Cap 52: Un final corto.

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—¿Qué?— Fue lo que dijo a la nada mientras miraba su mano para luego pasar a revisar su cuerpo. Su armadura, no la portaba y solo poseía unos simples ropajes de aprendiz. Miro alrededor en busca de alguna respuesta e incluso elevar su cosmos para saber si había algún otro sobreviviente.—Esto es imposible— Murmuró pues no había logrado usarlo, camino lentamente mientras trataba de orientarse hasta que una leve risa captó su atención. Miro a los alrededores en busca de aquella persona, pero no lo lograba hasta que a lo lejos vislumbro el rostro de una niña, era ella misma la cual corría alegre y llamaba a su padre.

Camino ahora sin ninguna duda, sus pies se movían por cuenta propia que incluso comenzó a correr olvidando el cansancio, ese camino, esos árboles, el olor despertaban un recuerdo en ella. Ese lugar lo conocía, en lo más profundo de sus memorias sabía que debía seguir corriendo hasta que ante sus ojos se encontraba los restos de una casa o mejor dicho lo poco que quedaba. Por unos segundos se convirtió en una cabaña donde el humo de la chimenea daba a entender que la comida estaba casi lista, el calor de esta la cual calentaba su cuerpo y la compañía de alguien con cuál compartía sangre.

De esto ya no quedaba nada, acercándose lentamente hasta pisar unos fragmentos de madera. En aquel lugar una persona preciada perdió la vida para protegerla, una decisión la cual llevó a la joven a conocer a quienes se convirtieron en su familia durante tantos años. Quiso buscar algún resto, pero por los años, la nieve y los animales harían aquella búsqueda imposible. Por lo cual solo busco un poco de madera y una cuerda para crear una tumba sin nombre improvisada, rezando y agradeciendo a su padre el cual había olvidado su nombre por los momentos vividos. Derramando lágrimas silenciosas pues su corazón ya se encontraba casi marchito por lo sucedido, ahora no tenía a nadie. Sus amigos, sus hermanos, su familia, su amado y sin su cosmos. No podía volver al santuario por la promesa de elodie, ya no servía a la diosa ni a nadie más. Eso tal vez explicaría la ausencia de la armadura de simargl, ya no tenía nada por la cual existir o eso era lo que sus pensamientos llenaban su cabeza.

—¿Qué debo hacer ahora?—Fue la duda que acomplejaba su corazón, si volvía al santuario tal vez podría vivir en paz ayudando a las reconstrucciones junto a los que quedaban o podría reconstruir su hogar y vivir felizmente en soledad o ir a Bluegard dónde su maestro vivió su niñez y aprender más cosas. Eran opciones tentadoras, pero antes de tomar cualquier decisión debía ir a dar respetos a la tumba de su hermano sui y luego debía tomar una decisión sobre el rumbo que tomaría de ahora en adelante. Mientras se encontraba en sus pensamientos un suave roce se dio en sus mejillas, creyó que era su imaginación, pero una brisa la cual llevaba un susurro. Este pertenecía a alguien especial en su vida.

Derramando lágrimas logro sentir la presencia de Regulus, este se encontraba a su lado en espíritu y aunque no lograra verlo lo más seguro es que se encontraba sonriendo por haber sobrevivido. Rememorando todo lo ocurrió desde el momento en que se conocieron hasta la última sonrisa antes de volverse uno con la naturaleza. No importa la decisión que tomara está sería la correcta, ya que él siempre estaría a su lado hasta el momento en que su alma se reuniera con la de él.

—Viviré cómo una persona normal— Fueron sus palabras mientras se daba la vuelta y siendo guiada por la brisa se alejó de aquel lugar, no tenía caso quedarse en un lugar en ruinas. No había reparación y tampoco podía hacer mucho en su estado actual, caminando se dirigió al pueblo dónde vivió con kagaho y sui, este ya no existía y solo quedaban ruinas. No dudo que fuera kagaho después de convertirse en espectro y buscar venganza contra quienes les hicieron vivir miserables. Solo un lugar parecía quedar intacto lo cual hacía más evidente su teoría al ser el hogar de los tres y una tumba la cual estaba desgastada por el tiempo. En su búsqueda por los alrededores encontró lo necesario para crear otra cruz con el nombre de su hermano mayor y ponerla junto a la de sui. Sabía que ambos estarían descansando en paz y juntos, su recuerdo quedaría en la memoria de ella y no serian olvidados.

Ahí descansaría hasta que sus fuerzas regresaran, por el momento solo buscaría la forma de regresar al santuario hasta tener lo suficiente para crear un hogar y luego vivir tranquilamente e incluso tener la esperanza de encontrar a alguien en el futuro. Una decisión que podría cambiar, pero al menos quería dar sus respetos a los caídos, no sabía que le daría el mañana, pero quería vivir cada momento hasta el fin de sus días. Ignorando que ese momento llegaría en décadas, una ilusión de felicidad la cual llevaría a una desesperanza en espera de un momento exacto dónde encontraría la paz eterna. 

Nieve y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora