Cap 40: Yuuki Elodie de Simargl

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—Vaya, vaya tal parece que las cosas han regresado a su curso.— Una voz se escuchó dentro de un espacio oscuro, no había suelo o cielo. Ni siquiera algún resplandor el cual indicara algo siendo la excepción aquella joven de cabellos plateados la cual parecía mirar al vacío.— Parece que me excedi un poco la traerte aquí, pensé que chronos haría algo para evitarlo pero no fue así.— Una mano de tonalidad oscura pero que alrededor suya daba a notar un pequeño brillo que dejaba ver levemente su apariencia la cual parecía una armadura.—Sabes si hubieras quedado a mi cuidado desde el principio todo esto se había evitado pues no estaría solo y no hubiera tenido aquel triste destino, además hubiera destronado al olimpo con solo tu fuerza.— Él continuaba pensando en voz baja los planes que hubiera tenido para elodie en el pasado.

Sin embargo yuuki no reaccionaba a sus comentarios pues ella se encontraba lidiando con los recuerdos que le azotaron la cabeza, estos no eran suyos pues no era ella la de aquellas imágenes si no eran los que le relato elodie. Ella le contó aquello pero el verlos por su misma era diferente lo cual le estaba dejando confusa pues estaba sintiendo emociones que no eran suyos, sentía cómo su respiración se agitaba demasiado e incluso cómo si algo se estuviera rompiendo en ella.

—Tranquila, solo dejan que pasen.— Era lo voz de aquella mujer la cual logró sentir que le abrazaba por la espalda, su voz era tranquila lo cual le hizo extrañar a la joven pero solo susurrando el nombre de la otra. —Velos como experiencias, pues los humanos superan los retos con base a sus desgracias.— Poco a poco fue recuperando el aliento y cómo su de una ventisca la cual daba en su mente fue calmando hasta ser solo una simple nevada. Llegando a recordar un momento de la infancia de yuuki la cual era una que creyó haber olvidado.

Pues la nieve caía lentamente y ella estiraba sus manos para alcanzarla pero no lograba ver cómo eran los copos pues al tenerlos en sus manos se derretian instantáneamente haciendo que estuviera triste. Fue un día en que quiso seguir a su padre en secreto y terminó por perderse, ella estaba triste pues no sabia que camino tomar pues la nieve había borrado sus huellas. —Ayuda.— Murmuró entre el llanto y cómo si alguien le hubiera escuchado un leve viento quién se arremolinan frente a ella creando la imagen de un pequeño venado. Aquel recuerdo se desvaneció dejando la nada nuevamente hasta que algo se dio en la mente de la chica, era la presencia de aquella mujer de los recuerdos.

—Tu siempre estuviste a mi lado— SIntiendo que esta le respondía con un sí a pesar de aquel silencio. —Lo entiendo todo ahora.—

Youma se había cansado de ver a la chica inconsciente pues no era divertido para él así que pensando que estaba muerta le daría el golpe final, utilizando una de sus lanzas no dudo en dirigirla a yuuki pensando que con ello sería suficiente

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Youma se había cansado de ver a la chica inconsciente pues no era divertido para él así que pensando que estaba muerta le daría el golpe final, utilizando una de sus lanzas no dudo en dirigirla a yuuki pensando que con ello sería suficiente.

Fue un error pues aquella lanza fallo haciendo que la joven la tomara, eso sorprendo a kairos pues creyó que la joven no se daría cuenta o tendría tiempo para defenderse. Yuuki levantó la mirada en dirección hacía el otro aun cuando estaba oscuro ella sabía dónde encontrarlo por una razón. —Haré lo que hay que hacer— Fueron las palabras de la palabras para así lanzar aquella lanza de vuelta.

Eso sorprendió y esquivo por poco ya que terminó por rasguñar su armadura dando así que se congelara un poco, yuuki había envuelto con su cosmos aquella arma de forma que el otro no se dio cuenta. Era demasiado poder en unos segundos, la persona que estaba allí era totalmente diferente a la niña que observó hace unos instantes. Se preguntaba cómo está pudo haber cambiado tal veloz, cuando su mirada se cruzó con la de la chica sintió cómo un escalofrío recorrió su cuerpo.

La mirada que poseía ella era fría como el hielo del ártico, era extraño pues estos se había vuelto más claros y brillantes. —Elodie, eres tu después de tanto tiempo.— Fue su respuesta ante aquella incógnita de su interior, satisfecho de haber invocado a aquella mujer la cual se podría considerar la más peligrosa de entre los titanes y dioses.

—No.— Ante aquella respuesta kairos borró su sonrisa de victoria, se encontraba confundido pues esa mirada y el porte pertenecían a aquella mujer. Incluso la cosmo energia era la misma de aquel entonces. —Ya te lo he dicho, soy yuuki de simargl pero si lo deseas puedes llamarme Yuuki Elodie de simargl.— Adoptando el nombre de aquella que fue el antepasado de la peliblanca y ahora compartía tales recuerdos junto con la energía de está, en su mente estaba claro y lo que debía hacer. Ella no se encargaría de eliminar a kairos si no otra persona por lo cual el estar allí era totalmente innecesario. —Tengo cosas más importantes que perder mi tiempo contigo— Fueron las palabras de esta mientras mientras restaba importancia a lo que pasaba.

El otro noto la diferencia de poder la cual se había concentrado en la joven, sabía que si ella quería podría destruir aquel lugar si lo deseaba al igual que en el pasado pues aquella mujer casi se liberaba del tiempo detenido pues ella al centrarse en su dolor no logro hacerlo por completo pero ahora era diferente y tenía todas las de perder. Desapareciendo su armadura para quedar en aquel traje de gala y acomodando su sombrero de copa rindiéndose en aquel momento al ver que no tenía otra opción río un poco. —No lograras nada a este punto, el salvarles será algo imposible para ti.—

—Pues he de arriesgarme aunque sea un poco.— No había dudas en aquellas palabras por lo cual este volvió a las sombras desapareciendo por completo, cuando se vio sola por completo esta comenzó a derramar lágrimas pues aunque había dicho esas palabras sabía a lo que kairo se refería. No había ningún futuro en el cual sobrevivieron sus compañeros los cuales eran su familia, incluso ahora podía sentir cómo el cosmos de su maestro se extingue por completo. —Perdóneme.— Alzando sus manos comenzó a hacer movimientos circulares para así crear una neblina la cual comenzó a alumbrar y a rodearla, poco a poco comenzó a bajar sus manos y con ello la niebla siguió hasta que con un puño golpeó el inexistente suelo dónde se escuchó el reventar de un vidrio y la niebla que le rodeo desaparece haciendo que su alrededor se diera la atlántida.

Está había vuelto a los territorios de poseidon y frente a ella se encontraba unity, se encontraban lejos del templo principal y un maremoto se encontraba acercando pero siendo congelado al instante por el cosmos que restaba de su maestro el caballero de acuario. Sabía el pecado que cometió el mejor amigo de la infancia de su mentor por lo cual no le juzgo y trato de ayudarle a escapar.

Liberándole de los escombros y el hielo que se acercaba para así congelar todo para evitar que la ira del dios poseidón se diera en los mortales al salir de aquellos terrenos del mundo submarino, como pudo le sostuvo en su espalda pues este yacía casi inconsciente por las heridas junto con el frío. Ella no lograria ayudarle si este sufría hipotermia pues su calor corporal era casi nulo por su cosmos además el frío era parte de ella ahora, comenzó a correr a dónde era la salida pero logro sentir el cosmos de alguien conocido.

No quiso mirar atrás pues aquel cosmos ardiente pertenecía al escorpión dorado y como si este entendiera el porque no volteaba la joven se acercó y con un roce en la mano está sintió algo muy cálido y reconfortante. Aquello era para salvar a unity, susurrando un agradecimiento junto con las lágrimas las cuales parecían pequeños diamantes los cuales se congelaron al caer al suelo la joven desaparece de aquel lugar cruzando uno de los portales los cuales le llevaron a la superficie.

"Adiós, nuestra pequeña hermanita."

Fueron unas palabras desgarradoras pero llenas de bondad las cuales eran la despedida de sus maestros y su más cercana familia. —Adios, padres.— Pues eso eran kardia y degel, unos padres, amigos y hermanos mayores.

Nieve y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora