Capitulo 24: Domir acompañada

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Estuvimos así por unos momentos antes de que nos separáramos. Fue mejor por si alguno de mis padres entraba por sorpresa. Lo cual hicieron entonces. Al menos sólo nos estábamos sosteniendo el uno al otro.

-Bien, Lali -dijo mamá, desconociendo nuestra posición. -Qué tal si tú y yo hacemos la comida juntas para todos, ¿vale?- Lali sonrió y se alejó de mí.

-Seguro, sólo déjame terminar de escachar estas- dijo ella, levantando otra bolsa de glaseado blanco y rápida y profesionalmente lo giró en espiral sobre las pequeñas tortas de chocolate.

Tomó la bandeja y la movió antes de limpiar el desorden que había hecho. Mamá me pateó fuera de la cocina y las dos empezaron.

Una hora después papá y yo tuvimos permitido el regresar a la cocina, donde nos sentamos a una de las mejores comidas que habíamos tenido en buen tiempo. Lali se sentó a mi lado con una mano en mi pierna. De vez en cuando ella frotaba mi pierna o le daba un apretón cuando le contaban algo embarazoso (supuestamente lindo) de mi infancia.

Llamé a vico cuando mis padres bajaron por el pasillo hacia la cama y mientras Lali se cambiaba en el baño. Le conté que habíamos llegado sanos y salvos hable con Euge y esta vez cuando me preguntó si había hecho algo sobre como me sentía por Lali, no se decepcionó. Prometió contarle a cande. Colgué el teléfono y miré dentro de la cocina mientras me movía hacia mi cuarto. Vi las galletas de corazones que había hecho Lali. Sonreí y me quité mi camisa, encendiendo la luz de mi cuarto para encontrar mi pijama.

Me instalé en la cama con un libro, la lámpara de la mesita de noche era la única luz una vez Lali apagó la del baño. Ella miró dentro de mi cuarto segundos después, su largo cabello colgando sobre sus hombros, vestida con esos pequeños shorts y una remera de tiras de nuevo.

-Um, ¿donde se supone que voy a dormir?- preguntó en voz baja. Sonreí y abrí mis brazos para ella. Ella sonrío ampliamente y se rió para si pasito, cerrando la puerta detrás de ella. Se trepó sobre mí a la cama, atrapada entre la pared y yo. Bajé mi libro, apagué la luz y me giré hacia ella. Automáticamente nuestras piernas se envolvieron juntas y sentí sus pequeñas manos en mis mejillas, jalándome al primero de muchos dulces besos antes que pudiéramos quedarnos dormidos en los brazos del otro

Al despertar me sentí tan cálida. Estaba envuelta en su capullo de calor y un dulce olor llenaba mi nariz. Abrí mis ojos que ardían por la luz que podía ver sobre la mesa en frente mío. Cuando me concentré, recordé exactamente donde estaba y no pude evitar sonreír. Mi cara estaba seguramente situada en el pecho de Piter y sus fuertes brazos estaban bien enrollados alrededor mío. Dejé salir un audible y satisfecho suspiro mientras me ubicaba más cerca, envolviendo mis piernas alrededor de las suyas. Entonces lo sentí moverse, por lo que cerré mis ojos para parecer dormida. Piter se estiró y gruñó, sacándose el sueño. Bajó su mirada hacia mi y sentí sus labios en mi cabeza levantándose en una sonrisa. Envolvió sus brazos más firmemente alrededor mío y masajeó mi espalda tiernamente. Solté un pequeñito gemido por lo bien que se sentían sus manos contra mi. Él se detuvo y se inclinó hacia atrás para mirarme.

Abrí un ojo y lo vi mirándome fijamente, una expresión divertida sobre su cara. Cerré mis ojos y acaricié con mi nariz su pecho, causándole reírse ligeramente de mi

-Buenos días- murmuró.

-Buenos días- dije con una clara y suave voz -Estuve despierta antes que tú. Apuesto a que mi falso sueño te engañó.-Sin discutirlo él simplemente me hizo 'MMm' y entonces puso su mano bajo mi mentón, levantándolo hacia su cara y dándome el más suave y dulce de los besos que se puedan imaginar. Sabía que había una buena razón para venir a Londres.

Hubiera estado perfectamente contenta quedándome allí por el resto de día si gime (mama de Piter ) no hubiera abierto la puerta en un intento de asustarnos y despertarnos. Ya estábamos despiertos, por lo que lo único que logró fue la parte del susto. Saltamos tanto que causó Piter se cayera de la cama, sólo su brazo y una pierna seguían sobre esta. Yo, estando firmemente atada a él, traté de enderezarme, pero de todas maneras caí . En cualquier caso, caí justo encima de Piter. Gime dio un diminuto chillido antes de caer en risotadas y entonces Nico (papa de Piter ) debió haber echado una ojeada también, porque lo escuchamos riéndose. La puerta se cerró y solté un irritado suspiro al mismo tiempo que Piter soltaba un gemido adolorido.

-¿Estás bien?- pregunté preocupada, ignorando el hecho de que estaba presionada contra él en todos los sitios apropiados. Vale... claramente no lo estaba ignorando. Piter gimió en incluso sollozó un poquito, mirando lastimosamente hacia el techo.

-Creo que me he lastimado mi colita- murmuró. Me mordí el labio para evitar reírme mientras me enderezaba sobre él y me inclinaba más cerca de su cara.

-Me gusta esa colita- murmuré. -Será mejor que no esté lastimada.-Piter se giró hacia mí, mirando mis ojos con un extraño brillo en los suyos. Su boca se torció en la sonrisa más adorable que haya visto. Sonreí y entonces me incliné más para besarlo de nuevo.

-Muchísimas gracias por recibirnos, mamá- dijo Piter mientras guardaba en el carro nuestra maleta y los varios alimentos horneados que gime y yo habíamos preparado esta mañana.

-Fue estupendo conocerlos- dije, dando un paso hacia ellos. Gime sonrió amorosamente y me dio un cálido abrazo, Nico se unió a el, y con una risa Piter también lo hizo. Éramos en una gran masa abrazada hasta que no pude respirar más.

-Eres una chica maravillosa Lali- dijo gime con una sonrisa brillante. -Estoy tan contenta de que Piter te encontrara - Nico envolvió su brazo alrededor de su esposa, acariciando su hombro suavemente.

-También estoy contenta que lo hiciera-le murmuré a ellos, girándome para ver a Piter caminar detrás de mí. Felizmente envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y me llevó al carro. Por la ventana gritó que amaba a sus padres y luego, expertamente arrancó del lado de la calle, siguiéndola a través de la ciudad y de regreso a la carretera.

A kilómetros de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora