrada.

—De acuerdo Avril

—Volveré pronto, chao —dije al salir de casa

Me dispuse a buscar a Ían hasta por debajo de las piedras.
Primero fui a su casa, toqué la puerta, nadie abrió, no había nadie.
Luego decidí ir a la empresa donde él trabaja, posiblemente por la hora esté trabajando.

—Buenos días señorita —le dije a una empleada de la empresa—. Disculpe, el señor Langdon está en su oficina.

—No, no está. Salió con la señora Olivia al supermercado.

—¿Al supermercado? ¿A cuál?

—El qué está por el centro ¿Quería dejarle algún recado?

—No, gracias no es necesario. Yo misma lo buscaré.

Salí de la empresa rumbo al supermercado qué estaba en él centro. Me desconcertó qué Ían saliera de compras con la tal Olivia, tenía entendido qué ambos se odiaban. Y no creía qué ir al supermercado con tú jefe fuese trabajo.
Para cuando entré al supermercado supe qué sería todo un reto buscarlo en el supermercado más grande de la ciudad.
Tuve qué recorrerlo todo antes de encontrarlo, pero finalmente lo encontré "pegado"a la suripanta esa.

—¡Ían! —le grité estando a pocos metros de él.

Volteó a verme. Me acerqué a él rápidamente.

—¿Qué haces aquí? —pregunté molesta.

—¿No me ves? Trabajando ¿Como supiste qué estaba aquí?

—Sí claro —le arrebaté las bolsas de mercado, las abrí y las revisé —. Ahora trabajar es salir de compras ¿No? —saqué de la bolsa una caja maquillaje—. Ían ¿Esto es enserio? ¿Qué mierda te está pasando? ¿Ahora le compras maquillaje a esa zorra? —la señalé.

Olivia se encontraba lo suficientemente lejos para oírme. Están revisando los anaqueles.

—Basta ya Avril —me arrebató las bolsas—. Hemos venido a comprar cosas para oficina qué se necesitan, y Olivia aprovechó qué veníamos para comprar sus cosas —acomodó las cosas de las bolsas—. La bolsa qué me quitaste es de ella no mía.

Mr. and Mrs. FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora