Sorpresa

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Luna Sarandí traspasa la salida del Banco Nacional con una sonrisa de oreja a oreja enmarcada en su rostro. Ha recibido su primer pago por trabajar para Darién y aprovechó el momento para saldar todas sus deudas que a decir verdad no eran pocas. Siente que le quitaron cincuenta kilos cargados en la espalda. Ahora camina por la acera de la transitada ciudad e inconscientemente ríe con alegría e inmenso alivió.

— A partir de hoy cuando suene mi teléfono voy a contestar sin miedo de que sea algún cobrador.— Una anciana que está a su derecha la mira con consternación al escuchar el comentario. Luna le esquiva la mirada con vergüenza y acelera su paso para evadir el bochorno.

Además de alivio y felicidad hay una sensación que se entremezcla dentro de risueña joven. Es auténtico agradecimiento hacia Darien. Aún sin ser su objetivo la ayudo a salir de una situación difícil. Y pensar que le había dado largas buscando empleo para rechazar su tan inusual oferta. 

Cuándo aligera sus pasos sobre la acera y su mente comienza a divagar la curiosidad sobre lo que estará haciendo Darién invade por completo sus pensamientos.

Podría apostar que estaría absortó entre documentos, reportes y conferencias. Sus funciones gerenciales son una fijación o más bien una enfermiza obsesión la que arraiga el huraño licenciado. Incluso rememora con decepción aquel desayuno que compartieron. El se comporto tal como si estuviera en  la mesa junto a la mujer invisible y tan poco amistoso como de costumbre no le dijo más que dos frases sin dejar de hablar por su móvil. Pero a pesar de todo Darien tenía un halo de misterio que llama ponderosamente la atención de una desocupada Luna quien esta intersada en averiguar que hay detrás de tanta arrogancia y seriedad. Se le ocurre una insólita manera para así salir de la duda.

***

Jeremy Jones  esta de muy buen humor esta tarde, más de lo habitual. Hace unos minutos cerró un importante negocio con un inversionista mexicano. El jefe lo dejó todo en sus manos y no sufrirá ningún tipo de decepción. Va de camino a su oficina y lleva su traje gris claro con su camisa blanca de la suerte. Entra al ascensor y mientra  las puertas se están cerrando escucha una cálida voz.

— ¡Deténgalo por favor! — caballeroso como siempre así lo hace. Las puertas se abren nuevamente y una linda mujer capta su atención. Esta vestida de jeans y un blazer rosado encima de una blusa Blanca.

— Muchas gracias. — dice respirando un poco agitada.

— Para servirte. — Le responde con una sonrisa. El dulce aroma de la chica inunda el espacio haciendo que Jeremy trate de ver a la dama  disimuladamente cada cinco segundos. Solo unos pocos centímetros más pequeña que él estaba a un lado mirando despreocupadamente al frente. Jeremy desea entablar una conversación con ella así que rompe el silencio.

— ¿Vienes por una vacante?

— No, quiero ver a alguien.— ladeo con gracia la cabeza y replanteo el enunciado— Bueno es más como una visita inesperada.

— Es una lástima, sería estupendo que trabajaras aquí. — en la expresión de su rostro se deja ver la intensión de un elegante flirteo, su mirada azulada le brindan un toque de encanto y sensualidad a su mera proximidad.

— Tal vez más adelanté. En la vida nunca se sabe.—" ¡Que lindo!" pensó Luna mientras trata de controlar las aceleradas pulsaciones de su despistado corazón. El ascensor se detiene y ella se dispone a salir pero antes escucha a Jeremy detrás de ella.

— Espero volverte a ver por aquí en alguna otra ocasión. —  asiente amablemente con un brillo en sus ojos y camina con mucha firmeza.

Ambos siguieron caminos opuestos. 

La Novia Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora