Cap. 46: Entre las llamas y el nacer de un fénix.

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Entre las diferentes dimensiones donde fueron arrojados libra y simargl por la técnica del ahora fallecido caballero de géminis, gracias al cosmos de pegaso dohko logro encontrar la salida de la otra dimensión. El castaño sujetaba con fuerza a la joven para no separarse de aquel turbulento lugar, sentía el peligro por lo cual al momento de salir usó su cosmos creando un dragón dorado lo cual terminó por disipar las llamas del espectro de bennu. Ambos habían entrado al templo de la tierra salvando así al caballero de pegaso, leo, unicornio y la diosa athena. Estos estaban felices de ver nuevamente a sus compañeros y Regulus estaba aliviado de ver a su amada, yuuki había recobrado su aliento junto un poco de su cosmos pero aún era sostenida por el brazo del caballero de libra.

—Un nuevo estilo, me gusta. — El destino era irónico pues apenas había terminado de pelear con él en el santuario para encontrarlo en aquel templo en los cielos. —Sasha creo que has intentado razonar con él pero kagaho es un cabeza dura y lo se por experiencia. -- La joven se separó del castaño para acercarse unos metros del espectro de Bennu. — Si tus palabras son ciertas entonces podremos pelear y esta vez será sin interrupciones.—

Fueron sus palabras a aquel que una vez fue su hermano, Sasha comprendió el mirar de yuuki unos momentos. Regulus quería quedarse a pelear con ella pero la diosa athena tomó su hombro mientras negaba pues era una batalla entre ambos la cual se había pospuesto durante un tiempo, otro lazo de amistad la cual se había puesto a prueba en la guerra santa. Dokho le otorgó la armadura a la diosa mientras que aquellos que fueron hermanos en el pasado se encontraban en una pequeña charla.

—Mi señor hades tiene planes para ti, esa es la razón por lo cual no te he herido de muerte pero he de admitir que eres una terca cómo siempre.— Ella dejó escapar una sutil risa mientras el espectro apretaba sus puños e incluso no dudo en atacar con sus llamas haciendo que la joven bloquee el ataque con sus manos, al menos este se desviara lo suficiente para que sus compañeros se fueran pues cómo menciono ahora ella se encargaria de esta pelea y terminar por fin con el sufrimiento de pelear el uno con el otro.

Sabía que ese sentimiento era el mismo de tenma, sasha y alone al pelear con aquellos que fueron su familia, regulus sin entender quería quedarse pero por orden de athena había tenido que seguir adelante y proseguir con su deber de caballero dorado.

—Yuuki! vuelve con vida! prometemelo!— Ella solo dio una sonrisa mientras aclamaba que lo haría, regulus estaba siendo romántico en esos momentos innecesarios. Sin embargo ahora ella se encontraba en una batalla a lo cual ahora tenía que ganar y hacer recapacitar a kagaho.

A su memoria llegó cuando los tres estaban se encontraban en un callejón tratando de calentarse con el poco fuego que había logrado encender, al ser huérfanos solo tenían pocos recursos de lo que conseguía kagaho en sus peleas. Cuando sui se dormía ella trataba las heridas de su ahora hermano con lo poco que sabía de plantas, vivía en un bosque por lo cual su padre le enseñó lo básico para sobrevivir aunque no entendía porque a pesar del tiempo ella recordaba esas palabras. Los momentos en los que sui los hacía sonreír y cómo Kagaho les protegió entre sus brazos, momentos que ella atesoraba con todo el corazón. Sabía que el mayor también los posee pero los tiene ocultos dentro de su corazón azotado por la tragedia y que solo encontró la solución al estar con el dios del inframundo.

El espectro ataba mientras que la joven solo optaba por esquivarlos y acercarse lo más posible. —Tormenta Invernal!!— Exclamó la joven mientras que el otro contraatacando usó la rafaga de la corona solar. Un error de este pues ya había visto aquella técnica antes lo cual supo el punto débil de este para deshacer el fuego, sabía que ambos no desistirá de atacar por lo cual dejó todo rastro en su ser de atacar y comenzó a concentrar su cosmos en su cuerpo. Kagaho dudaba en atacar pero esta vez sería lo suficiente cómo para dejarle inconsciente en el poco tiempo que quedaba para que el lienzo perdido fuera terminado y al fin todas las almas estuvieran en paz.

Nieve y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora