Derecho Al Pataleo

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Luna se siente agradecida al encontrar su puesto vacío en el parqueo del instituto así no tendría que caminar demasiado. Está en la parte lateral del mismo y al aire libre. Con una vista clara de los tres Edificios que albergaba a los estudiantes. Esta exhausta y con pocos ánimos de trabajar pero el deber llama. Saca uno gafas de sol de su bolso y se las coloca. Antes de salir cruza sus brazos sobre el volante y apoya su rostro en el. Busca en lo profundo de su ser aquel recurso optimista que le renueva las energías abrió la puerta y salió. Para encontrarse frente al motivo de su desvelo. Esta con unos de esos trajes que usa para la oficina. Su semblante enérgico y vivaz se podría decir que aunque serio en sus ojos relucía la felicidad.

— Me acabas de dar el susto de mi vida Darién. Ni siquiera son las ocho. Seguramente ignoraras todo lo que te dije anoche y por cierto ¿cómo me encontraste tan pronto?— el dio dos pasos para atrás hasta llegar al baúl del coche de Luna y señaló el rótulo que tenía el nombre del instituto con el logo en el centro.

—Buenos días. Has perdido las nociones básicas de cortesía y buenas costumbres. —Levantó frente a ella el objeto que llevaba en sus manos— dejaste tus zapatos anoche no me pareció correcto quedarme con ellos.

— No debiste molestarte —Los zapatos blancos de tacón alto cambiaron de manos cuando Luna los recibió con cautela de no acercarse demasiado a Darién.

— Claro que si. Después de todo lo correcto es devolver las cosas a su dueña ¿cierto?

—Si, tienes razón pero me lo hubieras enviado y asunto terminado.

—Que bien, admites que tengo razón. Si continuas en ese mismo ánimo creo que quedaremos en buenos términos. Quise traerlos yo para aprovechar y darte la oportunidad de que rectifiques tu decisión.

—Esta insistencia tuya se está transformando en una obsesión Darién. Ya te lo dije aléjate de mi. Por que no me tomas en serio, es como si me vieras como tu payasa o tu mascota.

—Nada más lejos de la verdad te respeto pero estas equivocada al hacer esa elección. Hay cosas que tenemos que dejar claras desde hace tiempo Este no es un lugar para discutirlo....

—No necesito ir a ningún otro lugar contigo. Quieres un viaje el al pasado está bien aquí lo tienes no se trata de estar siendo Voluble. Está más allá de eso, de ti o de mí. Es que lo material y el poder no están desde mi punto de vista por encima de los valores y los sentimientos. Cuando tuviste esa estúpida y desesperada idea de ofrecerme un contrato de matrimonio no lo hacías a una desconocía lo ofreciste a tú novia que te quería con cada fibra de su ser y a la que defraudaste. La conclusión final Darién es que el precio de mi corazón no tiene espacio en una chequera ni se mide a través de una cifra. Y los términos de mi amor no se pueden plasmar en un vulgar documento. Más validez hubiera tenido una promesa que nunca me permitiste hacer por no creer en ellas.

—Se que te hice daño en el pasado pero ahora quiero hacer las cosas bien no te rehúses a perdonarme. — Sus palabras parecían sinceras al igual que su mirada. Aquello hacía flaquear a Luna por ello dejo de mirarle y se apoyó en el auto apretando fuerte la carpeta que llevaba con sus puños. Siguió con determinación pero mirando al otro lado del parqueo.

—Perdonado estás hace mucho para mantener la paz de mi espíritu todo lo bueno que vivimos se ha convertido en hermosas memorias a lo que me niego es a volver contigo. No me conviertas en un nuevo capricho por favor.

—Yo estoy seguro de lo que quiero y ser un bonito recuerdo en tu vida no es lo que busco. Ser esclavo y señor tuyo es mi objetivo. Esa técnica no combina contigo Luna. Lo mejor será que lo arreglemos aquí y ahora. Perdonare tu abandono y no lo volveremos a mencionar en lo adelante en nuestra relación. Ni siquiera te haré preguntas acerca de la naturaleza de tus encuentros con tu peor es nada... digo con el doctor Smith. Confiare en tu extravagante moralidad.

La Novia Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora