Capitulo 34: una sorpresa

853 49 1
                                    

Ella debe ser una chica afortunada- habló con voz ronca. -Si estas pensando tanto sobre esto.- Me giré hacia ella y sonreí, mis ojos parpadeando de regreso a la tienda.

-Definitivamente lo es-murmuré.

Escuché a vico llamando mi nombre desde abajo. En vez de esperar por él y dirigirme de regreso a la oficina como normalmente lo haría, saludé con la mano a la señora y di un paso dentro de la tienda, la campana en la puerta tintineó mientras entraba. Escuché a vico desde la calle, gritando en sorpresa por donde me vio entrar.

cuenta lali

Estuve mirando fijamente este estante como una tarada... estaba resultando ser uno de los momentos más definitivos de mi vida entera. Nunca pensé que el tercer pasillo de la farmacia, me haría tal diferencia. Suspiré de nuevo, atrayendo más miradas de la gente que había estado estudiando toallitas femeninas y tampones durante todo el tiempo que estuve aquí. Probablemente se estaban preguntando cuanto más me quedaría parada aquí, con pantalones cortos de cama y un suéter abrigado, mirando desanimada las cajas felizmente coloreadas enfrente mío.

Respiré profundo y halé hacia abajo la prueba de embarazo que se veía más exacta. Sonreí a la mujer mientras pasaba, dirigiéndome a la caja para pagar.

"piter lazani " le dije a la señora y ella se revoloteó hacia atrás para recoger la prescripción para la gripe de piter. Pobre chico. Al principio pensé que le había pasado mi enfermedad. Luego, me di cuenta que todo lo que había estado sintiendo era definitivamente algo diferente. La señora me sonrió cuando le pasé la caja, pero yo tenía una migraña por lo que mis ojos estaban caídos.

-Felicitaciones- dijo. -Para ti y tu esposo. Si es positivo- Mi boca se curvó un poquito, pero cayó de nuevo.

-No es mi esposo- dije tristemente, mirando al precio verde brillante iluminarse en la voluminosa máquina plástica de débito. -Todavía no, al menos- La mujer me sonrió de nuevo antes de pasarme mi recibo y mi bolsa. Le di un pequeño saludo con la mano e hice mi camino a través de la tienda, corriendo de regreso al carro para quitar el frío viento de mis piernas.

Hoy era San Valentín. Mi primero con un verdadero 'Valentín'. Había comprado el regalo de piter hace semanas, y hoy mientras estaba en el trabajo había llegado. Algo extremadamente especial de mí para él. Froté mis piernas desnudas mientras parqueaba en el supermercado y rápidamente caminaba dentro, llenando el carrito fácilmente y tratando de ignorar las miradas que mi raro traje estaba atrayendo.

Logré meter todo en dos viajes, y fue entonces cuando la burla comenzó.

Esa estúpida bolsa de la farmacia estaba burlándose de mi, tentándome, rogándome que lo abriera y sacara la prueba de embarazo.

No podía hacerlo, no aún.

En cambio, desempaqué todo lo que había comprado y lo guardé en su sitio. Piter saldría de trabajar y estaría en casa en una hora, por lo que empecé la cena. Me quité mi suéter, desfilando ahora alrededor de la cocina en mi pijama que consistía en una camisa de tiras gris y unos pantalones cortos color gris con verde limón.

Fue después que todo estuvo ubicado dentro del horno, listo para cocinar, me encontré a mi misma con tiempo para hacer vagabundear en mis manos. Ahí estaba la bolsa de nuevo, asentada en el mesón, gritándome. Me quedé parada ahí silenciosamente, Silvestre haciendo ruido con el agua en algún sitio en la distancia, mi pierna estaba temblando.

Salté hacia el, tirando la bolsa inmediatamente dentro de la basura pero manteniendo esa estúpida prueba de embarazo en mi mano.

Fui al baño.

Y cuando salí, Sil estaba sentado enfrente de la puerta, mirándome feliz. El no sabía que este viaje particular al baño fue uno de los más importantes de mi vida.

-Hey traserito de pelos-mascullé, arrodillándome y recogiéndolo en mis brazos. El inmediatamente se arrojó hacia mi, ronroneando enérgicamente y masajeando mi omoplato. Ensortijé mis dedos entre su piel y acaricie su vientre -Supongo que esto significa que ya no eres el bebe de la familia-

Creo que fue entonces cuando comprendí que este era el hijo de piter dentro de mi. Este hombre, a quien amaba más que a nada en todo el planeta, por quien me ponía eufórica al verlo cada día, quien me excitaba solo por pensar en él. Lo amaba tanto, y este, que estaba teniendo, era nuestro bebé. Era una combinación, una pequeña personita de nosotros, él y yo, todo en uno.

Comencé a ponerme tan feliz, y supe exactamente el regalo que quería darle. Por eso dejé la prueba de embarazo en el mesón del baño. Sil se enrolló en mi cuello mientras hervía la tetera y hacía una taza de te negro, levantando un cuchillo y una pera mientras me acomodaba en el sillón favorito de piter, situándome al lado del piano de media cola que había instalado hoy como un regalo de San Valentín para él.

Hoy estaría recibiendo dos, si estaba tan feliz sobre esto como lo estaba yo.

Hojee la televisión para ver una película, tomándome un momento para notar que era Dulce Noviembre, y para mi deleite acababa de iniciar. Puse la colcha, que siempre se las ingeniaba para oler como mi 'esposo', de la parte de atrás de la silla, envolviéndola alrededor del gato y de mí. Silvestre se mantuvo enrollado en una bola sobre mi regazo mientras yo comía.

A kilómetros de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora