Nieve y Sangre

Capitulo 36

Antes de terminar de formular alguna pregunta elodie se había desvanecido junto con aquella criatura dejándola en la oscuridad, totalmente sola sintió cómo su cuerpo empezó a pensar haciendo que sus rodillas se doblaran y sus músculos no respondieron dejándola en el suelo inerte. De un parpadeo la oscuridad desaparece dejando que la luz de la luna diera alrededor mostrando que estaba en su habitación, el frío del suelo comenzó a calarle en los huesos pero esa sensación desapareció al momento en que sus ojos se cerraron por completo.

De ahí en más no sintió nada pero si otra persona que habitaba allí cerca pues está entre en la ventana y al ver a la peliblanca en aquel estado le levanto para sí llevarle a su cama. No se vio el rostro pero las facciones del cuerpo del intruso denotaban que era una mujer, terminando de arropar a yuuki está desaparece dejando solo una pluma junto con el ulular de un búho el cual se alejaba.

Aquella noche fue tranquila para ella ya que su cuerpo descanso por lo que vendría al día siguiente, los rayos del sol empezaron a colarse por la ventana pero eso no era lo que pasaba pues sentía algo pesado en la cabeza.

Por otro lado degel se encontraba arreglando lo necesario para el viaje, pensaba el porque kardia se tardaba en despertar a yuuki ya que no se levantó al amanecer como era de costumbre para ella. Suspiraba pues el lugar dónde se dirigía fue en el pasado su antiguo hogar donde hizo amigos esperando que le recordarán al menos ya que hace años desde que vio a seraphina.

Recordó aquel baile donde la vio por última vez al igual de su reencuentro con su maestro, acaso el estaria siguiendo sus pasos al entrenar a yuuki. Era lo correcto ofrecerle una vida llena de lucha en la cual ella peleara y no tener un futuro como madre o que ella encuentre el amor. Sabía de lo de su relación con regulus pero le molestaba un poco qué ella no se lo contara, terminó por escuchar rumores de los demás caballeros ya qué tampoco regulus se lo había dicho a su tío.

—KARDIA!!!!—Escucho a lo lejos cosa que logró reconocer aquella voz, pertenecía a su alumna y con ello algunas discusiones con el caballero de escorpio. A el no le gustaba el ruido pero el tener aquellos dos en el lugar le hacía sentir algo hogareño. Es el caballero más frío pero también con un gran corazón qué el casi ocultaba bajo aquella capa de frialdad.

Terminando de acomodar to necesario y escuchar cómo la joven regañaba a kardia para qué no le siguiera molestando y qué no volviera a despertarle así ya qué este había hecho una torre de manzanas en la cabeza de está aprovechando que estaba en un profundo sueño que no se dio cuenta del momento en que empezó kardia.

Fue así que al caer estas le golpearon algunas pero kardia tampoco quería perder sus frutas favoritas al ser golpeadas por lo cual tomo las que pudo evitando golpes más graves. Sin embargo eso no evitó la ira de la chica quién mientras esta le corría de su habitación para luego cerrar la puerta y desde allí terminar de regañar a su compañero, además este se había quedado en la puerta escuchando todo hasta la llegada del caballero de acuario

Se acercó al ver cómo el caballero de escorpión esperaba y el para no interrumpirla decidió esperar hasta el momento en que abrió la puerta. —Maestro.. no creí que me estuviera esperando.— Fueron sus palabras al momento de que ella recibió una pequeña mochila por parte de este.

—Te has metido en demasiados problemas cuando no estamos qué ahora debemos ser tus niñeras de nuevo.—Fue kardia quien respondía aquella incógnita que poseía la joven al momento de recibir la bolsa, está solo entendió aquellas palabras ya que era cierto. Las veces que se metió en problemas ellos no estaban y por ello habían tomado la decisión de llevarla.

Su maestro le dijo que se irían inmediatamente y que ellos le habían comentado a athena por aquellas decisión cosa que esta ya estaba hecha. Ella trató de replicar pero fue detenida por la mano de degel quién le pidió silencio y que solo les siguiera, pensaba qué había hecho enfadar al mostrar total seriedad en su ser. —Nos llevaremos a tu cachorro ya que ahi podra ser criado en su hábitat natural, no podrás tenerlo en el santuario ya que está creciendo y es mejor ahora qué sigue siendo un cachorro.— El solo pensar que su pequeño estaría lejos de ella le carcomía sin embargo no quería oponerse a su maestro y también podría haber una razón oculta por la cual su decisión era certera.