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Debatí en mi cabeza si abrirlos o no.

Los mensajes los había enviado hace una hora, estaba nerviosa sin alguna razón.

Con el celular en la mano me adentré al baño y llene la tina con agua tibia.

Respiré hondo y abrí los mensajes.

Sara... Hola, ¿cómo estas? Um... Es que yo... Pues, Ann te extraña sabes? Y Salma también... Todos te extrañamos acá y eso... Adiós —Daniel.
06:32 pm.

He leído el mensaje anterior y es muy estúpido, lo siento, puedes ignorarlo... —Daniel. 06:33 pm.

Hola, de verdad espero que estés bien, solo quería que supieras que el departamento está muy solo sin ti, a estas paredes le hacen falta escuchar tus carcajadas burlonas y tu sarcasmo... Creo que cuando tú estás aquí todo es diferente. —Daniel. 06:48 pm.

Mis ojos comenzaron a picar y parpadeé varias veces, no quería llorar.

Mi madre entró sin tocar la puerta haciéndome sobresaltar.

—¡Hey! ¿Estás bien? —preguntó con un tono de preocupación a lo cual yo asentí rápidamente.

—Sí, sí.

—¿Estabas llorando?

—No, es que el cloro de la alberca me afectó o algo —solté una carcajada falsa y mi madre sonrió.

—Te buscaré unas gotas pero por mientras tómate una ducha. —sobó mi espalda y se fue.

(...)

—Sara, las chicas de a lado te buscan —mi madre gritó desde la planta baja.

Me olvidé por completo la pijamada.

Bajé con cierta pereza y con el celular en la mano.

—No somos pesadas, eh —Elena habló— solo estamos aburridas. ¿Vendrás a la pijamada?

—No tengo tantas ganas —hice una mueca.

—Si es por un chico matamos a ese hijo de puta. —Nuria frunciendo el ceño haciéndome reír.

—No es por un chico —mentí.—Solo necesito descansar.

Elena y Nuria se echaron miradas rápidas.

—Es un chico —hablaron a la vez.

—De verdad, no...

—Cuando yo tengo una idea en la cabeza nadie me la saca —Nuria comentó viéndome fijamente.

Mi celular vibró poniéndome nerviosa, las chicas me miraron con una ceja levantada y miré la pantalla, era una llamada entrante de Daniel.

—Yo contesto —Elena juntó ambas manos en su pecho rogándome.

—No, yo lo hago —Nuria tomó mi móvil y lo puso en altavoz.

—¿Sara?

—Nuria.

—¿Qué? —La voz de Daniel tenía una pizca de confusión.

¿Cómo olvidar a los Oviedo? {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora