Capitulo 37: algo inesperado

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-piter Tus padres nunca han estado en buenos aires. Enviaron una carta hace semanas, sabiendo que nosotros estaríamos listos para cuando llegaran, y tu me estás diciendo que no me desespere- Sonreí y asentí. -¡Ya hice una primera mala impresión ante ellos!- Si ellos vienen aquí, mientras estoy embarazada y nos vamos a casar, nuestra casa se va a ver bien. Ahora, deja de mirar tan lindo y ve a limpiar el baño-

Apuntó un furioso dedo al pasillo y yo les hice señas tristemente a nuestros amigos conforme se iban, sonriendo burlonamente por mí y la furiosa lali. El gato saltó en mi hombro mientras ayudaba a lali a recoger los platos y los traía a la cocina. En mi camino de regreso a la sala para limpiar el piso, hubo un golpe en la puerta.

lali me miró curiosamente, desde la cocina mientras fui a la puerta principal. El timbre sonó y oí una risa suave al otro lado de la madera. Con una sonrisa brillante jalé la puerta abierta y descubrí una feliz pareja mayor, y luego lali aterrorizada.

-OH, mira, ¡un gato!- dijo la mujer, extendiéndole sus brazos a Silvestre, el traidor saltó sobre ella.

-¡OH DIOS MÍO!- gritó lali y me giré justo a tiempo para verla agacharse detrás del mesón.

-¿Entonces quién podría ser usted ?- preguntó el hombre.

-piter lanzani- respondí tranquilamente. Los dos se vieron el uno al otro y sonrieron felizmente.

-Somos camilo y paz, los padres de lali-

Encontré a lali temblando y cerca de las lágrimas detrás del mesón, y después de muchas palabras de consuelo y pequeños besos en sus mejillas, nariz, frente, labios, finalmente salió conmigo.

-Hola madre, padre- les dijo solemnemente, echando una mirada alrededor a los pequeños desordenes en la casa.

Desde luego que no estábamos esperando que ellos viniera, y con mis padres en camino, lali se estaba estresando demasiado. -¿Cómo están?- dijo con voz ronca. Sus padres se rieron y se sentaron en al sofá, sonriéndonos.

-Así que este es el famoso piter -habló su mamá. camilo me miró de modo curioso. Claramente, no había oído de mí aún. -Él es el novio de lali , milo- explicó paz. -Vino desde Inglaterra.- le sonreí a él, y él asintió, casi aprobando, sacudiendo mi mano.

-¿A qué te dedicas- lali estaba sentándose a mi lado

Su corazón probablemente corriendo a una milla por minuto. Charlamos por un rato, la vida era como estar en casa. lali continuó mirando fijamente entre nosotros tres, hasta que finalmente camilo preguntó cómo nos conocimos.

-Si, querida. Realmente no he oído eso- dijo su mamá bromeando. lali se sonrojó y su primera sonrisa de la noche apareció por su hermosa cara. Sonreí y miré dentro de esos ojos divinos mientras ella miraba dentro de los míos antes de girarse hacia sus padres.

-Lancé una carta en una botella al océano-dijo simplemente. -Y él la encontró, y me respondió -paz perdió el aliento y sonrió, las cejas de camilo se levantaron.

-Eso es ¡Terriblemente romántico!- su mamá interrumpió. lali dio una risita y cabeceó. camilo tosió y me miró cuidadosamente.

-Él ha sido tan maravilloso para mi- dijo ella, relajándose un poco en mis brazos, enrollando mi mano alrededor de mi pecho. paz saltó de repente, agarrando el brazo de lali y jalándola más cerca.

-lali que es eso en tu dedo- dijo rápida y severamente, sus ojos brillantes y bien abiertos. lali sonrió tontamente y se ruborizó de un lindo rosado.

-Mi anillo de compromiso- dijo con una sonrisa. Los ojos de camilo sobresalieron de su cabeza y paz chilló, tomando a lali de mí y abrazándola cálidamente.

-piter, ¿puedo tener una palabra?- Dijo Camilo, parándose rígidamente, mirándome con una expresión dura. Asentí y me paré, siguiéndolo fuera hacia el balcón. Se inclinó en el barandal, mirando fijamente hacia el océano y suspirando profundamente. Sin embargo, estaba bastante sorprendido al ver la sonrisa en su cara.

-Exactamente, ¿cuáles son tus intenciones con mi hija?-preguntó, esa tipica pregunta de un padre protector de su hija pero no les voy a mentir que me dieron los mayores nervios ,una sonrisa satisfecha clara sobre su cara, incluso con esta limitada luz.

-Hacerla la mujer más feliz, señor,- dije seriamente. camilo asintió y palmoteó una mano en mi hombro.

-No quiero que ustedes dos se apresuren con las cosas. ¿Estás seguro que ambos están listos para esto?-preguntó serio, viéndose preocupado.

-Amo a su hija muchísimo, Sr. esposito. Nunca en mi vida sentí esto por alguien, y hemos sido amigos por un largo tiempo. Honestamente no puedo imaginarme con nadie que no sea ella, ella es todo lo que siempre he querido, y pasaré el resto de mi vida haciéndola feliz, dándole lo que sea que quiera- Camilo me sonrió afectuosamente y me palmeó suavemente.

A kilómetros de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora