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[...]

—Camil fue una persona realmente encantadora. La había conocido hace años en la escuela, desde él comienzo no fuimos grandes amigas, se podría decir qué no nos llevábamos bien en lo absoluto, pero al final terminó siendo una persona especial, y creo qué no solo para mí, sino también para todos los aquí presentes. Hace años los uní a ella y a el qué fue su esposo como pareja y ahora...las circunstancias de la vida, los ha separado. Te extrañaremos mucho Camil —dijo Avril antes de ir a su lugar.

Era él día del funeral, todos estábamos en el cementerio. Era un día muy lluvioso, tanto qué parecía qué el cielo estaba llorando junto con nosotros. Todos estuvimos de acuerdo en qué sin importar la ausencia del cuerpo de Camil, se llevara a cabo el entierro como sí en verdad ella estuviera dentro de ese ataúd. Sentía qué todo esto era en vano, qué todas mis lágrimas formaban parte de un llanto inútil hacía una tumba qué todos sabíamos, estaba vacía.

—Mi mamá fue la persona más comprensiva qué he conocido —las palabras de Eiza ante todos me sacaron de mis pensamientos —. Siempre tan bonita y presurosa, pero eso no le quitaba el encanto. Estuvo ahí para nosotros, para mí hermano, para mi padre y para mi. Y ahora, cuando más la necesitamos, se ah ido de nuestras vidas. Pero desde donde quiera qué esté ahora, ella nos cuidará como el ángel qué siempre ha sido. No te olvidáremos nunca mamá. —Eiza bajó del podio y abrazó a  Tyler

Sentía qué ahora me correspondía a mi decir algunas palabras. Aunque ni siquiera sabía qué decir.
Así qué me levanté y me dirigí al podio.
Antes de hablar aclaré mi garganta.

—Camil fue...y creo qué hablo por todos cuando digo qué, fue una persona importante en la vida de cada uno de nosotros. Y en la mía, ella lo fue todo. Honestamente ha sido la persona más hermosa qué en la vida he conocido y no creo poder conocer nunca más a alguien mejor qué ella. No ha nada sido fácil para mí el sobrellevar esto. Y más qué nada, espero qué Camil se encuentre en un hermoso lugar descansando en paz —dicho esto bajé del podio y volví a sentarme, nadie volvió a hablar hasta qué el ataúd estaba siendo enterrado.

Avril se encontraba siendo consolada por su esposo Zack, ella y yo habíamos sido los qué más hemos llorado. Y entiendo qué se sienta así, la comprendo. Lloraba inconsolablemente. Matthew se encontraba abrazando fuertemente a Johanna y a su hija Brianna quién no entendía lo qué pasaba. Erin y Skyler lloraban a un lado de Jason quién a lo lejos trataba de decirme algo. Los padres de Camil estaban devastados. Su prima Lauren había llegado justo a tiempo desde Gothenfeld para despedirse de ella. Karla su ex compañera de trabajo dejo un ramo de flores junto al ataúd, venía acompañada de su ex jefe, él señor Brown, ya un hombre mayor en silla de ruedas. Y yo, abrazando a mis hijos qué lloraban al igual qué yo.

—Señor Langdon —escuché a alguien decir.

Me di cuenta qué era Olivia, portaba un vestido negro ajustado, un saco del mismo color, su cabello recogido, lentes oscuros y una sombrilla.

—¿Qué hace usted aquí? ¿A qué vino?

—Vine a darle el pésame. Lamento lo de su esposa.

—¿Enserio lo lamenta, enserio? —hablé molesto—. No sea hipócrita por dios, mi esposa jamás le cayó bien, internamente debe de estar brincando de alegría por lo qué ha pasado. No entiendo como se digna a venir.

—¿Tan mala me cree señor Langdon? —se quitó los lentes oscuros dejando al descubierto sus ojos grises.

—Usted es el diablo, así qué mejor larguese de aquí ¡larguese!

—¿Me está...?

—Sí ¡Ahora soy yo quién la corre a usted! ¡Larguese!

—Ían ¿Qué ocurre? —apareció Avril detrás de mí al escuchar mis gritos

Mr. and Mrs. FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora