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TAEHYUNG

Camine a oscuras por el pasillo del apartamento, colocando la punta de mis dedos en la pared evitando así tropezar estúpidamente con algo en mi camino a la cocina. Aún demasiado temprano como para que alguno de los otros seis chicos con los que comparto apartamento y vida laboral estuviese parcial o totalmente despierto; demasiado agotados a veces incluso para comer. Este terrible insomnio robando mi tiempo. Sin embargo, una tenue luz proveniente de la sala objeta mi pensamiento anterior, todo indica que el insomnio no es caprichoso ni celoso de una sola persona en este apartamento. O eso quiero creer. Pero es más grande mi deseo por beber algo que descubrir quien esta despierto a las cinco de la mañana. Mis necesidades primero señorita curiosidad, lo siento.

Enciendo las luces de la cocina, viendo opacidad por el repentino alumbramiento a mi vista, con ojos ardiendo por el destello de un simple foco en el techo; y tomo un vaso de la repisa, que está junto al refrigerador. Me acerco al fregadero y me decido por beber algo de agua del grifo, como deseando que el frío del liquido anule los malos sueños, lleno el vaso dos veces y lo dejo allí para que alguien lo lave en unas horas. Me recargo sobre la isla al centro de la cocina tras haber apagado las luces, pensando una vez más en por que demonios me he despertado tan temprano, y más que nada, tratando de evadir lo que suponía significaba aquel sueño de hace unas cuantas horas, que de cierta manera no era la primera vez que tenía. Y más que un solo sueño, adquiría un significado distinto, de temor, temor a dormir, a descansar, a la oscuridad del cansancio. Trémulo, ensimismado en el frío que traspasaba mi piel a través de mis pies recorrí el camino corto a la sala, o al menos lo bastante cerca para doler lo suficiente. La situación lo ameritaba.

Soy devuelto a mi realidad cuando escucho las risas acalladas de Jimin, quien me supongo está en el sofá, estoy a punto de acercarme a él, de disipar mi solitaria situación nocturna, y de  descubrir por que está levantado desde tan temprano, pero una segunda voz hace titubear mis pasos supuestamente firmes a hacerme presente, me agacho hasta desaparecer casi por completo de la vista del mundo. Ignorando realmente si fui descubierto o pase solo como una sombra de temores que nacen al anochecer. Me siento tras la pared que separa la sala del pasillo de los dormitorios, sin emitir más ruido que el de una respiración inquieta y débil, Jimin parecía tan absorto en su compañero <también mi compañero> que no se dieron cuenta de que yo había estado en la cocina hace un momento diminuto. De que seguía ahí, siendo testigo de un secreto casi demasiado bien oculto.

Hyung~ deberíamos decirles a los chicos sobre esto ¿sabes? Detesto ocultarlo todo esto a los chicos, mucho más a los dos maknaes, me gustaría que lo supieran.

Mi respiración por un momento se vuelve más inquieta, superficial, conmigo sudando la palma de mis manos, no se porque, todo se siente mal. No sé en realidad si es por que el idiota mal amigo de Jimin me ha estado ocultando algo importante o si es por que... la traición es el doble.

Jiminnie, aún no es tiempo. Tú y yo somos bastante abiertos a aceptar nuevas cosas, pero algunos de ellos no. Se que no te gusta ocultarles nada a los dos maknaes tanto como a mi no me gusta mentirle a mis otros tres amigos... pero esto es algo que no se toma con ligereza.

No soy capaz de verlo, pero si de oír como un par de labios comparten no sólo palabras, comparten saliva, aire y algo que no he sido capaz de sentir desde hace un tiempo, amor. Del real, no del que se ve en doramas y películas, un amor real. El que creí sentir hace un par de años por uno de los dos chicos en la sala. Y la falta de aire verdadero comienza a marearme, a volver mi vista juiciosa a su alrededor.

De acuerdo Hobi hyung~

Ahora, es momento de regresar a nuestras respectivas habitaciones Jiminnie bebé~

Otro sonoro contacto de labios resuena, no sólo en la habitación en la que están, ni en mi cabeza, también en el vacío recién del pequeño corazón que poseo. Tratando de controlar las lágrimas y ese sudor frío que no me deja mover las manos como debería sobre el piso, logro gatear hasta llegar a la habitación que comparto con uno de los mayores del grupo. Cierro la puerta tratando de no despertar a mi compañero y entro en mi cama cubriendo por completo mi rostro, sollozando en silencio, abrumando a mi corazón y conciencia de una bomba atómica de madrugada.

Al escuchar como finalmente dos puertas son cerradas trato de evitar que una sola lágrima salga de mis ojos. Aguanto la respiración cuando veo que el cuerpo de mi compañero se levanta para ir al baño, y vuelvo a llorar en silencio, odiándome por ello. Por una debilidad impropia de mi, que solo crece a cada día, sin motivo inicial, sin freno a este desesperado arranque de dolor. Incluso se siente irreal, porque es imposible que vivir duela tanto, ¿No? Amar no debería doler, el amor incorrecto tal vez. Y las lagrimas deberían ser ruidosas, como las cascadas en los bosques, no callarse en la oscuridad de una noche de otoño.

Jin hyung regresa a su cama, suspirando antes de volver a dormirse, y detrás de mi escudo de cobijas, miro de su lado de la habitación, ese feo despertador que tuvimos la estupenda idea de obsequiarle.

03:47 a.m.

Las malas sensaciones no respetan horarios, las pesadillas alteran mi tiempo de descanso. Hace dos segundos juraría que mi mal sueño duró casi toda la noche, pensando que era hora de levantarnos.

Hace un instante, mi amor me rompió el corazón. Y mi mejor amigo me traicionó sin saberlo.

The Way I Love You | myg.kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora