Daniel.
¿Qué ha dicho qué?
Salió del departamento dando un portazo y suspiré en cuanto se fue.Yo estaba muy bien teniéndola lejos, mis sentimientos y emociones hacia ella estaban tranquilos y lo más importante; mis hormonas también estaban tranquilas.
Y tendiéndole cerca, siento que no me puedo contener, ni sabia que sucedía con ella, no estaba seguro si en realidad ella era mi capricho o no, no sabía si estaba encariñándome con ella... y debería dejar de estarme comiendo la cabeza.Tomé mi celular y llamé a Jesús.
—¿Listo para volver a la casa? —Jesús habló en cuanto descolgó el teléfono, en su voz se notaba una pizca de esperanza.
—No, Jesús, ya lo hemos hablado.
—Entonces nunca volverás a casa... —suspiro.
—No me presiones, esto es difícil para mí, joder. —bufé exasperado, ¿es que nadie podía entender mi situación?
—Ah, ¿y crees que para mí no es difícil? —se comenzó a cabrear— ¿Crees que a mí nunca me importaron nuestros padres o qué?
—Solo te llamaba para ver cómo estabas y para que trajeras el resto de mis cosas, pero a como estas mejor yo voy la próxima semana, adiós Jesús. —colgué el teléfono enojado.
Mi vida en estos momentos era un desastre, extrañaba tanto a mis padres, y no verlos de un día a otro me partió el corazón. Nunca había sentido la experiencia de tenerlo así pero así es como siento que se siente. Y sentía que la única persona que me podría ayudar en estos momentos era Sara, ¿por qué? Pues la verdad es que no tengo ni idea, lo único que sí sabía es que siempre estoy tratando de alejarla inconscientemente pero consiente yo la quiero conmigo.
Me senté en el sofá de la pequeña sala de estar y prendí la tele, no era mía, pero ¿qué más da? Ella no estaba aquí.
Odiaba estar peleado con Jesús, pero él no me está ayudando en nada, solo me ayuda a darme ideas de querer matarlo.
Sara.
—¿Y entonces? —Ann me miró preocupada.
—No sé si quiero verla la cara —sentencié enojada por como me había hablado anteriormente.
—Son las 23:42 ve decidiendo qué hacer —Ann me aconsejó— se te hará tarde y puede ser peligroso.
—Sería una molestia en tu casa Ann —hice una mueca.
—Claro que no, tal vez y mis padres estén una cena —me animó.
—Me iré a mi departamento, supongo.
—Ya, intentas cubrir tus sentimientos y ganas de follartelo en peleas, ¿a qué sí? —me codeó divertida.
—Cállate rubia—nos reímos y me abrazó con delicadez.
—Anda, vamos que te dejo en tu casa —sonrió.
Ann, como buena amiga que es, me dejó hasta la puerta de mi departamento.
—No le des tan fuerte esta noche, ya sabes, el destino los puso juntos en este departamento, y no es casualidad —me guiñó un ojo divertida y rodeé los ojos, me había dicho eso más de mil veces en toda la tarde.
Busqué la llave en mi bolsa y no la encontraba en ningún lugar, chasqueé la lengua, la había dejado en mi habitación.
Verifiqué si la puerta estaba cerrada y para mí suerte estaba abierta.
Entré y lo primero que vi fue a Dani en el sofá dormido. Mis ganas de arrancarle la cabeza por ser tan mandón se habían esfumado.
Comencé a caminar delicadamente para no despertarlo.
—Estoy despierto puedes caminar normal —habló de repente y pegué un salto.
—Me asustaste. —murmuré tocándome el pecho.
—Perdón...
Le miré de forma extrañada, asentí con la cabeza y me comencé a caminar nuevamente a mi habitación, me paré y lo volteé a ver.
—¿Estás bien? —me miró y asintió con la cabeza cabizbajo.
Tal vez y no debía meterme pero en realidad, me estaba preocupando.
—¿Seguro? —negó con la cabeza y se tapó la cara. Me acerqué a él y me senté a su lado. —¿Qué pasa, ah?
—Pasa que el mundo estuviera mejor sin mí —susurró aún con la cabeza abajo.—He discutido con mi hermano y además mis padres murieron, ¿sabes lo que es no tener a nadie? —preguntó viéndome a los ojos, aparte la mirada y seguí acariciándole el pelo.
—Tal vez y no ayude pero... Puedes contar conmigo, ¿sabes? —hablé sin saber lo que había dicho. No tenía palabras para darle una persona que está pasando por una situación así.
—Me gusta saber eso —sonrió— por un momento pensé que te había perdido, y el sentimiento no fue nada bonito, Sara.
Me quedé callada, ¿qué se supone que debía de contestar?
—Te quiero, Sara. —murmuró minutos después— Gracias por estar en mi momento de decaída temporal.
Sonreí y le miré, a lo mejor yo también le quería pero no lo quería admitir.
—¿Te acuerdas cuando te dije que quería besarte? —preguntó mirándome, y le miré anonada, claro que me acordaba—Es que no mentía.
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Upsi, por un momento olvidé actualizar el fic🤭🤣 pido disculpas.Darle a la estrella y comentaaar⭐️💬
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¿Cómo olvidar a los Oviedo? {Gemeliers}
FanfictionDos enemigas que comparten casi la misma situación amorosa y por ende, crean una increíble amistad solo para deshacerse de dos gemelos que tienen su amor-odio y para eso hacen una serie de pasos... ¿Cómo olvidar a los gemelos Oviedo? ¿Acaso su plan...