XXIX

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TAEHYUNG

Jin hyung sabía como dar sorpresas tan bien como sabía dar manotazos por hacer de las nuestras. El sábado en la mañana había despertado precipitadamente por el estruendo de la lavadora siendo golpeada para que funciones. Si señores, así solucionamos y arreglamos las cosas aquí. A golpes. Salí y llegué a la cocina al mismo tiempo que Jin hyung y manager sunbaenim aparecían para anunciar pura noticia hermosa.

Una semana entera de descanso, siete días, seis noches. No cámaras, no staff innecesario, no entrevistas con locutores y conductores molestos, no fama por siete días.

Era difícil de imaginar, porque puede que no seamos la sensación mundial [1] pero la fama en Corea es la suficiente para que por lo menos 4 de 10 personas en la calle nos reconozcan.

La espalda baja y las piernas me dolían por haber estado en la misma postura durante tanto tiempo ya. Me costaba trabajo conciliar el sueño con tal nivel de incomodidad al estar sentado, pero tal sacrificio valía la pena, o debía valerlo. Íbamos a estar en pausa de la vida mediática por una semana, era como vivir normal en un viaje con amigos.

A pesar de notificarse como un descanso, estaríamos llenos de actividades, ni siquiera sabíamos o conocíamos el lugar a donde nos dirigíamos, el viaje estaba haciéndose largo desde que salimos del aeropuerto y subimos al automóvil. Tanto misterio con actividades programadas no me gustaba. Es como si te arrojaran un trozo de carne a las manos en la jaula de los felinos salvajes. Te late el corazón a mil anticipando, y te cuesta razonar y reaccionar para cuando debes enfrentar las amenazas a tu vida que te miran a menos de dos metros escondido delante de ti.

O puede que mi ansiedad solo me hiciera exagerar. Que el estrés tan acumulado de los últimos meses no me dejara pensar como ser humano normal.

Puede que sí.

Recargue la cabeza en el hombro de Namjoon hyung que no hacía mas que mirar por la ventana a su izquierda con los audífonos puestos dejando llegar a mis oídos la música suave amortiguada, que me pedía descansar en el silencio dentro del vehículo. Cerré los ojos intentando olvidar la incomodidad y ansiedad persistentes y esperaba que el sueño se apoderara de cada partícula de mi cuerpo como lo hacía de Hoseok hyung sentado a mi derecha, que abrazaba lo que parecía ser una de las chaquetas del menor del grupo.

Los ronquidos se volvieron la música de cuna que nuestro rapero líder se preocupaba por producirnos sin problema alguno, su concierto personal e íntimo, el paisaje comenzaba a tornarse más "salvaje", silvestre, a medida que el cielo desprendía una pintura de colores violetas y anaranjados, sin nubes que estorben y un calorcillo que entraba por las ventanas parcialmente abiertas. No era un calor molesto, era una calidez que te acariciaba como los rayos del sol de un amanecer perezoso*. La carretera ya no mostraba rastros de civilización, había árboles irguiéndose por ambos lados del camino, y la brillante luz naranja de la tarde que se apaga a cada minuto era lo único que tomaba protagonismo en el paisaje de naturaleza delante de mis ojos.

El sueño acaricio mi conciencia. Y Morfeo* me pateo hasta que me dejo inconsciente.

Desperté al sentir una suave sacudida del auto y escuchar el azote característico que hace una puerta de un vehículo, la vista por la ventana era oscura apenas alumbrada por las lámparas del exterior y luces de los autos que llegaban a pasar, si pasara alguno, claro. Estiré mis brazos sobre mi cabeza tocando con la yema de los dedos el techo alfombrado, los huesos en mi espalda sonaron tan terrible que creí haberme roto alguno, pero era un alivio descansar de la misma postura que mantuve por lo que se sintió una eternidad. Me sentí impregnado de una calor solar producto del atardecer que había finalizado en este crepúsculo de colores violetas y azules plasmado en el cielo y que cubría todo lo de afuera de colores fríos. Las puertas continuaron abriéndose y el manager inició el ritual para levantar a los chicos, el primero en bajar fue Jimin, arrastrado por las manos de Jin hyung que era el culpable de mi despertar cuando cerró la primer puerta con tal delicadeza. Había silencio de su parte, y me daba curiosidad saber que sorpresa era lo que habían preparado para que se quedaran sin comentarios.

The Way I Love You | myg.kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora