Outer Space - Muke Clemmings.

5

Narra Michael.

Abrí los ojos con algo de dificultad, que extraño, no recuerdo haber llegado a casa. Me moví un poco entre las cobijas sintiendo un horrible dolor de cabeza, lo que me hizo gruñir.

Me quite la cobija de mi cabeza mirando por todos lados, esta definitivamente no era mi habitación. Me levante, vi que llevaba una camisa que no era mía, empezando por que era color rojo y no usaría una camisa que no fuera negra, o un color oscuro, simplemente no era mi estilo.

Me acerque a la puerta pero justo antes de abrirla esta se abrió sola dejándome ver a ese molesto rubio de él otro lado. Levante una de mis cejas viéndolo con mi ceño levemente fruncido aun sin saber que hacía ahí.

Vi que en sus manos traía una tableta de pastillas y un vaso de lo que parecía ser agua en su otra mano.

- te traje pastillas para el dolor de cabeza. - me las tendió encogiendose en su lugar, yo las vi por varios segundos para finalmente tomarlas.

- ¿que hago aquí? -dije con mi vos más ronca de lo normal, pude ver el miedo en sus ojos. Me acerque a el.

- yo..yo te vi inconsciente en el parque y te traje aquí. -cerró los ojos con fuerza, como si esperará que lo golpeara. Pero no lo golpearia.

- ¿donde esta mi ropa? - mire con asco la que traía puesta. El abrió los ojos y movió sus labios intentando hablar pero al parecer por el miedo ninguna palabra salio de sus labios. Sonreí internamente.

- yo..yo.. están abajo.. i..iré a traerla. -bajo la mirada y bajo las escaleras, yo me acerque a la que parecía ser su cama y bebí las pastillas, sentía que mi cabeza explotaria en cualquier momento.

Espere por unos minutos más a ese estúpido rubio hasta que al fin entro por la puerta con mi ropa en su mano. El me la tendió, yo la tome de su mano algo brusco y espere a que saliera de nuevo para quitarme esa molesta ropa. Esperen un momento, alguien tuvo que haberme puesto esta ropa, maldito rubio, ahora si quería golpearlo. Me cambie rápidamente y me levante dispuesto a buscarlo y golpearlo, cosa que no fue buena idea, mi cabeza volvió a doler incluso con más intensidad que antes.

Me sostuve de la pared por unos segundos para luego caminar fuera de esa habitación en la cual no me agradaba mucho estar, baje las escaleras encontrándome al rubio parado en medio de la sala de estar. Pero todas mis ganas de saltar sobre el y golpearlo se fueron al sentir mi estómago revolverse y mi cabeza doler, así que sólo camine a la puerta parando justo al frente de esta.

- g..gracias, por lo de anoche. - dije antes de salir de ahí.