Capitulo 135 -ÚLTIMOS CAPÍTULOS-

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Tu: Lo sé... - dijo, y buscando en su bolsillo, sacó una pequeña libretita - Es un diario – él la miro sonriendo - sé que no podrás escribirme a diario, como antes, pero quisiera que al menos te tomaras unos minutos en la noche antes de dormir, y escribieras aquí todo lo que hagas y cada vez que pienses en mi – lo miró y sonrió – prometes que escribirás, algo para mi?
- Daniel: Tendría que llevarme todos los diarios del mundo para escribir, cada vez que pienso en ti – la besó desesperado. El sonido del silbato de la locomotora, anunciaba la inminente partida. Se separaron lentamente – te juro que haré lo imposible por estar aquí lo más pronto posible.
- Tu: No – dijo serena – quiero que hagas lo que tengas que hacer, y te tomes el tiempo que necesites y que no hagas estup¡deces por el solo hecho de llegar más rápido. Trae a ese infel¡z, y cuídate por favor.
- Daniel: Te prometo que no haré una locura...
- Tu: No caigas en su trampa... él tratará de hacerte enfurecer con sus palabras
- Daniel: "Adiós, adiós! Voy a bajar" - le decía sonriendo mientras salía del compartimiento y saltaba del tren. Ella abrió rápidamente la ventanilla y esperó a que se acercara desde el andén.
- Tu: "¡Amigo, señor, dueño mío! – él se acercó y le tomó la mano – ¿así me dejas? Necesito nuevas tuyas a cada instante del día, pues que muchos días hay en un minuto. ¡Oh! Por esta cuenta, muchos años pesarán sobre mi cuando vuelva a ver a mi Romeo – sonrieron. Él le dio un beso en la mano
- Daniel: Adiós... en cuantas ocasiones pueda, amada mía, te enviaré mis recuerdos.
- Tu: Oh ¿Crees tú que aun nos volveremos a ver?
- Daniel: No lo dudo, y todos estos dolores harán el dulce entretenimiento de nuestros venideros días."
- Tu: Daniel prométeme que volverás...
- Daniel: Lo prometo – dijo él sonriente – tu eres la razón por la cual volver. Disfruta de tu último año. Te juro que esta será la última vez que nos separamos.
- Tu: Te tomo la palabra y te juro que si no cumples, te seguiré hasta el mismísimo infierno para que cumplas tu juramento!
- Daniel: Te amo! – Ella sonrió - dentro de la maleta hay dos cartas y una sorpresa... ¡cuídala!
- Tu: Que?
- Daniel: Mira en la maleta... - fue lo último que escuchó. El tren cobró velocidad, y Daniel se convirtió en un oscuro punto a la distancia. ______ cerró la ventanilla. Aun triste tocó la enorme esmeralda que pendía de su cuello. El corazón estaba tibio. Suspiró aliviada. Al menos por ahora estaría bien. Recordando sus últimas palabras, sacó la maleta del portaequipaje y lo abrió. Dentro había dos sobres, que tenían unos números, y un paquete largo al costado. Tomó el sobre con el numero 1 y lo abrió.
"Princesa: Se que prometí, no gastar un dólar mas en regalos, y he cumplido. Pero recordé que tú sabiamente, rompiste tu raqueta en el asqueroso cuerpo del imbec¡il de Martin. Sabiendo que la más hermosa jugadora de Tenis de todos los tiempos, no podía usar una de las desastrosas raquetas de la universidad, he decidido con un gran dolor en el alma, dejar a tu cuidado mi único objeto de gran valor. No te pongas celosa de ella... y entiéndelo bien ¡es solo un préstamo! la quiero de vuelta en las mismas condiciones!
Te amo,
Daniel
P/D: ahora puedes abrir el paquete.
______ sacó con manos temblorosas, el alargado paquete. Sabía de qué se trataba. Ella lo había visto pasarse horas limpiándola, sacándole lustre y ponderándola como el único recuerdo de su padrino. Derramó algunas lágrimas. En sus manos, tenía la espectacular raqueta de su novio. La acarició. la guardo en la maleta y sonrió. Era un gesto más que romántico que le confiara su más preciado tesoro. Tomó la segunda carta. El sobre tenía el número dos, y unas breves palabras "Para que no olvides cuanto te amo". Sacó un papel, y lo llevó a su nariz, porque al abrirlo reconoció el perfume de Daniel. **Dormiré abrazada a este papel todo el semestre...** Sonrió, y comenzó a leer...
"Tantos días, ay tantos días
viéndote tan firme y tan cerca,
¿como lo pago, con que pago?
La primavera sanguinaria
de los bosques se despertó,
salen los zorros de sus cuevas,
las serpientes beben rocío,
y yo voy contigo en las hojas,
entre los pinos y el silencio,
y me pregunto si esta dicha
debo pagarla como y cuando.
De todas las cosas que he visto
a ti quiero seguir viendo,
de todo lo que he tocado,
solo tu piel quiero ir tocando:
amo tu risa de naranja,
me gustas cuando estás dormida.
Que voy a hacerle, amor, amada,
no sé como quieren los otros,
no sé cómo se amaron antes,
yo vivo viéndote y amándote,
naturalmente enamorado.
Me gustas cada tarde más.
¿Dónde estará? Voy preguntando
si tus ojos desaparecen.
¡Cuánto tarda! Pienso y me ofendo.
Me siento pobre, tonto y triste,
y llegas y eres una ráfaga
que vuela desde los duraznos.
Por eso te amo y no por eso,
por tantas cosas y tan pocas,
y así debe ser el amor
entrecerrado y general,
particular y pavoroso,
embanderado y enlutado,
florido como las estrellas
y sin medida como un beso."
_____ suspiró y se llevó la carta al pecho. Sonrió feliz porque pasara lo que pasara, estaba completamente segura que Daniel nunca dejaría una promesa sin cumplir

Aprendiendo A Ser Romántico "Daniel Seavey & Tú" {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora